martes, 14 de octubre de 2008

CAPÍTULO V: Algunos Personajes Importantes

1. Los Malo de Molina[1]

Tenía mis dudas sobre la razón por la cual aterrizaron en Valdepeñas los Malos de Molina, que fueron una de las familias más ilustres de Valdepeñas.
Calculo que se establecieron en Valdepeñas al poco tiempo de la fundación de. Su venida debe estar íntimamente ligada a Martín Malo, que fue uno de los trescientos infanzones ganadores de Baeza y Úbeda y pobladores dellas y de sus castillos.

Martín de Ximena Jurado narra la donación, que hizo el Rey de las tierras conquistadas:

Después que el Rey Don Fernando dexó en sosiego el gobierno, y presidió deste Obispado, queriendo hazer jornada a la conquista de Sevilla, para más fortificación y fuerza de las ciudades, y villas que avía ganado, y por dar premios a los caballeros, que en su ayuda y servicio se hallaron en estas jornadas, usando su liberalidad real, y franqueza grande, con que fue el más amado príncipe de su tiempo, hízole repartimiento de las tierras deste Obispado, principalmente de las ciudades de Úbeda y Baeza, donde heredó trescientos caballeros Nobles de su casa, cuyo repartimiento está en el archivo de la Iglesia Mayor de Sevilla, confirmado por el Rey Don Alfonso el Sabio su hijo.
[2]

El linaje de los Malos es recogido por Argote de esta manera: Era Martín Malo del linaje de los Salvadores, uno de los doce linajes de Soria. Así consta por la orden de Calatrava en el capítulo 24, donde hay memoria de este caballero, y de una escritura, por la cual el dicho Martín Malo, juntamente con sus hijos Salvador Martínez Malo fue alcalde de Soria, y padre de Martín Salvadores, comendador de Maqueda. Y de este apellido de Salvadores hay algunos caballeros sepultados en la Iglesia de la Santa Cruz de la ciudad de Soria, y del apellido de Malo hay mucha gente noble en la provincia y en otras partes de España.
[3]

No sabemos el parentesco exacto de Martín Malo, con los Malo que se instalan en Valdepeñas. Ha pasado mucho tiempo desde la conquista de Baeza, pero la conexión es sin lugar a duda cierta, ya que por estas tierras debió quedar un descediente de D. Martín, que sería el que abrió las puertas a este pariente, que se instala en Valdepeñas.

Por Valdepeñas recaló Pedro Ruiz Malo de Molina, dejando su tierra de Calahorra (Logroño) en busca de nuevas aventuras. Parece ser que la mujer, cuyo nombre desconocemos, había muerto antes de venir a Valdepeñas. Debió venir a los pocos años de la fundación del pueblo y morir muy pronto.
Tuvo dos hijos, que habían nacido antes de venir a Valdepeñas, Pedro Malo de Molina, llamado el mozo, para distinguirlo del padre en las partidas de bautismo y otro llamado Martín, que fue sacerdote y un insigne teólogo, que asistió al Concilio de Trento.

La vida de Martín Malo la narra D. Manuel Caballero en un largo texto que copio literalmente: De aquel matrimonio riojano nació un varón al que conocemos con el nombre de Martín Malo, y que hace su primera aparición en la vida oficial como colegial del Colegio de San Ildefonso, en la Universidad de Alcalá, especificándose en su inscripción que era natural de Valdepeñas de Jaén, según obra en el manuscrito 1980 (folio 77) de la Biblioteca de Palacio.
Hasta el momento la biografía de este valdepeñero se reduce solamente al puro ámbito de su actividad académica. Los viejos libros de grados y de claustro de la Universidad Complutense, conservados en el archivo histórico nacional, nos señalan el progresivo caminar de Malo por las aulas, y, así, lo vemos graduarse en Bachiller en Artes el 23 de abril de 1525. Dos años más tarde, el 28 de julio de 1527, se aprobará como licenciado en la misma facultad, en la que, veinte días más tarde, consigue la titulación de Maestro.
Coronados con éxito aquellos estudios, y como colegial de San Ildefonso desde 1529, pasa a la facultad de teología, en la que consigue la condición de bachiller formado, el 28 de septiembre de 1531; y, finalmente, la de doctor, el 13 de diciembre de 1534, desconociéndose la fecha exacta de su previa licenciatura.
Su valía intelectual es reconocida prestamente en la universidad. En 1532 es elegido para el cargo de consiliario, y, al año siguiente, ocupa la cátedra de Durango, y en ese magisterio perseverará a lo largo de dieciocho años (1540-1558).
Su participación como examinador, argumentante o Presidente de los tribunales de grados, es abundante; de ella sólo señalamos su actuación en la graduación de bachiller y Licenciado en Artes del gran Benito Arias Montano (20-5-1549).

Amigo y compañero del Obispo de Oviedo, D. Cristóbal de Rojas y Sandoval.....fue elegido por éste para que le acompañara al Concilio de Trento como teólogo adjunto. Sus intervenciones en el aula conciliar versaron sobre la Sagrada Eucaristía y el sacramento de la penitencia, según puede verse en A. Theiner, Acta Generalia Concilii Tridentini, publicadas en Zagre en 1874 y tuvieron lugar en los días 9 de septiembre y 21 de octubre de 1551.
Las últimas noticias son de 1558.
[4]

Debió venir muy poco por Valdepeñas, ya que en los libros de bautismo no aparece como ministro del bautismo, a pesar de que he revisado los libros de bautismo con mucho cuidado con fin de constatar, si bautizaba a alguno de los mucho sobrinos que tuvo.

El hecho, en si no es de extrañar, ya que su padre murió muy pronto.
El otro hijo fue Pedro Ruiz Malo, el mozo, vivió muchos años en Valdepeñas.

Su padre compró la Beata, Navasequilla y parte de lo que hoy constituye las Montesina, que no pertenecía a la dehesa del pueblo y otras tierras en la zona de Carboneros, que eran tierras realengas.

Este tuvo cuatro hijos. Dos de ellos varones, uno llamado Pedro Ruiz Malo de Molina, que se casó María de Aguilar y fue alférez de la Santa Hermandad y otro llamado Alonso, que se casó con María Ortega.
Además de estos dos hijos tuvo dos hijas. Baltasara, que casó con Francisco Ortega Vallejo, alcalde en varias ocasiones. De este matrimonio nació un hijo llamado Pedro Ortega Vallejo.

La otra, llamada María, fue la fundadora de un beaterio, una especie de monasterio, al que pertenecían otras religiosas de Valdepeñas, como he explicado en otro lugar. María y su padre Pedro debían ser unas personas muy queridas en el pueblo, ya que fueron padrinos de un gran número de los niños, que se bautizaban en el pueblo.

Cuando murió el padre, ella heredó la finca de la Beata, que quedó bautizada con su nombre, ya que todo el pueblo conocía a esta religiosa con el sobrenombre de la Beata.

Pedro Ruiz Malo de Molina dejó a su hija María, en escritura firmada el 17 de mayo de 1619, una viña, un olivar, y una huerta con la obligación de que dijera a su intención 10 fiestas y un responso en estos días por su alma sobre su sepultura.

Esta obligación a partir de año 1641 pasó a los herederos de Dña. María Malo, que fueron sus sobrinos, hijos de su hermana Baltasara, Don Pedro Vallejo y Juan Vallejo, que residían en Torredonjimeno.

A su hija Baltasara, con cargo a los bienes que le dejó, le manda celebrar quince fiestas. Nueve de ellas en las festividades de la Virgen María y las otras en las fiestas de San Sebastián, San Juan Bautista, San Pedro, San Miguel, San Francisco y todos los Santos.

También mandó decir otras doce misas con responsos a cargo de su hija María.
Alonso dejó otra memoria contra una huerta que poseía María de la O.

El apellido de los Malos desaparece con su muerte. Sólo se conserva en un segundo término en algunos descendientes.


2. La familia de los Arceo

1. El mayorazgo de Don Agustín de Arceo

D. Agustín de Arceo es uno de los personajes más interesantes de la Historia de Valdepeñas.
Fue contador de Felipe II, natural de Segovia y residente en la corte, se casó en Valladolid el 3 de septiembre del año 1551 con Dña. Isabel de Vitubia. Al morir ésta, se casó con Dña. Ana de Mendoza y Villavicencio. Fueron sus padres Juan López de Mendoza y Dña. Elvira de Abrego.
[5]
Se casó el tres de septiembre del año de mil quinientos cincuenta y uno, ante Simón de Cabezón, escribano público de número de la villa de Valladolid con Dña Isabel de Vitubia, viuda de Joanin Leclerque, a la que conoció en Valdepeñas.
Vino a Valdepeñas, sin poder precisar la fecha, posiblemente al comprar, a buen precio parte de lo que hay constituye el Parrizoso, que en aquel momento eran tierras realengas, ya que la mayoría de ellas no habían sido distribuidas en la fundación de Valdepeñas. En mil quinientos setenta y ocho aparece como padrino en un bautismo junto con su hija Luisa.

D. Agustín fue un personaje central, ya que estaba siempre presente en el centro de la vida del pueblo. Uno se admira de su poder económico, ya que llega a comprar una cantidad exorbitante de casas y fincas, como posteriormente veremos.

El mayorazgo era la forma de mantener la propiedad concentrada en una persona de la nobleza, no pudiendo, quien está al frente del mayorazgo, vender, ni enajenar los bienes. Los mayorazgos se mantienen hasta principios del siglo XIX, en que la revolución liberal terminó con ellos.
De esta forma se mantenía el apellido, bienes y armas del fundador.
Conocemos la fundación del mayorazgo, por varios pleitos, que tuvieron los Arceos con la justicia eclesiástica.

En el año mil quinientos ochenta y ocho los clérigos de la villa, denunciaron al Juez Eclesiástico a Donato de Arceo, a Pedro de Aranda y al esclavo Juan de Quesada. Los predichos habían llevado unas sillas a la parroquia para que en ellas pudiera sentarse D. Agustín de Arceo. El Párroco, siguiendo las normas del Sínodo, tenía prohibido que hubiese sillas particulares en el templo.

El Señor Beneficiado Juan de Torres, con buenas palabras, les leyó una constitución sinodal que prohibía que en ninguna de las Iglesias de esta ciudad y su Obispado los Priores, Curas, Clérigos de las dichas Iglesias no consientan sillas, ni asientos particulares, ni cojines, ni tafetas, ni cosas semejantes y se pongan graves censuras y penas a los que lo consintiesen y a los trasgresores y contra lo suso dicho fueren y que los tales priores y curas no an de proseguir los divinos oficios si cualquiera personas intentasen contravenir los dichos mandatos.

Los predichos no hicieron caso a esta sugerencia. Entraron en la iglesia con sus sillas. Era un día muy caluroso, el día 17 de julio. A gritos dijeron al beneficiado y Prior, que habían venido con las sillas y, que como no dejasen estar las dichas sillas en el lugar do las abían puesto, las abían de poner sobre la cara del Prior.., diciendo palabras feas y malsonantes.

Para hacer mas efectivas estas palabras el esclavo Juan de Quesada, sacó garrote de palo, que llevaba debajo la capa, amenazando al sacristán y a los dichos clérigos.
El Prior no tuvo más remedio que suprimir la misa ante el tumulto y revuelo que se armó en la Iglesia.
El ermitaño Ginés de Nápoles, que había venido aquel domingo de Chircales a oír misa, cuenta en una declaración que hizo posteriormente, que se encontraba haciendo un rato de oración antes de la misa y que fue muy grave el escándalo, murmuración y mofa la que se ocasionó en la villa. En los días siguientes sólo se hablaba del garrote de este esclavo. Conocemos la firma de Gines de Nápoles gracias a esta declaración.

El juicio terminó al pedir disculpas D. Agustín de Arceo, manifestando que se habían excedido y todo lo había hecho sin su autorización. Retiraron las sillas y D. Agustín pagó las costas del juicio, como determinó el Juez.
Al margen de esta trastada incontrolada, D. Agustín fue un personaje muy importante en el reinado de Felipe II, auque no se libraba del caciquismo y prepotencia tan frecuentes en aquella época.

