martes, 14 de octubre de 2008

CAPÍTULO VII: Sociedad

1. Configuración social y causas que inciden en la vida y en la muerte

La institución social más importante del pueblo es el Ayuntamiento. La renovación se hacía todos los años, nombrando dos alcaldes, uno por el estado noble y otro por los plebeyos. Junto a estos hay varios regidores. Las reuniones, en los primeros años, las tenían los domingos al terminar la misa mayor. Siendo muy pocos los que tenían un cierto grado de cultura, los nombres se van repitiendo de un año para otro, como un servicio al pueblo.
Una gran parte de los vecinos no saben escribir y los pocos, que saben, deben acceder al puesto de alcalde o regidor. Los cargos se repiten año tras año y se reparten en una veintena de personas.
Por otra parte las atribuciones de los municipios son muy escasas, ya que su labor se limita a realizar las órdenes que les trasmiten desde arriba al ser analfabetos.
Junto esta institución existía la Santa Hermandad, al frente de la cual había uno del estado noble.
La Santa Hermandad fue organizada por los reyes católicos. Tuvo una gran actividad, ya que con ella decía Isabel la Católica que estaban siempre seguros los temerosos caminos.

Posteriormente llegó a trasformarse en una especie de policía rural, que llego a pervivir hasta el derrumbamiento del antiguo régimen, ejerciendo una labor de vigilancia para evitar hurtos, violencias, incendios, tala de árboles, o bandolerismo
Se solían elegir dos alcaldes, uno entre los hidalgos y otro entre los pecheros.
Los alcaldes eran auxiliados por los cuadrilleros.
El oficio de alcalde de la Santa Hermandad fue vendido por los reyes para sacar dinero, como nos consta por el pleito con D. Bernardo Ortega.
Para analizar el aspecto social del pueblo es necesario tener en cuenta distintos factores.
Vamos a analizar otras causas, distintas de las enfermedades, que inciden en la mortalidad tan alta en el periodo analizado y las fluctuaciones que se producen atendiendo a la edad, al tiempo y al mes, en que se produce la muerte.
Esto es, vamos a tener en cuenta el aspecto sociológico del problema.

1. La pobreza de una parte muy importante de la población.

Los vecinos de Valdepeñas reciben un lote igual de tierras como explicamos al hablar de la fundación del pueblo. En otros pueblos de la provincia no sucede así, ya que la mayor parte de la propiedad está en manos de un noble. Por este motivo, desde el año, 1539 en Valdepeñas hay una cierta igualdad entre los habitantes del pueblo.
Las diferencias económicas se producen con la venida a Valdepeñas de un grupo de personas, que compran algunas tierras realengas en el pueblo. Así sucede con los Malos de Molina, con los Arceo y posteriormente con D. Bernardo Ortega Gámiz, de los cuales hemos hablado en otro lugar.

Estas personas se integran en la vida del pueblo, y hasta mediados del sigo XVII, no hay en Valdepeñas muchos pobres, ya que la riqueza está muy repartida. Hay especialmente en este periodo una mujer, Dña. María Malo de Molina, que está muy pendiente de atender a los enfermos y necesitados. Era tan querida, que es la madrina de casi un veinte por ciento de los niños del pueblo.
A partir del año 1.650 empieza a crecer la población. Se incrementan las diferencias económicas, surge el mundo de los jornaleros, nace una nueva burguesía, que está especialmente representada por los González de la Cruz, los Ruiz Cortecero, los Medinas, los García de Quesada, los Ibáñez etc.
El índice de la pobreza asciende, y se incrementan las diferencias sociales.

Pero es especialmente a partir del año 1750, cuando comienza a incrementarse muy rápidamente la población, que no puede ser acogida en un pueblo, cuya configuración geográfica, por sus montañas, es un pueblo agrícola pobre, que no puede cubrir plenamente las necesidades de los nuevos habitantes. La consecuencia de ello es la emigración, que es abundante en este periodo y la roturación y corta de una gran mayoría de los montes, que quedan casi yermos. Este proceso de emigración va a durar hasta muy entrado el siglo XX, en que el pueblo pierde más de tres mil habitantes..

Las múltiples guerras, a las que tiene que hacer frente España, arrastran tras de sí a una juventud rural y esquilman a la población de una manera impresionante con infinidad de impuestos para hacer frente a las necesidades de tantas guerras.
Este proceso impositivo, que empieza con Felipe II, que en el año 1618 señaló, por una real cédula el servicio llamado de millones para los años 1618, 1619 y 1620, señalando a Valdepeñas, los Villares, el Campillo, la Mancha un quento y trescientos y veinte y dos mil y ciento y cincuenta y dos mrs.