A. Constitución del mayorazgo
D. Agustín, junto con los bienes de su mujer, Dña Isabel de Vitubia, por escritura hecha en la ciudad de Toledo, a dieciocho días de marzo del año pasado de mil quinientos sesenta y uno, ante Gonzalo de Herrera, y por un cobdecilo cerrado, otorgado en la villa de Madrid a dieciocho de noviembre del año pasado de mil quinientos sesenta y siete, ante Miguel Ortiz, decidieron instituir un mayorazgo.

Con este fin acudieron a Felipe II, pidiéndole la autorización para crearlo. Dicha autorización le fue concedida en Madrid el dieciséis de octubre de mil y quinientos sesenta y uno años.

El rey lo autorizaba para que dejase como heredero a cualquiera de sus hijos, e incluso lo faculta para que pueda otorgarlo a cualquiera de ellos.
La constitución del mayorazgo podía hacerla de una manera indefinida y sin ninguna limitación. Sólo quedan excluidos, incluso con la pérdida de los bienes, los que cometieren el delito de herejía, el crimen de lesa majestad o el pecado nefando contra naturam.

B. Los bienes del Mayorazgo

1.Veintisiete casas en Valdepeñas.

2. La casa mesón.
3. Una bodega con quince tinajas.
4. Un corral en el que se hicieron tres casas y tiendas que salen a la dicha plaza. .
5. La casa y batán que está en el ejido, debajo de la Fuente de los Chorros, linderos por delante el ejido de dicha villa, y por debajo el río que stá debaxo de las biñas de la solana. Renta ducado y medio.
6. Dos molinos de pan en Baldepeñas, con cuatro piedras, y con sus dos casas de texa, junto a la dicha villa, linderos por la una parte el camino que va a la dehesa y a las biñas del cierzo y por otra parte huerta de Joan Gómez Ballesteros y huerta de la Iglesia de la dicha villa, rentan cinco fanegas semanales de trigo, y las tiene arrendadas Mateo de Raya, vecino de Jaén, que cumplió su arrendamiento en fin de diciembre del año de 1. 575.
7. Un molino de pan en el Parrizoso, termino de la dicha villa, de una piedra, con su casa de Texa, que está junto al río, hacia la huerta de mí el contador por la una parte y por la otra parte alinda con tierras mías que al presente tiene a renta Francisco Hernández de la Chica y Lucas Cobo; este molino está ahora arrendado a María Díaz de Montoro, viuda de Juan López de la Fuente, el rey, difunto y a Alonso de la Fuente, el rey, su hijo, vecinos de Jaén, en el arrabal de San Ilefonso por cuatro años desde primero de enero del año de quinientos setenta y cinco. Corre su arrendamiento por 34 fanegas de trigo al año.
8. Una huerta grande, questá en Valdepeñas, questá cercada y tiene dentro un estanque grande, de pescado, linderos por una parte con huerta de los herederos de Alonso Ibáñez, y por la otra parte el camino de las viñas questá entre huertas de mí el dicho contador, que se compraron de Juan Núñez de Baeza y confronta con viñas de vecinos de Valdepeñas y camino que va a Alcalá la Real y al Casillo de Locubín.
Esta vega está arrendada por cuatro años por treinta y cuatro ducados al año.
9. Una huerta en el Chorrillo.
10. Dos huertas en el río Susana.
11. Una viña grande de cuatro aranzadas, que está en el pago de Palomarejos, que linda con una viña de Luis de Cabrera y con el camino que va al Arroyo del cerezo.
12. Un majuelo, que tiene tres aranzadas, linda con majuelo del capitán Luis Álvarez de Sotomayor.
13. Dos posesiones de tierra en la ventilla, con una casa de retama, que linda por arriba con tierras realengas. Y con el camino de Chircales. Pagan 80 fanegas de pan, 50 fanegas de trigo y 30 fanegas de cebada al año.
14. Cinco suertes de tierras para viñas en los Palomarejos, linderos con tierras de Luis de Cabrera.
15. Una posesión en Espino Hermoso, linda con tierras de la Iglesia, que le renta cincuenta y nueve fanegas de trigo.
16. Una posesión en Navaluenga con su casa de retama y un tinado; renta cincuenta fanegas de pan y treinta y seis fanegas de trigo. Linda con el camino real y con tierras realengas.
17. Dos suertes de tierras en Vaña Vermeja.
18. Tres suertes de tierra en Vaña Vermeja que rentan 22 fanegas de trigo.
19. Otras dos suertes de tierra para viña en Vaña Bermeja por cinco fanegas de trigo.
20. El cortijo de los Bejales, que son dos posesiones con su casa de texa, que las tiene arrendadas Alonso Ballartas por 66 fanegas de trigo.
21. Dos posesiones en la Lagunilla y vaquerizas con su casa de texa por ochenta fanegas de pan terciado.
22. Dos posesiones en Cañada Grande con su casa de texa por cincuenta fanegas de trigo y cuatro fanegas de cebada a Miguel Ruiz Cortecero, otras cuarenta fanegas de trigo

23. Dos posesiones, una en las vaquerizas y otra en la solana, que renta treinta fanegas de pan terciado.

24. Una huerta grande en el Parrizoso, cercada de mampostería, que linda por una parte con el río y con el cortijo grande, por arriba con tierras realengas y el camino, que va a Cambil y a Cazalla, que gana seis mil maravedís.
25. Otra posesión junto al río y camino que va a Jaén, que renta cuarenta y dos fanegas de pan terciado.
26. El Cortijo grande del Parrizoso, que dicen de los álamos, tiene su casa de texa y otras tres casas de retama con sus pajares y tinados y tiene siete posesiones de tierras, que alindan con tierras, que en otro tiempo fueron de Germán López de Córdoba y que ahora son del mismo dicho contador y con el camino de Pitillos y con tierras realengas. Pagan trescientas setenta fanegas de pan terciado.
26. Una vecindad de tierras en el Parrizoso con su casa de cortijo por 38 fanegas de trigo.
27. Dos medios solares en la calle del Real, que tiene en censo perpetuo Juan Parras, por dos gallinas y mil mrs. al año.

C. Condiciones para el mayorazgo
1. Instituye por heredero a su hijo Agustín de Arceo y Vituvia

2 Su hijo Agustín y sus sucesores están obligados, al entrar en la sucesión, a poner en depósito de la justicia de la villa los bienes hasta entrar en la sucesión.
Los menores de 20 años, hasta tanto que los cumplan, no pueden gozar de dichos bienes, sino sólo de la dicha tercia parte. Las otras dos terceras partes se mantengan en depósito hasta tanto que se inviertan en bienes que se agreguen al dicho vínculo o mayorazgo.

3. El que herede el mayorazgo debe vivir durante los dos primeros años completos en la villa. Si no lo hiciere, la Justicia ponga en depósito la mitad de los bienes, que administra la justicia, cobrando dos mil maravedíes la justicia y el escribano por los gastos y recompensa de su trabajo.

4. Aunque nombra como heredero a su hijo Agustín, se reserva la voluntad en vida de poder nombrar a cualquiera de sus hijos y estas mismas facultades las concede a los sucesores.

5. Son herederos sólo los hijos varones. Si no hay varones, las hembras.

6. No pueden ser sucesores ni los locos ni los furiosos ni ciegos ni mudos ni mentecatos ni privados de juicio.

7. No puede ser sucesor nadie que sea clérigo o fraile, ni de orden sacro, ni motilón ni monja profesa ni religiosa.

8. Deben ser fieles católicos cristianos y leales a la corona real. Que no sean herejes ni apóstatas, ni hayan cometido el nefando pecado contra naturam, ni otro crimen, y que no fabrique monedas falsas.

9. Es su deseo que lo bienes vayan en aumento, si así no fuere, autoriza al siguiente en el orden de sucesión a recabar el mayorazgo, mediante la oportuna acción.

10. Obligo a mis sucesores, que todos los sábados del año diga la misa mayor y una misa rezada por mí y por mi mujer Dña. Isabel de Vitubia y por mis padres y bienhechores. Se dirá una misa en la pascua de resurrección.

11. Que cada sábado mis sucesores lleven media fanega de pan cocido, con el que se hagan veinte panes de dos libras. Al terminar la misa, en presencia del clérigo, que se repartan entre los pobres de la parroquia. A cada pobre se le deben dar ocho maravedíes, si no asiste a la comida.

12. Que se digan unas vísperas para la fiesta de la Concepción y la víspera de San Andrés y San Agustín otras vísperas cantadas y al día siguiente misa con diácono y subdiácono con un responso sobre mi sepultura y la de Dña Isabel, mi mujer. En ambos días se debe dar una comida a cinco pobres.

13. En la hipótesis, en que mis sucesores no cumplan con estas obligaciones, autoriza al Párroco o Capellán, a que manden decir las misas u otras mandas pías y pasen la cuenta al mayorazgo, para que le abonen los gastos. Si no pagan, acudan a la autoridad eclesiástica.

14. En la parroquia o convento donde deban cumplirse dichas mandas, debe haber un libro en pergamino, en el que se anote el cumplimiento semanal de las dichas mandas. Mi sucesor entregará las escrituras al dicho Prior o Fraile, para que en el libro anoten las obligaciones a cumplir. Si mi sucesor no cumpliere, que pierda las rentas del mayorazgo e intervenga el Obispo o Visitador para obligarles a cumplir.

15. Estas mandas no se pueden cambiar, alterar, disminuir por ningún motivo, ni incluso para la redención de cautivos.

16. Yo y mi difunta mujer Isabel en la ciudad de Toledo en el año 1561 hicimos escritura ante Gonzalo de Herrera, escribano público, en la que nos comprometimos a decir una misa todos los sábados y a otras obras pías, a las que se ha referido anteriormente.

17. Mi actual mujer Dña. Ana de Mendoza y Villavicencio está conforme con las cláusulas de mi testamento.

18. Poseo en Madrid unas casas principales en la calle, que dicen del Príncipe, con dos casas pequeñas accesorias junto y alinda con las viejas casas y un huerto y cinco casas pequeñas y un palomar con pozo y pila, que en la parroquia de la Iglesia de San Sebastián, que linda con las casas del doctor Balbuena, médico y con la calle, que va al monasterio de San Jerónimo. Estas casas serán para mi hijo Alonso de Arceo.

19. Ninguno de los que me sucedan en el mayorazgo podrá estar casado con mujer de raza judía, ni mora ni que sea hija, nieta o biznieta de un condenado ni sentenciado por el Santo Oficio de la Inquisición.

20. Que en el tiempo en que yo concerté el matrimonio de mi hija Luisa de Arceo con Luis Maldonado González, le di en dote 10.000 ducados en escritura, que se otorgó en la villa de Ocaña en el año 1572, mas un juro de 4.000 ducados.

21. Otro sí digo que por quanto yo el contador Agustín de Arceo traje pleyto sobre mi hidalguía con el Doctor Tobar, Fiscal de su majestad en la real Chancillería de Balladolid y con el Concejo y vecinos de la ciudad de Segovia por ante Angelo de Ortega, hermano mayor de los fijosdalgos de la dicha Chancillería y sobre ello se dieron sentencias y por los señores alcaldes de los fijosdalgo en primera instancia y ante los señores oydores en vista y grado de revista en mi favor y de lo que tengo carta ejecutoria de su majestad, sellada con su real sello de plomo, pendiente y librada por los dichos alcaldes de fixosdalgo, dada en la villa de Valladolid a cinco de julio del año pasado de quinientos sesenta y siete y por experiencia sea visto que muchos fixosdalgo, fixos, nietos y sucesores y muchas personas que an tenido y tienen sentencias y cartas ejecutorias de la dicha hidalguía, hayan perdido y pierden sus hidalguías y noblezas a causa de aber pasado muchos agrabios después que fallecieron los que pleitearon por las dichas ejecutorias y no pudieron ni pueden probar la filiación y descendencia dellos y por averse muerto los dichos los que podían probar y para evitar esos inconvenientes ordeno y mando que el que primero sucediese en el dicho mayorazgo primero que así faga de los dichos bienes declarados, que ansí tengo en la dicha villa de Baldepeñas y en su término y jurisdicción, sea obligado y se obligue y que dentro de las seis años siguientes que comenzare a gozar de los bienes del dicho mayorazgo, que por sí e por su Procurador y con su poder bastante y con poder, que vaya presente de los hermanos y hermanas y sobrinos, que tubiere y otros deudos que fueren sucesores legítimos del dicho mayorazgo, queriéndoselo dar.

Manda que sus sucesores ante las Chancillerías de Granada o de Valladolid pidan carta de Hidalguía, alegando que son sucesores por línea recta de Agustín de Arceo.

22. Que mi sucesor guarde las cartas originales de mi hidalguía.

23. Que no sean fiadores.

24. Mando y obligo a vincular y juntar a cada uno dellos los bienes perpetuamente para siempre jamás, que les pertenecieren de sus legítimas para que todo ello ande junto, unido e incorporado con las condiciones, gravámenes y llamamientos contenidos en dicha escritura.

La carta de fundación la firma en Madrid el ocho de agosto de 1576 siendo testigos Alonso Gutiérrez de Mentalbo y Alonso de Córdoba y Pedro de Lanzarreta y Pedro Macalá, criados de dicho Señor contador Agustín de Arceo y Francisco de Monzón, vecino de Madrid. Escribano Gaspar Testa


D. Los sucesores en el mayorazgo

Tenía varios hijos, Donato, que debió morir joven.

1. Agustín de Arceo y Bitubia casado con Francisca de los Cobos,
[6] y Aranda, natural de Alcalá la Real. No tuvo descendencia en su matrimonio. Tuvo una hija natural, llamada María, que ingresó de religiosa en el convento de Santa Paula de Granada, donde los Arceo tienen su capilla de enterramiento [7]
Fue alcalde de Valdepeñas en varias ocasiones.
Fue el primer heredero del mayorazgo.
Falleció en Valdepeñas el día 15 de noviembre de 1615.
Bautiza a dos hijos en Valdepeñas en los años 1578 y 1599.

2. Alonso de Arceo y Bitubia heredó el mayorazgo a la muerte de su hermano. Fue en varias ocasiones alcalde de Valdepeñas.

3. Luisa de Arceo y Bitubia casada con Don Luis de Morales y Maldonado, natural de Ocaña. Murió sin descendencia, siendo el administrador del mayorazgo el presbítero D. Antonio Ruiz de Aranda. A la que D. Agustín concedió una dote substanciosa como dijimos anteriormente.
En septiembre de 1629 muere Dña Luisa de Arceo, que había sucedido en el mayorazgo a su hermano.
Mientras se resolvía el pleito de sucesión, se hace cargo del mayorazgo el Alcalde de Valdepeñas, el cual nombra al Alférez Estoncio, como administrador de los bienes del mayorazgo.
El entonces prior de Valdepeñas pide le abonen las memorias correspondientes a dicho año en escrito de fecha 20 de febrero de 1630, que no habían abonado por la muerte de la poseedora del mayorazgo Luisa.


4. D. Felipe de Arceo y Vitubia casado con Francisca de Gámez Ruiz de las Higueras. Heredó el mayorazgo a la muerte de su hermana en el año en 1631.
Tuvo dos hijos: Jacinto, casado con su sobrina María Ana de Aguilera y Arceo y Manuela, nacidos en Valdepeñas en los años 1605 y 1630.
Después de una larga tramitación, Felipe de Arceo sigue a su hermana en el mayorazgo. D. Felipe de Arceo había vivido de una manera permanente en Valdepeñas, donde tenía otros bienes, que le había dejado su padre y que no pertenecían al mayorazgo. He podido constatar que en Valdepeñas le nacen varios hijos suyos.
Murió en Valdepeñas el 3 de octubre de 1640.
D. Felipe dejó de cumplir las obligaciones religiosas, que había dejado su padre escritas en el testamento.
El Párroco de Valdepeñas, tal como lo había pedido el Fundador, denunció el caso ante el Juez Eclesiástico, el cual puso en marcha toda la burocracia.

El visitador general de obras pías D. Juan Bautista Casela, con la anuencia del entonces Obispo de Jaén Cardenal Moscoso y Sandoval había excomulgado a D. Felipe de Arceo, que había sucedido en el mayorazgo a su hermana, por haberse negado a cumplir las mandas de misas y otras obras pías imperadas en la constitución del mayorazgo.

El procurador de D. Felipe, D. Juan Gutiérrez de la Mora, acudió al entonces Provisor y Vicario General Don Francisco de Mendoza y éste para conocer mejor la causa, pidió al Colector, al Prior y demás clérigos de Valdepeñas que le enviaran todos los autos producidos hasta el tres de noviembre de mil seiscientos treinta y nueve.

Uno de los documentos que envían es la copia de la constitución del mayorazgo, del que hemos hablado con anterioridad.
[8]
Es prior de Valdepeñas Francisco Ruiz de la Puerta y Fiscal Juan Antonio de Torres.
El Procurador, en nombre del demandado, responde que no ha podido hacer frente a sus obligaciones, ya que han disminuido las rentas y por lo tanto no se siente obligado. Las tierras no producen rentas, porque hace mucho tiempo, que no se siembran y las casas están derruidas y los tejados hundidos, ya que los arrendadores anteriores no las cuidaron y en la actualidad están vacías y cayéndose, como puede comprobar el Juez.

El Procurador pide la absolución de la excomunión, negándose el Fiscal a ello, si no cumple primero con las mandas, ya que esta es la primera y principal obligación de las rentas, por muy escasas que sean, como había pedido su padre.
Después de muchos escritos y respuestas del Fiscal y Procurador, el Provisor Don Francisco de Mendoza dio la siguinte sentencia: Dixo que declaraba y declaró no aber lugar a lo pedido por la parte del dicho Don Felipe de Arceo, asenso a que (puesto que) por la dicha fundación se manda cumplir las dichas obras pías y limosnas en primero lugar y sin disminución alguna, contra el qual se agraven censuras para que las cumpla y para ello se despache mandamiento agrabatorio en forma y por este auto así lo proveyó y mandó. Lcdo. Francisco de Mendoza. La sentencia tiene fecha de tres de enero de mil seiscientos cuarenta.

El Procurador responde que apela a su Santidad e interpone ante la Chancillería de Granada el recurso de la fuerza en un escrito presentado el 4 de enero.

La Chancillería, en escrito de fecha 20 de abril de 1640, declara que no ha lugar a la petición hecha por la vía de la fuerza.
El Provisor el 19 de mayo, a petición del Fiscal, manda que se agraven las censuras, como se había pedido en un auto anterior.
Don Agustín de Arceo se aviene a pagar las mandas, que debía, mas los gastos del juicio.
El entonces colector de Valdepeñas de Jaén responde al Provisor que las deudas son las siguientes:
Tres fiestas, que se hacen cada en los días de San Agustín, la Anunciación y San Andrés y en cada uno de estos tres días debe dar de comer a cinco pobres y si no les da de comer veinticinco maravedíes, que viene a costar al año once reales y maravedíes, al no haberse pagado varios años. La deuda asciende a 2.250 maravedíes hasta mayo de 1.639, mas las tres fiestas del año 1640, que importan 375 maravedíes hasta el día quince abril.
Debe pagar igualmente las fiestas de los sábados tal como estaban en la constitución del mayorazgo.
Una vez pagado todo, se le levantó la excomunión y terminó esta larga historia.

El 10 de octubre de 1644, ante la gran reducción de los ingresos, pidió al Juez Eclesiástico la reducción de cargas, que le fue concedida.

D. Felipe muere en Valdepeñas el día 26 de marzo de 1652, mandando que se dijeran 400 misas por su alma y dejando cinco marranos para que los vendieran y aplicaran su importe a la ermita de Santa y doce cabezas de ganado para los pobres.
[9]


5. Dña. Manuela de Arceo y Gámez, hija de D. Felipe y de Dña Francisca, sigue en el mayorazgo a su padre. Ésta casa con Don Francico de Zuñiga y Aguilera.

6. D. Gregorio de Aguilera y Arceo hereda de su madre el mayorazgo. Este casa con Dña Luisa de Loarte y Aguayo. Murió en 1.684, siendo requerido a que pagara las memorias incumplidas.

7. Heredó el mayorazgo José Antonio de Aguilera y Loarte Arceo a la muerte de su padre. En 1698 casó con Dña Luisa Miranda Maldonado Fernández Venegas. Era capitán y fue el que encargó en Granada la Imagen de Nuestro Padre Jesús y fundó la cofradía, como dijimos en su lugar.

8. Josefa Antonia de Aguilera y Miranda Arceo, nacida el 22 de agosto de 1.699 y casada con Francisco Gamboa y Hurtado de Mendoza.

9. Francisco de Gamboa y Hurtado de Mendoza, nacido en Granada el 30 de diciembre de 1697, hijo de Manuel de Gamboa y Aledo y de María Hurtado de Mendoza.

D. Francisco casado con Josefa de Aguilera Arceo y Miranda pidieron la exención de unas hazas de labor, que tenían en el Arroyo de las Parras y en la Cañada de Serrano.
El Provisor no admite la exención, ya que se unieron al mayorazgo.
El Fiscal del Obispado les acusa de que no han pagado la contribución debida a las fincas, que poseen en el Arroyo de las Parras y en la Cañada Serrano.
Les obligan a pagar, siendo su apoderado Francisco Cortés.




3. Don Bernardo Ortega y Gámiz

La familia de los Ortegas se instaló muy pronto en Valdepeñas: Bartolomé Ortega fue alcalde en varias ocasiones, muriendo el 28 de mayo 1642.
Francisco Ortega, alcalde, casado con Catalina de Aranda, aparece como padrino en el año 1578 y muere el 28 de noviembre de 1670.
D. Agustín de Arceo fue padrino con Isabel Martínez, mujer de Blas de Ortega (B. 1.579).
El 4 de mayo de 1698 muere en Valdepeñas Juan de Ortega, presbítero, natural de Torredelcampo, mandando que se le apliquen 400 misas. Deja como herederos a sus padres Manuel de Ortega y Ana Guerrero, naturales de Torredelcampo.

Entre todos ellos, sobresale D. Bernardo de Ortega que es del que vamos a hablar.
Don Bernardo Ortega y Gámiz es uno de los personajes más interesantes de la historia de Valdepeñas. Nació en Torredelcampo, donde le dieron una capellanía, en su calidad de clérigo de órdenes menores. Era abogado y compró la mayor parte de las tierras realengas de la zona de Navalayegua.

Al morir Dña Victoria de Gámiz en Valdepeñas el día 4 de agosto de 1656, viuda de Fernando de Quesada, dejó como herederos a Bernardo de Ortega y Gámiz y a su hermana Mariana de Ortega, que estaba casada con Don Pedro de Monroy, muerto en Valdepeñas el día 7 de noviembre de 1674.
[10]
D. Bernardo Ortega debía tener mucho dinero, ya que compró Navalayegua, las Lomas y parte de Carboneros.
La compra de estas tierras tiene un gran interés ecológico, al describirnos, cuál era la situación de estas tierras, con una serie de detalles, que nos ayudan a descubrir la situación, en que se encontraban aquellas tierras en esos momentos.

Es impresionante el número de quejigos y encinas que aparecen en las escrituras. Estas dos variedades de quercus tenían un gran valor en aquellos momentos para la cría de cerdos, ya que todos los vecinos mataban en el mes de enero dos o tres cerdos. Miles de cerdos eran vendidos en las plazas de Jaén y Granada, procedentes de Valdepeñas.

Las encinas y los quejidos eran mimados, ya que la bellota era indispensable para la cría de los marranos. Me ha impresionado que en la venta se cuenten el número de encinas y quejigos, que hay en cada lote. El valor de la tierra estaba en función del número de árboles.