La conclusión que sacamos es muy clara. La igualdad inicial, entre los vecinos del pueblo se ha roto de una manera radical, quedando la mayor parte de la propiedad concentrada en muy pocas personas.

2. La infertilidad de la tierra

La esterilidad de la tierra era motivada por diversos motivos: Por la destrucción de las cosechas a consecuencia del fuego, por las guerras, por la langosta, por la falta de lluvia o a consecuencia de un fuerte granizada.
En más de una ocasión la caída de pedrisco destruyó todas las hortalizas sembradas en el pueblo. Al día siguiente los vecinos recogieron miles de pájaros en las alamedas del pueblo.
Estas granizadas fueron impresionantes en los años 1641, 1642, 1.680 como consta en los libros de fábrica.
En otros años se producen lluvias muy torrenciales, que arrasan todas las huertas que hay junto al río, causando daños muy serios.
Frente a la esterilidad, el arrendatario tenía el llamado derecho de esterilidad, ya recogido en las Partidas de Alfonso X el sabio. Este derecho consistía en no pagar al dueño del terreno la renta acordada o sólo parte de ella, si la ruina no había sido total.

El derecho de esterilidad dura en Valdepeñas hasta muy tardíamente, ya que se pedía la exención de la cuota del arrendamiento, tasada por los peritos del pueblo y paralelamente la exclusión de la paga de impuestos, interviniendo en este último caso el municipio, que eran el encargado de pedir estas exenciones a los políticos.
Los ciclos de esterilidad, por la falta de agua, eran muy frecuentes, llegando en varias ocasiones a durar varios años. Ello traía consigo el hambre y la muerte, especialmente de aquellas familias que no habían podido acopiar alimentos.

Estos ciclos de sequía fueron muy frecuentes, como se recoge en las actas del municipio y en los libros parroquiales.
No obstante, en Valdepeñas, el problema en los primeros tiempos no tuvo mucha incidencia, ya que en las huertas se criaban muchas hortalizas y frutos, que venían a remediar la escasez de cereales, con los que se hacía el pan de trigo.
La abundancia de agua, aún en los tiempos secos, permitía la siembra de muchas hortalizas, que remediaban el hambre. La siembra del tomate y de la patata, una vez que se aclimataron al traerlos de América, quitaron mucha hambre en el pueblo.

El hombre del medioevo vive del campo y está pendiente de las nubes, que cruzan el cielo; sabe que el año que no llueve, no hay trigo, ni cebada, ni hortalizas de verano. El hambre, corre como señora por todas las casas.
Aquel hombre muy religioso, se sentía impotente ante las fuerzas de la naturaleza y acudía a Dios, como el Padre todo poderoso que podría remediar sus necesidades.
En el año 1702 los Cabildos catedralicio y municipal de Jaén acuerdan hacer unas rogativas a la Virgen de la Antigua para pedir la lluvia. Por la tarde se organizó una procesión y por la mañana una fiesta.
No llovía y en el mes de mayo volvieron hacerse rogativas, sacando en procesión a Nuestro Padre Jesús. El torrente de aguas fue tan fuerte, que tuvieron que guardar las imágenes de la Virgen y de Nuestro Padre Jesús en la parroquia de San Ildefonso.

En Valdepeñas la salida del Cristo de Chircales en procesión por las calles del pueblo fue un hecho frecuente, suplicando que los cielos se abrieran con la saludable lluvia.
Ante esta tragedia que se cernía por el pueblo, los alcaldes reunían a los mayores contribuyentes, creando comisiones que estudiaran las forma de salir de aquella situación y ayudar a los que se morían de hambre. Esta preocupación de los regidores se repite en los años 1.605, 1617, 1.630, 1.646, 1.653, 1660, 1.803,1805, 1.812. Este último año fue trágica la situación de muchos jornaleros, que se ven abocados a pasar hambre y consecuentemente ser presas de ciertas enfermedades, especialmente la tuberculosis.
En raras ocasiones la infertilidad era debida a la langosta. En el mes de marzo de 1677 el entonces Obispo de Jaén fray Benito Marín escribió una pastoral y organizó una procesión y una misa de rogativas en el Hospital de San Juan de Dios, donde se veneraba la imagen de San Gregorio Hostiense, especial protector contra la langosta. Para el Obispo la langosta era un fuego voraz que devora todos los frutos de la tierra sin perdonar la siembra, el árbol, la planta y la yerva..
No obstante en Valdepeñas sólo he podido constatar esta plaga en dos ocasiones.