Estas tierras estaban clasificadas como realengas y a ellas tenían acceso todos los pobladores de la ciudad de Jaén y de Valdepeñas como pastos comunes.
Los conflictos con la ciudad de Jaén fueron continuos. Así el 9 de diciembre de 1613, en un acto de concordia hecho ante el escribano Juan de Morales, las partes acordaron que de las cuatro partes de bellota tres eran para la ciudad de Jaén.
[11]

La ciudad de Jaén, con posterioridad, se quejó ante el Rey y éste dio una provisión de fecha 11 de mayo de 1653, mandando que las justicias de Valdepeñas y de los Villares dejasen pastar a los vecinos de Jaén.
[12]
Conocemos las interesantes escrituras de venta, al deber aportarlas D. Bernardo en el juicio que tuvo con el beneficiado de la parroquia D. Joan de Medina, que le acusaba de haber vendido indebidamente la bellota de Navalayegua por tres mil reales, pero este se negó, aduciendo que las tierras eran suyas ya que las había comprado.
[13]

Ante su negativa, Don Joan de Medina lo denunció al Juez eclesiástico, que era el competente, ya que era clérigo de órdenes menores.
Ante la documentación aportada por D. Bernardo, el entonces Provisor D. Diego de Cuellar Belánquez, lo absolvió de las acusaciones, en sentencia de fecha 16 de enero de 1655, esto es, a los dos años de tomar posesión de las tierras.
La escritura es muy interesante. Intento daros un resumen de las etapas más importantes de la venta, ya que nos ayudan a comprender la situación y estado de nuestra sierra en aquellos momentos, rememorando muchos de los nombres actualmente existentes y recordándonos otros, que se han perdido. Casi en la misma época son vendidas muchas otras fincas de la zona, a la que nos estamos refiriendo. De ellos quiero que quede una breve constancia.

1. Escritura de compraventa

En la venta de las tierras interviene Don Antonio Terrones Robles .
Éste era Regidor en la ciudad de Andujar y juez por su majestad privativo para la benta de oficios, tierras y otros medios pendientes y para la cobranza de los maravedíes beneficiados y que se beneficiaren de los dichos medios y effettos para la compra de caballos, al que el Rey había encargado a que an sido a mi cargo en las campañas pasadas.
[14]
Las compras se fueron haciendo de una manera escalonada.

a. Primera Compra
La realizó en Madrid ante el notario Don Luis de Gudiel y Peralta, por escritura de fecha siete de enero de 1640. Compró sólo 82 fanegas en la Solana de Pitillos y los llamados Corralones de la Fuente de la Calabaza, linderos con tierras de Felipe de Arceo y Dña. Baltasara Malo de Molina, dando por el poniente al quejigal del Moralejo, por el medio día hasta llegar al río y por levante el río abajo hasta llegar al Toril del Higueral y tierras de Felipe de Arceo, que habían sido heredadas de su padre D. Agustín de Arceo. Las tierras de Arceo correspondían, según parece, a lo que hoy llamamos el Parrizoso.

Doña Baltasara Malo de Molina era hija de Don Pedro Ruiz Malo de Molina, como dijimos anteriormente.
Las tierras de Dña. Baltasara correspondían al Moralejo, que en aquel momento era un inmenso quejigal con morales, de donde deriva su nombre..
La finca le costó 270.150 maravedíes y tenía 1.100 quejigos y 690 encinas.
Nos causa extrañeza, que sea superior el número de quejigos al de encinas, cuando en la actualidad sucede lo contrario.

b. Segunda compra
A los pocos meses, el día 17 de mayo, ante el mismo notario, volvió a comprar 767 fanegas en la Solana de los Prados y en la Fuente de la Calabaza, lindando por el norte con tierras de Dña. Baltasara Malo de Molina y por el poniente con tierras de Pedro González de la Cruz y por levante hasta llegar al Toril del Higueral.
Entra en juego otro de los personajes, que va a tener mucha incidencia en la vida de Valdepeñas. En los González de la Cruz encontramos muchos de los antecedentes del marqués de Navasequilla. Estas tierras eran también realengas y las habían comprado al Rey.
La compra la hizo por 229.704 maravedíes.
Esta parte tenía 7.150 encinas y 2.400 quejigos.

c. Tercera compra
El día dos de diciembre del año 1641 compró 304 fanegas, por 118. 728 maravedíes. Tenía 1.170 encinas y quejigos. Es una pena que no distinga las cantidades de cada especie.
[15]

d. Cuarta compra
El día 3 de marzo de 1642, ante el mismo Notario, compró 1.944 fanegas, que tenían 17. 990 encinas y quejigos, por 870.078 mrs.
Esta cuarta compra está ubicada en el río de los Rasillos, con las tierras de Joan de Medina y Pedro Rosales de Medina y subiendo la umbría arriba hasta llegar a una encina, que está en la loma señalada con dos cruces y desde aquí a una lomilla que está en la Peña de la moneda y desde allí bajando hasta la Loma de los Rasillos, que ojea a Baldearazo y desde allí hasta bajar al Barranco del Moralejo y Quiebracántaros, bajando a un horcajuelo, que está en el dicho Barranco y que baja del agua de los siete dornajos. Esta parte está situada en el Portillo, que dicen Lomas del cuello del Buitre, Peña Almoneda, Baldearazo y Solana del Moralejo. Por la parte norte linda con tierras del mismo D. Bernardo hasta volver al arroyo, que baja de Navalahiguera y tierras de Joan de Medina y la calada arriba hasta el Portillo de Quiebrantacántaros, subiendo a medio pecho hasta dar al peñón de la vertiente de Tejuelo y de las Lomas y desde allí a las tierras de Joan de Medina y Martín de Contreras, hasta llegar al Barranco de Carboneros. Y por la parte del mediodía el dicho arroyo abajo, por la Peña de los Cuervos, y la vertiente hacia delante por el Cuello de Buitre hasta llegar al término del Campillo y de allí por el río Valdearazo hasta las tierras de Pedro González de Medina
Esta parte está situada en Navalayegua baja, linda por el norte con la vertiente de los portolanes, y tierras realengas y por la del poniente con el puerto del Santo Almoadén y por el medio día con el Barranco de quiebratacántaros abajo hasta llegar a Jamilena y el Moralejo y tierras de Pedro González de la Cruz, el mozo, hasta lo alto del cerro de la Calabaza.
La primera finca está situada en Carboneros y la otra en la solana de Valdeinfiernos. La primera comienza en el llano de las Carboneras y por el poniente con tierras de Francisco Medina y por la vereda real y camino de Noalejo y la de Valdeinfiernos linda con la vereda y camino real y por el medio día con el arroyo debajo de las Carboneras y tierras de Don Clemente Ortiz y Francisco de Medina hasta llegar a una lomilla, donde hay un mojón y por el norte vuelve la cimbra, que viene a la Cueva de los Cazadores, linde con tierras de Francisco de Medina, Juan Montes y Francisco Serrano

e. Quinta compra
Fue hecha por El Lcdo. Joan de Medina, beneficiado de la Parroquia de Valdepeñas e hijo del escribano público de Valdepeñas Joan de Medina. Compró 7. 922 encinas y quejigos, por el precio 207.090 maravdíes en dos lugares distintos.
Esta parte está situada en Navalayegua baja, linda por el norte con la vertiente de los portolanes, y tierras realengas y por la del poniente con el puerto del Santo Almoadén y por el medio día con el Barranco de quiebratacántaros abajo hasta llegar a Jamilena y el Moralejo y tierras de Pedro González de la Cruz, el mozo, hasta lo alto del cerro de la Calabaza.

f. Sexta compra hecha por Martín de Contreras.

El día tres de Agosto de 1641 compró dieciocho fanegas, con 2.340 árboles, en dos sitios distintos, por 804.660 mrs.
La primera finca está situada en Carboneros y la otra en la solana de Valdeinfiernos. La primera comienza en el llano de las Carboneras y por el poniente con tierras de Francisco Medina y por la vereda real y camino de Noalejo y la de Valdeinfiernos linda con la vereda y camino real y por el medio día con el arroyo debajo de las Carboneras y tierras de Don Clemente Ortiz y Francisco de Medina hasta llegar a una lomilla donde hay un mojón y por el norte vuelve la cimbra, que viene a la Cueva de los Cazadores, linde con tierras de Francisco de Medina, Juan Montes y Francisco Serrano

2. Dificultades que encuentra D. Bernardo.

Joan de Medina no contento con la denuncia que había hecho al Juez Eclesiástico, denunció a Don Antonio Terrones, afirmando que parte de las tierras vendidas, seguían siendo realengas, ya que la medición no era correcta.
El Ayuntamiento de Valdepeñas, apoyando a Don Joan de Medina acusó a D. Bernardo de tener una extensión de terreno y árboles muy superior a los que habían comprado y que estaba vendiendo la bellota de una finca, que no era suya.

El Ayuntamiento estaba muy interesado en ello, ya que en la medida en que hubiera más tierras comunes o realengas, los habitantes de Valdepeñas tenían más pastos para sus ganados.
Ante estas acusaciones Don Bernardo acudió a D. Francisco Manuel Calvo, juez subdelegado y a D. Francisco de Berganza, oidor de la Chancillería de Granada, que tenían comisión real para estos asuntos, con el fin de solucionar los problemas que se le habían planteado.
En un largo escrito muy elaborado, ya que el dicho D. Bernardo era abogado, se compromete a pagar lo que hubiere en demasía.
Vuelve a presentar de una manera más breve los linderos de los cuatro pedazos, que compró con anterioridad y pone nuevas condiciones. La más importante es que sean tierras cerradas durante todo el año de tal suerte que nadie pueda entrar en ellas sin su autorización.

El dicho Don Bernardo de Ortega y Gámiz el diecisite día del mes de septiembre de seiscientos y quarenta y seis comparece ante Francisco Manuel Calbo, subdelegado del Sr. Don Francisco de Vergara, del consejo de su magestad y su oidor, en la real Chancillería de Granada y presentó una petizión, diziendo que, por quanto como ubiese mejor en derecho y mayor benefizio se siga a la real hazienda, tenía compradas y compuestas con su magestad quatro pedazos de tierras y árboles de enzinas y quejigos, en el termino de la dicha villa de Baldepeñas, que comienza desde la linde de los arboles y tierras de Dª Baltahsara Malo de Molina y de D. Jacinto de Arceo, por vajo del Puerto de Pitillos, siguiendo desde el Toril del Higueral del río de Baldearazo, por la linde las tierras y mojoneras de las villa del Campillo, hasta la compusizión de tierras y árboles de Martín de Contreras y de Francisco de Medina, en el sitio de Carboneros y en el Puerto del Arbolillo, que se adelantan por un lado al sitio del Tejuelo y a Nabalayegua la alta, a salir a los bentisqueros de la nieve y descender hasta los arroyos y aguas que prozeden de Navalayegua la alta, compusizión y tierras y árboles de Mathias Peinado, como contava por sus títulos y que por tener cerramiento por algún tiempo del año no podía ningún ganado sin su lizenzia pastar en ellas y que le conbenía cerrar las dichas tierras perpetuamente y sus pastos. Y como en consejo de la dicha villa y otros particulares pedían, que se midiesen las sobras, que ubiese en las dichas tierras y sitios referidos y árboles fructíferos e infructíferos e medidos, apeados y contados, los que se hallaren de más de lo que se contubiese en los dichos títulos y bentas y que por lo que mostrasse por tassazión quedasse compuesto y bendido por propio del dicho Don Bernardo de Ortega; desde luego de manera que entre los dichos Jacinto de Arceo y Dña. Balthasara, Diego de Quesada el tercero, Martín de Contreras, Don Francisco de Medina y Don Joan de Medina, benefiziado de la dcha villa, Mathias Peinado y Pedro González de Medina, el mozo, linderos del dicho Don Bernardo, con el suso dicho, no queden tierras ni árboles, ni peñas ni otras cossas realengas hasta llegar al nazimiento de las aguas y arroyos de Navalayegua la alta y por que montassen el dicho D. Bernardo, se la obligaría a la pagar en seis años seis pagas iguales cada año y con ciertas calidades y condiziones, como se contiene en el dicho pedimento, el qual por el dicho juez fue admitido, quanto ubo lugar en derecho y mandó se apease y midiese la dicha tierra y árboles y lo que se hallase de más, se amojonase y setezientas y nobenta y cinco fanegas y dos mill y quarenta arboles, que a diferentes prezios con la calidad del dicho cerramiento, montaron en doce mil reales de bellón y por auto del dicho juez del veinte y nuebe de septiembre del año de seiszientos y quarenta y siete, se notificó al dicho Don Bernardo de Ortega y Gámiz, que dentro de ocho días pareziese en la dicha ziudad de Granada ante el dcho Sr. D. Francisco Bergara a obligarse a la dicha cantidad y se le diesse título y se le obligasse a Diego Martín de Rueda, escribano de su comisión en fabor de su magestad y se le notificó y en su cumplimiento se obligó ante el dicho Sr., como todo consta de los autos, que a mayor abundamiento se an de inserir en el auto escrito y para ello se resistiese original, que después de haver hecho el dicho Señor D. Antonio Terrones todas las diligenzias en horden al verdadero balor de las dichas tierras y árboles fructíferos e infructiferos y hecho los ayuntamientos nezesarios y tenido todas las conferenzias en horden a su ajustamiento con el dicho Don Bernardo de Ortega y Gámiz, aviendo benido el suso dicho, representando, que con las dichas tres mil ciento y sesenta y una fanegas y media de tierra y treinta mil ducientos y nuebe arboles de enzinas y quejigos, no abiendo gran aprobechamiento por ser tierra muy delgada y sutil la mayor parte y ningún aprobechamiento por no poderse benefiziar, ya que ....las tierras y árboles son las sobras de las demás composiziones que nadie quisso. .

3. Protestas de los vecinos

Todas las tierras compradas por D. Bernardo ascendían a tres mil ciento ochenta fanegas y media y había 30.209 árboles.
Las condiciones puestas son que se pueden plantar árboles, ponerlas de labor y sembrar semillas.
El Señor Terrones, ante las protestas de algunos vecinos de Valdepeñas, había llegado a la conclusión, de que la hacienda real se había perjudicado con aquellas ventas, ya que las tierras y árboles eran de mucho aprovechamiento.
Después de medir las tierras por segunda vez, se llegó a la conclusión, de que en las tierras compradas por el dicho D. Bernardo había una demasía de setecientas noventa y cinco fanegas, que las tasaba en catorce mil setecientos cincuenta reales, que se debían pagar en seis años desde el momento en que se firmase el contrato. El dinero había que llevarlo al expirar los plazos a Andujar, para entregarlo a D. Antonio Terrones y Robles.

D. Bernardo se avino a esta proposición y fue a firmar la escritura a Andújar el día 22 de junio de mil seiscientos cincuenta y uno.
Don Bernardo, curándose en salud y para evitar nuevos problemas, mandó que se hiciera una nueva escritura, que comprendiera todo lo comprado hasta ese momento y solicita que se le den garantías, de que nadie le molestará en la posesión de dichas tierras, pidiendo el auxilio de las justicias reales.
Solicita también que ninguna justicia de su Majestad, aunque tenga zédula o comisión para ello, no pueda molestar al dicho Don Bernardo ni a sus herederos ni a medir las dichas tierras ni contar los árboles, ni a cortar leña.

No obstante había una dificultad seria para la firma. La villa de Valdepeñas se oponía a la venta y sobre todo se negaba a la petición de D. Bernardo, de que las tierras fueran cerradas, esto es, que nadie pudiera entrar en la finca en ningún momento del año.

Era muy corriente en aquellos momentos la venta de fincas realengas con la condición de que quedaran cerradas sólo los meses de septiembre a diciembre, en el momento de recogerse la bellota que era lo que tenían más valor. En los otros meses podían entrar.

4. Alboroto en el Pueblo
El alcalde decía que se reconoció mucho agrabio por privar del pasto común a los becinos de la dicha villa.
Ante los problemas suscitados en el pueblo, Terrones envía de nuevo a D. Manuel Rayo Murillo a Valdepeñas el 23 de septiembre de 1652.
Este presentó las escrituras al alcalde ordinario de Valdepeñas D. Joan Ruiz Cortecero, el cual le ofreció la ayuda de la justicia real ante el posible alboroto, que podía presentarse, comprometiéndose a ello en un escrito firmado ante el escribano público de Valdepeñas Joan Cobo Delgado, estando presente Manuel Rayo Murillo. A su vez dio cuenta a los demás ediles del municipio en la próxima reunión capitular.

No obstante siguen las protestas en el pueblo, acusando a D. Antonio Terrones, de que la venta había perjudicado a la Real Cámara, al haberse hecho la venta en un precio muy barato.
Para defenderse de estas acusaciones, decidió sacar a subasta pública las fincas vendidas a D. Bernardo, por si alguien quería pujar más alto.

5. Nueva subasta
Con este fin el escribano del pueblo D. Joan Cobo de Quesada llamó al pregonero Francisco Martín, el cual, con voz alta y entrecortada, en los días 14, 15, y 16, 18 y 19 de 1652 pregonó en todas las esquinas del pueblo la oferta que hacía el Sr. Terrones.

En vista de que nadie se presentó para superar la oferta, como era de suponer, D. Manuel Rayo Murillo, el 23 de octubre de 1652, mandó levantar acta, ante el escribano de la villa, en la que hacía constar, que nadie del pueblo había ofrecido más, a pesar deque se habían hecho cinco pregones.
Del acta firmada por los susodichos y el Señor alcalde, se hicieron tres copias, una que quedó en el municipio, otra que enviaron a Andujar y la tercera que entregaron a D. Bernardo.

D. Antonio Terrones envió copia de las escrituras de venta hechas a D. Bernardo y a D. Luis Yánez de Montenegro, secretario de su majestad con el fin de que se dignaran confirmar la venta.

6. Aprobación de la venta por el Rey
El rey aprobó la venta en estos términos: Os hago de nuevo benta de las dichas tierras y árboles para que todo ello lo gozéis y poseais Bos y vuestros herederos y subcesores en la forma que lo abéis hecho y podido hacer hasta aquí y se contiene y declara en las dichas escrituras de venta y contratos otorgados por los dichos D. Luis Gudiel y el contrato nuevamente hecho por D. Antonio Terrones.

El Rey autoriza que las tierras sean cerradas. El cerramiento de tierras consistía en que una vez recogida la bellota, el territorio quedaba abierto de tal suerte que todos podían entrar a pastorear en él. En nuestro caso quedaban cerradas de septiembre a diciembre, en que se terminaba la recolección de la bellota, que tanta importancia tenía en aquellos tiempos para la cría del ganado, especialmente los cerdos.
El Rey firma las escrituras en San Lorenzo del Escorial el dos de noviembre de mil siescientos cincuenta y tres.

7. Toma de posesión
Una vez que D. Bernardo tuvo las escrituras reales en sus manos, pidió a D. Antonio Terrones, que se le diera pública posesión de dichas tierras y que se pregonase y hiciese pública dicha compra.

Envió la solicitada petición al alcalde y presentó con ella las escrituras, rogando que se levantara la siguiente acta: En la villa de Valdepeñas en diecisiete días del mes de diciembre de mil seiscientos cincuenta y tres ante su merced Joan de Cabrera, alcalde ordinario desta villa, compareció el Lcdo. Don Bernardo Ortega y Gámiz y presentó en pribilegio de su Majestad, su data en San Lorenzo..y pidió se guarde, cumpla y ejecute como su majestad lo manda..y visto por el alcalde el dicho pribilegio lo tomó en sus manos, lo bessó y pusso sobre la caveza y obedeció con el respeto devido como carta y pribilegio de su rey.
Firman Joan de Cabrera y el escribano de Valdepeñas D. Joan Muñoz de Molina.

La toma de posesión tuvo lugar en la Cañada de la Horca el día 17 de mes de diciembre de 1653, en presencia del escribano, de varios testigos y del alguacil Mayor Don Francisco de Medina.
Leídas las escrituras, el Alguacil, assió por la mano al dicho D. Bernardo de Ortega y Gámiz y lo entró dentro de la dicha tierra del sitio de la Cañada de la Horca y el dicho D. Bernardo se passeó por la tierra del dicho sitio, juntó piedras y cortó ramas de árboles, hizo otros actos a continuación de la posesión, que antes tenía y pidió se le dé el dicho amparo de la dicha posesión, assí de las tierras y árboles del dicho sitio de la Cañada de la Horca como de los demás sitios de terreno comprendidos y declarados en el dicho privilegio, debajo de los linderos y límites y nombres en el dicho sitio referidos, sin que entre ellos aya arbol, fruto hecho, ni infructuoso ni cantidad de tierra fructífera ni infructífera, rota ni sin romper.
El alguacil mayor dijo que le daba y dio el amparo solicitado, siendo testigos Pedro de Lara y Pedro Belmonte, firmando Francisco de Medina y el escribano Joan Muñoz de Molina, escribano público y de millones y ventas reales.

El 21 de diciembre de 1653, en la plaza pública, en presencia del escribano Joan Muñoz de Molina, y mucho concurso de gentes, el pregonero Joan Reyes pregonó en altas voces, como su majestad el Rey nuestro Señor avía vendido al Lcdo. Don Bernardo, alcalde perpetuo de la Santa Hermandad desta villa, todas las tierras y árboles fructíferos, que hay en los términos de esta villa.

8. Conclusiones

1.Conocemos documentalmente que la mayor parte del territorio de la villa, que no había sido repartida a los primeros pobladores, comienza a venderse a particulares, los cuales vienen de fuera y se instalan en Valdepeñas.
Estos grupos nuevos producen un cierto desnivel social entre la población, ya que en el momento de la fundación la posesión de bienes era sustancialmente igual para los vecinos. Nace en Valdepeñas lo que ha dado en llamarse el estado noble.
No obstante se integran plenamente en la población y dan un aire nuevo al pueblo por su superioridad cultural. No se produce esa separación entre el Señor y sus súbditos, como sucede en otros pueblos de Jaén en esta época.
Los nuevos compradores, personas de más cultura, se integran perfectamente en la vida del pueblo.

2.Tiene un gran interés el conocer la configuración del arbolado, ya que hay una gran cantidad de quejigos, que en actualidad no existen. Me he preguntado la razón por la que existían tantos. quejigos. Puede explicarse, ya que desde la época árabe se prefiriera este tipo de cultivo, El quejigo en el invierno perdía las hojas, que abonaban el terreno, permitiendo que la hierva naciera con más fuerza, al caer el sol sobre ella. El quejigo estorbaba menos que la encina al ganado, ya que la hierba nacía mejor, al darle el sol al suelo, ya que el quejido pierde la hoja. Tenía el inconveniente de crecer muy lentamente.

3. Otra posible explicación es que era mejor el carbón de encina que el de quejigo.Es una pena que la mayor parte de estos quejigares hayan desaparecido, quedando muy pocas muestras de quejigos . No obstante quedan algunos ejemplares fabulosos, que deben tener casi mil años, dos en la Cañadilla del agua y otro el llamado quejigo del amo, que por expreso mandato de dueño no se cortó nunca y tiene, por este motivo, unos inmensos brazos, que cubren una gran extensión de terreno. Era costumbre podar el quejigo todos los años, ya que los animales se comían sus sabrosas hojas. De los quejigos se hacían las palas y horcas para aventar las parvas y con la poda de los brazos crecían mucho más. Esta puede ser otra de las razones por las que cortaron tantos quejigos.