Aunque, con menos incidencia, también una plaga de gorriones podía arruinar los sembrados. Todo el pueblo lucha aguerridamente contra esta plaga, que asolaba los trigos, cebada, maíz y frutos de sus vegas.
[1]
En 1803 el hambre se extendió por todo el reino, hasta el extremo que murió mucha gente.

En el año 1812 dice Vicente María Molino: Ya a principios del 1812 se comenzó a sentir grave y generalmente el hambre; aquel mortal azote, cuya memoria se eternizará bajo la frase proverbial del hambre de 1812; y hambre que, según adelantaba la estación, adquiría proporciones más mortíferas y desgarradoras. Baste decir que, habiendo subido el precio del trigo hasta más de 400 reales fanega, llegó ya a tal apuro su escasez que ni aún a precio de plata se encontraba un pan. Mi corazón desfallece al recordar aquellos esqueletos ambulantes, que después de haber devorado los cuadrúpedos, los reptiles, los yerbatos y los desperdicios más repugnantes, caían repentinamente muertos en las calles y plazas.
[2]

Todo ello debido a la sequía, a la invasión de los franceses y a los impuestos, que tenía que afrontar el pueblo a consecuencia de las guerras de momento.
En Valdepeñas el año fue trágico, debiendo el Ayuntamiento convocar a los mayores contribuyentes para remediar la situación.
El cabildo catedralicio en estas fechas, ante la esterilidad de la tierra por falta de agua, acuerda librar una cantidad para los pobres y organiza unas rogativas, consistentes en un triduo a Nuestro Padre Jesús, terminando con una procesión.
[3]

Puesto que no ha caído ni una gota a finales de marzo de 1825 y los trigos sembrados se están secando, el Obispo comunica una orden del Ministerio de Estado, mandando que se hagan unas rogativas. Se invita al Ayuntamiento y demás autoridades civiles y militares a una función religiosa, que se organiza en la Catedral.
A continuación comunica que, en vista de la miseria en que se encuentran muchos labradores y jornaleros de esta diócesis a consecuencia de la sequía, el Rey ha mandado diferentes cantidades de dinero para que se inviertan en la carretera que se ha empezado a abrir entre Granada y la Capital para atender a los jornaleros y familias necesitadas.
[4]
Junto a la peste, no podemos olvidar las consecuencias tan negativas que va a tener en este periodo la lucha carlista, y la desamortización de Mendizábal (1836-37), que incide de una manera muy negativa en las personas más pobres, ya que los bienes y las ganancias cayeron en manos de la burguesía, que explotó a los jornaleros.

El año 1855 fue un año de fuertes lluvias, que estropearon las cosechas y la mayor parte de las huertas del pueblo, ya que llenó de piedras las vegas, como consta en los libros de fábrica de la parroquia.
A esto se unió la peste que, viniendo de Jaén, ocasionó los más terribles estragos. Se produjeron diversos robos, atracos y saqueos hasta el extremo de que el Ayuntamiento debió nombrar guardas especiales para evitar el robo y el pillaje de gentes que venían de Jaén y otros pueblos.
Muchos cortijos del pueblo fueron asaltados.
En Valdepeñas murieron este año 278 adultos y 165 niños, quedando la población muy diezmada. Hay muchas familias, en las que mueren el padre y la madre y el alcalde con el párroco deben entregarlos a otros familiares. Hay ejemplos muy edificantes de esta acogida.
En el año 1859 se repitieron las lluvias torrenciales.
En los años 1859, 1863, 1865, 1867, 1868 se repiten estos ciclos de esterilidad.
En el año 1869 hubo una granizada tan grande, que destruyó todas las hortalizas.
[5]

3. La falta de sanidad.

La sanidad y la higiene eran muy deficientes. En los primeros registros de bautismo no he encontrado ningún oficio que haga la menor relación a la medicina. Sólo en una ocasión aparece el oficio de sanante, que sería el equivalente actual de médico. En varias ocasiones, sin embargo, aparece el oficio de partera o comadre, que no tenía conocimientos científicos ni medios para ayudar en el trance del nacimiento, como hemos explicado en otro lugar. Por este motivo era muy frecuente la muerte de la mujer en el parto y las consiguientes fiebres puerperales con las infecciones y hemorragias frecuentes por la falta de higiene.
La farmacia se encuentra en el campo, como dijimos y con la teoría de los humores se usan las sanguijuelas, las ventosas y los barberos, que son los encargados de hacer las sangrías y sacar los dientes.
Las epidemias de gripe, de viruela, de tuberculosis, de tifus etc arrasan el pueblo, ya que no tienen medios para luchar contra la enfermedades, y las causas que las provocan son desconocidas para ellos.
La conducción de las aguas y el alcantarillado calculo que se hicieron hacia el año 1840. Los vecinos de la zona del Bahondillo en 1.869 hacen una suscripción para poner un pilar con el fin de tener el agua más cercana, ya que deben ir en ese momento a recogerla a la plaza.