4. Don Francisco López González
[16]
En la villa de Valdepeñas el trece de enero de 1797 fue sepultado en la Iglesia parroquial el cadáver de D. Francisco López González, caballero de la real y distinguida orden española de Carlos III, marido que fue de Dña. María Andrea Alarcón, el cual otorgó su testamento cerrado ante Don Antonio de Extremera y testigos el día 23 de abril de 1789 y un codicilo con fuerza de testamento en dos días del presente mes de enero ante el escribano público y testigos y su contenido entre otras cosas es el siguiente:

Por el testamento dispone que su cuerpo amortajado con hábito de San Francisco sea sepultado en la Iglesia, donde sea feligrés al momento de su fallecimiento y si fuera en esta villa del Valdepeñas al pie del altar de la Virgen del Carmen y que su cadáver sea llevado por cuatro pobres; su caxa, sin pompa; y que a éstos se les dé vestido entero y capa, o el dinero para comprarlo y que su entierro sea de medio acompañamiento.
Que en el día de su fallecimiento se digan misas de corpore praesenti en su oratorio, por todos los sacerdotes de esta villa, dándoles de limosna ocho reales por cada misa y a los que la digan en la Iglesia cuatro reales.

Que se le diga en su entierro siendo hora, misa con vigilia y sino al siguiente (como se efectuó) con responso y asistencia de los clérigos de esta villa y en los siete días siguientes misa cantada, nona, vigilia con responso y doble de campanas, dándose por sus albaceas la limosna acostumbrada.

Mandó además que se aplicasen mil misas rezadas a tres reales cada una y que sacada la quenta parroquial, se distribuyan de la forma siguiente:
A Don José Albarez de Soto Mayor, cien.
A los capuchinos del Castillo de Locubin, cien.
A los de Jaén, cien.
A los Franciscanos de Jaén, cien.
En los lugares en que se encuentren Fray Pedro de la Chica y Francisco Descalzo, cien.
Y las demás a voluntad de los albaceas.

Mandó dos reales a cada una de las mandas y que se den en los nueve días siguientes al de su fallecimiento dos fanegas de trigo en panes de limosna a los pobres de esta villa.

En la cláusula 29 de dicho testamento dispone que la pintura de la Virgen, que tiene en su oratorio, quiere que se coloque en la Iglesia parroquial de esta villa, en altar o repisa, a costa del testador y su mujer, y dona una lámpara dorada de plata, unos candeleros de lo mismo del oratorio y dotación de seis arrobas de aceite cada año para que perpetuamente arda sobre el mayorazgo, que funda en dicho testamento y si fuere en la capilla de Jesús, que alumbre también a dicha imagen; lo qual que se costee de mancomún, separando de su caudal la parte que le toque por la mitad.
Los candelabros barrocos existentes aún en la parroquia fueron donados por él, en los que aparece su escudo. Incluso los atriles de plata, al ser de la misma época, fueron donados también, aunque no consta en el testamento.

Impone sobre dicho mayorazgo las siguientes cargas:
Una fanega de trigo para darla en panes cada día de la Concepción de cada año perpetuamente y el aniversario que está ya dotado el día del fallecimiento de su hermana Isabel Ana López González el 12 de enero día de su fallecimiento de esta. Declara a de pagar el poseedor del dicho mayorazgo por quanto incluye cuatro posesiones, que eran de dicha hermana.
La dicha Isabelana estaba casada con el Marqués de Navasequilla.

Item las seis arrobas referidas las pagarán dicho mayorazgo.
Item para su poseedor perpetuamente un aniversario, su limosna anual 18 reales, en el día de su fallecimiento.
Nombró por su usufructuaria a su mujer en dicho testamento , así de los bienes como del mayorazgo y por administradora a su hermana Dña. Isabelana, la marquesa de Navasequilla y por su primer poseedor a Pedro de Quesada y González y en su defecto al hermano menor de éste Blas y en defecto de los dos a D. Francisco Javier, hermano de ambos, y los tres sobrinos del fundador y las líneas de cada uno respectivamente extinguida una, pase a la otra y extinguidas las tres, dispone que de las quatro posesiones agregadas de su hermana Dña. Ana, se funde la capellanía, que ésta comunicó a su tía y ésta a su hermana Isabelana y sigan los llamamientos que en los testamentos se previenen.

Y por codicilo que otorgó en dos del corriente año ante Antonio José Extremera, escribano público de esta ciudad, dispone lo siguiente:

Que confirma su testamento cerrado en cuanto a sepelios, mandas forzosas, y también la fundación y llamamientos.
Revoca todo lo demás que hizo en él y la parte en que estaba su mujer Dña. Andrea de Alarcón y sus llamamientos para que nunca valga, ni tenga valor.
Manda a su mujer, a más de su dote y gananciales, todas las alhajas del oratorio, ropa y alhajas de su vestuario.
Nombró por albaceas testamentarios, nominadores y repartidores de sus bienes a Juan Diego de Salas y Francisco Jiménez, presbíteros, y a Francisco Santaolaya.

Item que a los dos presbíteros albaceas, se les pague a cada uno, además de los señalados cincuenta reales y la limosna de las misas.

Nombró por su heredero universal a su sobrino Pedro de Quesada y González, hijo de Blas de Quesada y a Dña. Isabelana González, marqueses de Navasequilla.
Hizo otras mandas a particulares personas, que más largamente constan en sus originales y como colector de testamentos, certifico.

Su mujer Dña. Andrea Varona Alarcón, viuda de Francisco López González, murió el día 23 de septiembre de 1801. Mandó que se dijeran 30 misas en su oratorio y que a su muerte se hicieran tres fanegas de pan para entregárselos a lo pobres. Nombró como albaceas a Pedro Tomás de Quesada, canónigo, Francisco Jiménez, Blas García de Quesada, caballero profeso de hábito de Santiago. Nombró heredero universal de todos sus bienes, en testamento otorgado ante Francisco de Castro el día 23 de septiembre de 1801 a D. Rafael María Oviedo Castillejo Varona de Alarcón, vecino de Granada.
[17]

Sobrina de la anterior fue Ana Varona y Cortés, 44 años, soltera, hija de D. Luis de Varona, teniente coronel. La cual tenía recogido un niño expósito, llamado José María, menor de edad, y por fidei comisso dejó su educación a cargo de Vicente Tito, siendo albacea Pedro de Arias, presbítero.
La muerte de su hermana Dña. Isabelana González de Medina, mujer del Marqués de Navasequilla, tuvo lugar el 14 de diciembre de 1791.
La cual, después de haber recibido los santos sacramentos, otorgó testamento ante Antonio Extremera el día 12 del corriente, por el cual mandó que su cuerpo fuese enterrado en la Iglesia de esta villa en la sepultura más humilde para que todos la pisasen, con enterramiento el más pobre que cupiere, en cuyo lugar de sus bienes se pagare uno con toda pompa al primer pobre de solemnidad que le sucediere en la muerte; que se le hiciese oficio de sepultura con misa y vigilia correspondiente al entierro y se le aplicasen misas de cuerpo presente por todos los sacerdotes, que se hallaren en el pueblo y además por su alma e intención mil misas rezadas, la quarta parte en dicha Iglesia y las demás con asignación de limosna del mayor estipendio, a voluntad de su marido el Marqués D. Blas García de Quesada , caballero de hábito de Santiago y de D. Francisco López González, que lo es de Carlos III, su hermano, a quienes nombró albaceas testamentarios.
Declaró por parte de su testamento un papel, que entregaría a María Micaela Extremera, firmado de ambos consortes, cerrado y rubricada su cubierta, que abierto en este día y registrado, sólo se encuentra perteneciente a causa pía la fundación de una dotación de seis arrobas de aceite anuales, para que perpetuamente se encienda la lámpara de Nuestra Señora de la Encarnación de dicha Iglesia, que cargó sobre un olivar suyo en la Cañada de Zafra e que no dio lindes y que si no alcanzase, que lo pagase la vinculación, que a su nombre hizo su tía Catalina González, dejando otra finca a su poseedor.
Herederos sus tres hijos:
D. Francisco, de la Orden de Carlos III
D. Pedro, doctor en ambos derechos
D. Blas, Colegial en el Imperial del Señor San Miguel de Granada.

D. Francisco Javier de Quesada, marqués de Navasequilla, murió el día 1 de febrero de 1828 casado con Dña. María María Francisca Istariz, que murió el día 24 de noviembre de 1821. Dejó 400 misas.

4. El Marqués de Navasequilla

La rama remota de los Marqueses de Navasequilla la encontramos en los siguientes apellidos, que se van enlazando en el tiempo unos con otros. La mayor parte de estos personajes se instalan en Valdepeñas después de la fundación del pueblo. Los Quesada, Los Viedma, los Ballartas, los González y los García, en el decurso de los años, se fueron uniendo con otros apellidos ilustres del pueblo. El proceso es muy complejo y largo y tiene un interés histórico, ya que se repiten y reiteran miles de combinaciones con los mismos apellidos. La familia González de la Cruz es la más potente desde un punto de vista económico, ya que el capital del Marqués proviene de este tronco. No pretendo hacer un árbol genealógico, sino presentar una lista de los ascendientes del Marqués. Si te cansas de tantos apellidos, pasa a otra cosa. Si tiene paciencia, te agradará.

1. Viedma

Inés de Viedma (+15 de agosto de 1714) casada con Diego Martínez Enbuenahora.
Catalina de Viedma (+20 de mayo de 1701) cadada con Francisco de la Puerta.

2. Los Ruiz de Aranda.

Los Ruiz de Aranda aparecen muy pronto en Valdepeñas. Encontramos los siguientes:
Pedro Ruiz de Aranda con María Nogales (1578)
Pedro Ruiz de Aranda, el viejo, con Inés Pérez
Pedro Ruiz de Aranda, el mozo, que fue alcalde en1584 y se casó con Catalina Ruiz y posteriormente, en 1592, con Ginesa Pérez.
Pedro Ruiz de Aranda con María Juliana (1600)
Antonio Ruiz de Aranda y Nogales, presbítero (1620)
Juan de Quesada con Isabel de Aranda (1620)
Quesada Jacobo con Inés de Aranda (B.1654)
D. Pedro Ruiz de Aranda casado con Inés Pérez fundó por escritura pública una capellanía, ante Joan de Medina, escribano público el 26 de enero de 1614.
El primer capellán fue Antonio Ruiz de Aranda, hijo de los fundadores, como aparece en la escritura de Fundación. Fue ordenado de menores por Sancho Dávila y Toledo en 1607. Toma posesión de la capellanía en 1.614.
Solicitan la Capellanía posteriormente Lucas González de Aranda, que era nieto de los fundadores. La petición la hace el 29 de noviembre de 1690. La petición la funda, argumentando que es nieto de los fundadores. El árbol genealógico es este:
Es interesante el árbol genealógico, ya que entran en juego los González de Medina.
Lucas González de Medina y Aranda tiene dos hermanos Francisco González de Medina y Aranda, presbítero, difunto, y Pedro Valentín González de Aranda.
Fue su padre Diego González de Medina y Aranda. Los tres fueron hijos legítimos.
[18]
Fueron sus abuelos paternos Lucas González de Medina, difunto, y Dña Ana de Rivas y Aranda.
Fueron sus bisabuelos: Dña Ana de Rivas, que era hija de Francisco Pérez y e Isabel de Aranda (bisabuela del opositor).
Esta última Isabel de Aranda es madre de Ana de Rivas, que fue hija de Pedro Ruiz de Aranda y María González, su primera mujer.
Francisco Pérez, marido de Isabel de Aranda (bisabuelos del fundador) fue hijo legítimo de Inés Pérez, fundadora.
Como vemos, los Ruiz de Aranda, muy pronto se unen con los González de Medina, que son ascendientes del Marqués.

3. Los Martínez Atocha.
[19]
Son oriundos de Jaén.
Juan Martínez de Atocha de la Puerta, hijo de Juan Martínez de Atocha (+ 17 de Agosto de 1767, aplicándole 500 misas) y María de la Puerta (+ 23 de septiembre de 1742). Usan también el apellido Martín, en lugar de Martínez, lo cual puede dar lugar a confusión. .
En Valdepeñas muere el 16 de febrero de 1751 Juan Martínez de Atocha, que estuvo casado con María Puerta (B.1746)

4. Los Ruiz de Contreras.
María de Contreras, muere a la edad de 25 años, el 9 de abril de 1762, aplicándole 1.000 misas. Era hija de Antonio de Contreras y hermana de Catalina de Contreras.

Martín de Contreras, casado con María de Molina, compró junto con Juan de Medina el día 17 de diciembre de 1650 una parte muy importante de las sierras de Valdepeñas. Era oriundo de Alcalá la Real.
Con anterioridad él mismo había comprado, en escritura otorgada ante Luis Gudiel, 3.161 fanegas de tierra, que importaron quinientos setenta mil trescientos sesenta y cuatro reales.
Juan Ruiz de Contreras casado con Ana de Gámiz, (+ 2 de mayo de 1664 ?) y Juana Mozas de Medina, de estado soltera, fundaron una capellanía.
Juan Ruiz de Contreras, presbítero, muere el 13 de octubre de 1757, aplicándole en sufragio 500 misas. Nombra albaceas a su sobrina María de Contreras y a sus sobrinos Diego Francisco de Atocha y Diego Esteban de Atocha.
Juan Ruiz de Contreras, hijo de Pedro de Contreras y María Lendínez contrajo matrimonio el día 19 de octubre de 1671 con María de las Mozas, hija de Francisco González de Medina y Catalina de Mozas.
La fundación tuvo lugar el 1 de julio de 1707. La fundaron para su hijo el Lcdo. D. Francisco González de Contreras, clérigo de órdenes menores y estudiante de teología en el Colegio de la Asunción de Córdoba.
A la muerte de Francisco González de Contreras, se la dieron a Diego Esteban (Martínez) de Atocha, hijo legítimo de Juan Martínez de Atocha y Dña. Catalina de Mozas de Contreras, hija del fundador.
A su muerte (7 de enero de 1772) piden la capellanía (1772):
1.Diego Martínez de Atocha, presbítero de la ciudad de Jaén, nieto de los fundadores, hijo de Juan Martínez de Atocha, difunto y Catalina de Mozas y Contreras que se casó el día 20 de septiembre de 1723 con María de la Puerta , hija de Pedro de la Puerta y Dña Ana Villoslada.
2. Juan de Pernia Vocos, hijo de Juan de Pernia Vocos y Dña Juana de Medina, contrajo matrimonio el día 20 de febrero de 1764 con Maria Ana Felipe de Atocha y Puerta, hija de Juan Martínez de Atocha y María de la Puerta Villoslada (Desp. 1760), para su hijo de siete años Francisco de Paula Pernia y Atocha.
Dña. Mariana de Atocha era hija de Martín de Atocha y María de la Puerta (Desp. 1725)
Martín de Atocha era hijo de Juan Martín de Atocha y Catalina Contreras (desp. 1624). La cual es hija de los fundadores.
La parte contraria le acusa de tener muchos bienes, obligándole a que aporte sus bienes.
3. Lucas Cabrera
La capellanía, por decreto del entonces Provisor D. Juan Lea Diez de Villarroel se la dan a Lucas Cabrera, con la condición de que debía ordenarse de corona dentro de seis meses, preparándose para este fin con los estudios oportunos de Gramática y Latín.
Tomó posesión de la capellanía.
Excluyeron a D. Diego, porque tenía otro beneficio y a Francisco de Paula Pernia, porque era menor de edad y era hijo único, heredero de un mayorazgo, que tenía su padre, que le rentaba más de mil ducados al año.
No contento con esta decisión, D. Diego apeló a Toledo, cuyo Juez le dio la capellanía, desplazando a Lucas Cabrera.
Muerto Diego Martín de Atocha, se vuelve a plantear de nuevo su sucesión en la capellanía. La solicitan:
1.Francisco Javier Vilchez de Aguirre, menor de edad e hijo de Francisco de Vilchez y Atocha y María Antonia de Aguirre..
2. Lucas Cabrera, el cual se retiró al principio del pleito.
3. Frey Diego García de Quesada, presbítero, de la orden de Calatrava, hijo de Francisco Javier de Quesada y Dña. Josefa Martín de Atocha, primos segundos. Fue bautizado en Jaén el día 1 de julio de 1751 por Pedro Gregorio de Quesada, Maestrescuela de la Catedral de Jaén. Fueron sus padrinos Blas García de Quesada y Medina y Catalina de Viedma, sus abuelos.
Después de un largo proceso la capellanía la dan a Javier Vilchez de Aguirre.

Diego de Quesada no se conforma con la decisión judicial y acude en apelación a Toledo.
D. Plácido Bustillo, teniente vicario del arzobispado de Toledo en fecha 7 de julio de 1784 decreta que la capellanía pertenece a Diego de Quesada.
Esta larga excusión por una de las ramas de la ascendencia del Marqués, nos hace ver las múltiples variantes.

5. Los Medina.
Los medina vinieron a Valdepeñas de Alcalá la Real..
Las principales ramas son las siguientes:
Isabel de Bustamante, que murió el día 11 de abril de 1680, estaba casada con Joan de Medina (+ 5 de diciembre de 1687), hermano del beneficiado. Le aplican 208 misas a su muerte..

Francisco de Medina (+22 de enero de 1656) casado con Leonor Muñoz. A su muerte le aplican 2.000 misas. Hijo del anterior.

Juan Medina, el mozo, escribano público y casado con María González de la Cruz (B. 1600), hermana del Lcdo. Pedro González de la Cruz. Murió el día 26 de septiembre de 1631. Dijo la misa su hijo Juan de Medina, ordenado de presbítero en 1628.

Joan de Medina casado con María Ortega, alférez, regidor, veinticuatro en la ciudad de Jaén y familiar del Santo Oficio, regidor (B. 1620). En segundas nupcias con María Vico.

Isabel de Medina y Bustamante con Gregorio de Galves ( + 24 de octubre de 1712).


6. Los García de Quesada en los archivos de Valdepeñas. Antecedentes remotos.

Entre los fundadores del pueblo aparece un Alonso de Quesada, aunque no sabemos la conexión que pudo tener posteriormente con los Quesadas, dado que en la primera etapa no hay constancia de los nacimientos y muertes.

Fernando de Quesada casado con Dña. Victoria Gámiz (+ 4 de agosto de 1656). Ella nombra herederos a su hermano Bernardo Ortega Gámiz y a su hermana, casada con D. Pedro de Monroy. Los Ortega son de Torredelcampo. Don Bernardo fue el primer dueño de Navalayegua.

Pudo dar origen al apellido compuesto el matrimonio constituido por Martín García de Milla (+2 de Marzo de 1651) y María de Quesada,
[20] que muere en Valdepeñas el 28 agosto 1672, aplicándose 300 misas. Era hermana del presbítero Juan de Quesada. Bautizan a un hijo en 1617.[21]Hubo un Martín García de Milla, presbítero, mayordomo de la parroquia en 1635.
Estos tuvieron varios hijos
Juan García de Quesada, de treinta años de edad, capuchino, que es acusado ante el Provisor en 1654 por haber dejado el convento sin la autorización oportuna.
Martín García de Quesada (+16 sep. 1673), hijo de los anteriores, el cual se casó con Isabel de Ballartas (+,24 de agosto de 1692). Estos en el año 1664 bautizan a un hijo (Martín) en Valdepeñas.
Martín (García) de Quesada Ballartas casado con Dña Leonor María de Aranda y Murillo, natural Baños (B. 1738).

Francisco Antonio (Garcia) de Quesada Ballartas, hijo de Martín García de Quesada e Isabel Ballartas se casó con Paula María de la Puerta Robles Murillo, que era hija de Pedro de la Puerta Robles y María de la Paz Murilo (Desp. 14-octubre-1685).
Se suprime el apellido García, aunque es hijo de Martín e Isabel como el anterior.
Alberto de Quesada con Dña. Melchora de los Cobos ( muere un hijo en 1702).
Los siguientes (García de Quesada Ballartas) son hijos de los anteriores. Todos ellos suprimen el apellido García.
Francisco de Quesada Ballartas con María Puerta (B. 1692)
Lucas de Quesada Ballartas García de Milla Fernández (canónico tesorero-1695), que murió el 5 octubre de 1717, aplicándole 1000 misas.
Cristóbal de Quesada Ballartas, Chantre de la Catedral de Jaén y hermano del anterior. A su muerte aplican por su alma 1700 misas.
Diego Gregorio de Medina y Quesada Viedma, maestrescuela-1736.
Pedro José de los Reyes de Quesada y Villoslada, hijo de Martín de Quesada y María Villoslada y Puerta, casado con Francisca María del Moral y Aguilar, natural de Villargordo, hija de Antonio del Moral y Antonia de Aguilar. Desposorio 3 octubre de 1747 en la parroquia de San Andrés de Jaén. Fueron testigos Pedro Gregorio de Quesada, Maestrescuela , Fernando Velarde y José de Seijas, canónigos y Javier de Quesada, 24 de Jaén.

Los Ballartas se instalan muy pronto en Valdepeñas, procedentes del Castillo de Locubín y Alacalá. Marchan a Jaén. En los antecedentes del Marqués encontramos a Blas de Malpica casado con Ana Ballartas, que muere el 5 de abril de 1689, aplicándole 250 misas.

Francisco Gallego de Quesada (+ 14 de mayo 1703, aplicándole 200 misas).
Juan Gallego de Quesada (+ 27 de febrero de 1734.100 misa)con Catalina Dorotea Castro Malo de Molina (+2 de abril de 1748).

Francisco Gallego de Quesada (+ 29 de abril de 1760) con María Guerrero de Castro (+ 30 de octubre de 1760) Tienen un hijo sacerdote Antonio Sebastián Gallego Guerrero de Quesada.

Martín de Quesada con Marina de la Puerta Villoslada (16 de dic. 1735, aplicandole150 misas).

Cristóbal de Quesada ( 14 de mayo de 1767-250 misas) con Ana de Castro.

Cristóbal Gallego de Quesada (+ 11 de junio de 1778) viudo de María Apolonia de Estedo. Tuvo un hijo sacerdote Francisco Gallego de Quesada y Esteo.

Cristóbal de Quesada Ballartas ( 7 de octubre de 1782- 500 misas) con Catalina Ortega Martínez


7. Antecedentes remotos del Marqués de Navasequilla por la línea de su mujer.

Dña Isabelana González de Medina y Gallego es hija de D. Pedro González de Medina, familiar del Santo oficio de la Inquisición de Córdoba, casado el 20 de octubre de 1721 con Paula Gallego de Quesada Malo de Molina, que era hija de D. Juan Gallego de Quesada, que fue escribano de Valdepeñas casado con Dña Catalina Dorotea de Castro Malo de Molina (B. 1725). Murió en Valdepeñas el 27 febrero de 1734.

Pedro murió el 28 de febrero 1750, aplicándole 400 misas por su alma.

Pedro Gonzáles de Medina tuvo varios Hermanos:

Diego González de Medina (nacido 21 de de 1653) casado con Dña Luciana Ibáñez (Lucas Nicolás-B. 1681)
Diego González de Medina casado en segundas nupcias con Isabela de Ribas (B.1694).

Francisco González de Medina ( 2 de septiembre 1681) con Catalina Mozas (+ 9 de agosto de 1690. Le aplican 300 misas.)

Juan González de Medina casado con María Alonso de Córdoba (B.1640)

Juan González de Medina con María Alcalde (B.1694)

Catalina González de Medina y Rozas (+ 10 de nov.1776-1800 misas), soltera, hija de Diego González de Medina y e Isabelana de Rozas. hermana del presbítero Diego González de Medina

Catalina González Gallego (+ 28 de octubre de 1753-400 misas) casada con Sebastián Salazar.

Juan González de la Cruz con Juana de Cabrera (hijo de Mateo (B.1651)

Pedro González de la Cruz (1605) con Catalina de Biedma (B.1634)

Pedro González de Medina (24 de febrero 1750-400 misas) con María Paula Gallego (29 de nov. 1748-200 misas.

Pedro González de la Cruz, el viejo (+ 4 de abril de 1648) con María Cobo (21 de abril de 1648), hijo de Pedro G. De la Cruz con Catalina de Viedma, tía de Joan de Medina (B.1634).

Pedro González de la Cruz con Catalina Viedma (+ 10 de mayo de 1648. Le aplican 670 misas.

Pedro González, el mozo, + 22 de junio de 1648. Le aplican 134 misas.
Juan González de la Cruz, 17 de agosto de 1648, Le aplican 400 misas.

Juan González de la Cruz (28 de enero de 1680) con María Cabrera. Le aplican 300 misas.

Mateo González de la Cruz (5 de octubre de 1657), viudo de Isabel Rodríguez. Le aplican 300 misas

Los González de la Cruz son el origen del apellido González de la marquesa. Aumentaron el gran capital al unir sus apellidos con los Medina y Contreras.


8. Antecedentes próximos de los marqueses.

Fueron los padres del primer marqués, Francisco Javier García de Quesada (Jaén), hijo de Blas García de Quesada (Jaén) y Catalina González de Medina (Valdepeñas), casado con María Josefa Martínez de Atocha, hija de Juan Martín (Martínez) de Atocha (Jaén) y Ana Santiago Ruiz de Contreras (Valdepeñas).
El abuelo paterno Blas García de Quesada es hijo de Juan Carlos García (Jaén) y Luciana de Quesada (Jaén).
[22] Esta línea, que habitualmente se pone, creo que es equivocada.
La abuela paterna Dña. Catalina González de Medina (Valdepeñas) es hija de Don Pedro González de Medina (Valdepeñas) y Francisca de Rozas (Valdepeñas).

El abuelo materno Juan (Martín) Martínez de Atocha (Jaén), es hijo de Diego Martínez de Atocha (Fuerte del Rey) y María de Aillón (Jaén)
La abuela materna Ana Santiago Ruiz de Contreras (Vadepeñas), es hija de Juan Ruiz de Contreras (Valdepeñas) y María González de Medina (Valdepeñas)
Tuvieron cinco hijos:

Pedro Gregorio García de Quesada y González de Medina, maestrescuela de la Catedral de Jaén y comisario del Santo Oficio.

Juan Jacinto de Quesada, canónigo, hijo de Blas de Quesada y Catalina de Biedma.

Francisco Javier García de Quesada y González de Medina, caballero venticuatro de Jaén y teniente corregidor, el cual se casó en la parroquia de San Pedro de Jaén en el año 1740 con Dña Josefa Martínez Atocha y Maixterra. Esta señota era hija de D.Juan Martínez de Atocha y de Dña Ana Santiago Ruiz de Contreras y González.

Estos últimos tuvieron varios hijos:
Juan José García de Quesada y Martínez de Atocha, chantre de la Catedral de Plasencia.

Pedro Tomas , canónigo de Jaén. Fue administrador de los bienes de la Catedral. En la guerra de la independencia, los franceses lo tuvieron preso en el Castillo, obligándole a pagar un fuerte rescate, con la amenaza de ahorcarle.

Agustín, monje benedictino.

Frey Diego García de Quesada y Martínez de Atocha, presbítero, de la orden de Calatrava, hijo de Francisco Javier de Quesada y Dña. Josefa Martínez de Atocha, primos segundos. Fue bautizado en Jaén el día 1 de julio de 1751 por Pedro Gregorio de Quesada, Maestrescuela de la Catedral de Jaén. Fueron sus padrinos Blas García de Quesada y Medina y Catalina de Viedma, sus abuelos.
.
Juan Bautista, prior de la Villa de Martos
Blas José García de Quesada, primer marqués.
Francisco,
Antonio, teniente de Navío y casado con María de la Encarnación García Guillelmi. Casado dos veces con Dña Agustina Antonia Pizarro y con Dña María Luisa Torres Gordo. Fue caballero 24.

La capellanía de Ruiz Cortecero la solicita Juan José de Quesada Martín, hijo de Javier García de Quesada y Medina y María Josefa Martín Masoterra y Atocha. Fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Jaén el 17 de octubre de 1741. Fueron sus abuelos paternos Blas García de Quesada y Catalina de Biedma y maternos Joan Martín Masoterra y Atocha y Ana Ruiz de Contreras, como dijimos anteiormente..

9.Primer marqués

D. Blas García de Quesada y Martínez Atocha, nació en Jaén el 1 de febrero del año 1744, caballero 24 de Jaén, y alférez de fragata, caballero de Santiago por real cédula de 26-11-1766 y por real decreto de 27-2-1767.Contrajo Matrimonio el día 17 de mayo de 1797 con Dña. Isabelana López González de Medina, hermana de D. Francisco López.
Fueron sus padres Francisco Javier García de Quesada y González de Medina, natural de Jaén, caballero veinticuatro, alcalde de la Santa Hermandad, y alcalde de Valdepeñas .
Fue su madre María Josefa Martínez de Atocha (desp. 26 nov. 1818)-
El título de Marqués le fue concedido por Carlos III, por decreto de fecha 3 de junio de 1787 y real despacho de 30 de agosto del mismo año.
Tuvo tres hijos Francisco Javier, Pedro y Blas.

10. Segundo Marqués

D. Francisco Javier García de Quesada y López González, primogénito del primer marqués, caballero de la orden de Carlos III, y alcalde de Valdepeñas en alguna ocasión..
Contrajo matrimonio con Dña. María Francisca Uztáriz y Valenciano, condesa de Reparas.
Murió sin descendencia el día 24 de noviembre de 1821, mandando le aplicaran 400 misas.

11. Tercer marqués

D. Pedro María García de Quesada y López González, nacido en valdepeñas el 17 de abril de 1770 casado con Dña Jacinta Carlota Aguilera y Blanco, natural de Alcázar de San Juan. Fueron sus padres Blas García de Quesada, marqués y Dña Isabelana López González , marqueses, ésta y el padre de Valdepeñas. Abuelos maternos D. Francisco Andrés Aguilera, Caballero de la Maestranza de Ronda en 27 de abril de 1788, éste y el infante, natural del Alcázar de San Juan y la abuela materna Dña María Elvira Blasco y Salazar, natural de Membrilla de Toledo.
Tuvo dos hijos:
D. Francisco Javier García de Quesada y Aguilera casado el año 1823 en Cambil con Dña María Josefa Salazar Melgarejo.
Muere el día dos de febrero de 1828, siendo enterrado en San Ildefonso.

12. Cuarto marqués

Blas García de Quesada y Aguilera, nacido en Valdepeñas, casado en 1823 con su prima hermana Dña. Francisca de Quesada y Dusmet, hija de D. Blas García de Quesada y López González, hermano de los marqueses II y III, oidor de la Real Chancillería de Granada y Dña Vicenta Dusmet y Ladrón de Guevara, hija del teniente coronel D. Vicente Dusmet y Barragán, Natural de Trapani (Italia) y Dña María de la Cruz Ladrón de Guevara.
En el año 1817 aparece una nota en la que el Obispo manda que el apellido Blasco sea rectificado por Blanco, ya que el interesado se va a presentar como alguacil mayor de la Inquisición de Murcia.
El marqués tuvo un hermano, Francisco Javier García de Quesada y Aguilera, casado con Dña. María Josefa Salazar y Melgarejo, natural de Cambil. En 1823 bautizan en Valdepeñas a su hijo Pedro Antonio.

13. Quinto Marqués

Pedro García de Quesada y García de Quesada, hijo del anterior marqués, casado con Dña. Clotilde Martínez de Vitoria y López Cózar.

14 Sexto Marqués.
Blas García de Quesada y Martínez Victoria, casado con María del Rosario Martell.

Fueron sus hermanos D. Manuel y Dña. Clotilde.

15.Séptimo Marqués

La séptima marquesa de Navasequilla fue Dña Clotilde de Quesada y Martel, que heredó el título en el año 1953. Contrajo matrimonio con el ingeniero granadino D. José López y Herranz.


[1] Biografía: Manuel Caballero, Un Valdepeñero Ilustre: El teólogo y Rector de la Universidad de Alcalá, D.Martín Malo, Lugia N. 25 .p. 39.

[2] M. De Ximena Jurado, Catálogo de los Obispos, p. 121.

[3] Gonzalo de Argote de Molina, Nobleza Andaluza, p. 458
[4] Manuel Caballero Vénzala, un Valdepeñero insigne, Teólogo y Rector de la Universidad de Alcalá D, Martín de Malo, en Lugia, n. 25, p. 39.
[5] Vide articulo Serafín Parra, la ermita del Parrizoso, en Lugia n.. 34 p. 21.
[6] Posiblemente sea de la familia de D. Francisco de los Cobos, que fue contador y secretario de Estado con Felipe II como él. Construyó el Salvador de Ubeda.
[7] Srafín Parra, De molino a Museo, el Alto de Santa Ana.
[8] AHDJ, civil, año 1640
[9] APV., libro de Sepelios, 26 de marzo 1652
[10] Libro de sepelios, 4 de agosto de 1656.
[11] La Ciudad de Jaén, Inventario de sus documentos, (1549-1727) n. 495, Ed. Preparada por J. Rodríguez, Diputación Provincial,1.982.
[12] O. C. N. 493.
[13] AHDJ, Valdepeñas de Jaén, Civil, 16 de enero de 1655.
[14] Tiene escrita una obra titulada Vida, Martirio y Traslación y Milagros de San Eufrasio, Obispo y patrono de Andujar, , con un subtítulo, Origen, antigüedad, y excelencias de la ciudad, privilegios de que goza y varones insignes en santidad, letras y armas que á tenido, publicada en 1657. Esta obra ha sido editada en Facsímil por la Diputación Provincial de Jaén, año 1996.
.
[16] Bibliografía: Rafael Cañada Quesada, Los García de Quesada y el Marquesado de Navasequilla, en Lugia, nn. 26 y 25, p. 16.
Rafael Cañada Quesada, Los García de Quesado y el Marquesado de Navasequilla, en Lugia n. 28, p. 16.
Rafael Cañada Quesada, Los García de Quesada y el Marquesado de Navasequilla, en Lugia n. 29, p. 16
Ramón Espantaleón Jubes, Geneaología de los Marqueses de Navasequilla, Lugia n. 32 p. 33
Junan Infante y Serafín Parra, La nobleza de Valdepeñas de Jaén (I), El Marquesado de Navasequilla, en Lugia n. 36, p. 23
Juan Infante y Serafín Parra, Nobleza de Valdepeñas de Jaén (II), Hidalgos de Valdepeñas, en Lugia nn. 37 y 38, p. 36.
Juan Infante y Serafín Parra, Hidalgos (III), En Lugia n.39, p. 21.
Juan Infante Martínez y Serafín Parra Delgado, Nobleza de Valdepeñas de Jaén (I): El Marquesado de Navasequilla, en Lugia n. 36, p. 23
inés Torres Navarrete, Un hidalgo de Valdepeñas, en Lugia n. 46, p. 25.

[17] Juan Infante y Serafín Parra, Nobleza de Valdepeñas de Jaén (III), hidalgos Valdepeñeros., en Lugia 39, p. 25
[18] Siguiendo la costumbre de la época hay un cambio de apellidos muy frecuente de los interesados, no siguiendo la línea normal de los apellidos.
[19] Junto a estos aparece Marín de Ortega, con poder de los PP. Jesuitas, del Colegio de Jaén, para poner pleito a Diego Martínez de Atocha, al no pagarle la renta de treinta y tres cabezas de cerdos por comerse las bellotas de Navalayegua.


[20] Posibemente hermana de Fernando de Quesada.
[21] Tuvo otro hermano Manuel García de Milla sacado con con Francisca Campos, que muere el 12 de octubre de 1655.
[22] En lugar de esta línea propuesta por los que han tratado el tema, pudieron ser Martín García de Milla y María de Quesada. Creo que es muy posible esta interpretación, como dijimos anteriormente..