4. Las condiciones ambientales

El verano es muy propenso a las enfermedades infecciosas, debido a las malas condiciones de las aguas, que trascurrían por medio del pueblo en unas acequias, que nacían en el Badillo y la Fuente de los Chorros y recorrían todo el pueblo para regar los huertos y recoger el agua necesaria para la limpieza de las casas.
En estas acequias se lavaba y en ocasiones se bebía, aunque el aguadero principal era la fuente de los Chorros, que estaba muy cercana.
En el invierno, sobre todo en los días duros de nieve y frío, eran muy frecuentes las pulmonías y otro tipo de enfermedades, como se puede ver en los croquis presentados, ya que en el invierno se produce un incremento de las muertes.

En las tablas siguientes podemos comprobar el índice de muertes en las distintas épocas de año. Hay años en que aumenta el número, especialmente en el verano, debido a que se produce una infección de características indefinidas, como hemos visto al hablar de las enfermedades.

Me limito a presentar sólo unos esquemas, ya que el organigrama se repite todos los años. El índice de mortalidad aumenta en los meses de verano. En junio, en el periodo contemplado en las tablas, mueren 122; en julio 233 y en Agosto 302. En los meses de octubre, noviembre y diciembre los muertos son respectivamente: 134, 136 y 119.
En los otros meses se produce una mortalidad normal. El frío en algunos años fue muy intenso por las fuertes nevadas y las casas y especialmente la vestimenta no era la más óptima para poder soportar estas bajas temperaturas.
Lo dicho se puede comprobar en el siguiente cuadro:
Muertos por meses desde 1846 a 1858

Meses
1846
1847
1848
1849
1850
1851
1852
1853
18554
1855
1856
1857
1858
Total
Enero
4
9
2
4
20
6
8
5
5
13
5
7
4
92
Febrero
0
10
11
4
3
3
11
6
9
5
4
6
7
80
Marzo
7
10
1
2
10
4
9
12
4
7
4
7
7
84
Abril
8
9
2
7
9
4
6
5
10
11
2
12
10
95
Mayo
14
4
9
4
10
6
4
5
7
17
5
7
6
98
Junio
14
5
11
3
14
11
8
6
6
13
7
11
13
122
Julio
20
5
10
3
40
13
7
23
12
49
15
7
19
223
Agosto
14
11
19
6
27
10
4
17
16
127
7
20
24
302
Septiembre
12
6
8
3
7
9
11
9
13
17
4
13
17
128
Octubre
10
5
0
7
5
8
16
12
24
11
9
14
13
134
Noviembre
11
8
13
2
7
9
12
6
10
1
10
11
4
106
Diciembre
13
9
1
7
7
6
7
7
8
4
5
9
6
119
Total













1583

Hay una edad en la que se aumenta de una manera muy alarmante la muerte.
Como podéis ver en las siguientes tablas, la muerte de los niños tiene más incidencia en los años primero y segundo. Una vez que pasan esta línea, tienen casi asegurada la vida. Así en el año 1847 mueren 20 y 13 niños de un año y dos; en 1848, 11 y 14; en 1849, 30 y 25; 1850, 36 y 18; en 1851, 17 y 5.
En las siguientes tablas, sin necesidad de hacer comentarios, se puede ver reflejada esta afirmación.
Muertos por edades en el año 1833


Días
2
3
12
30
50
***
***
***
***
Número
1
1
1
1
1
***
***
Total

Meses
4
6
7
14
18
***
***
***
***
Número
1
1
1
2
1
***
***
Total

Años
1
2
3
4
14
18
21
23
28
Número
15
8
4
4
1
1
2
2
1
Años
30
32
36
37
40
45
46
50
52
Número
2
1
1
1
1
1
1
3
1
Años
56
58
60
67
70
74
76
77
86
Número
2
2
6
1
1
1
2
1
1
Años
93
**
**
**
**
**
**
**
**
Número
1
**
**
**
**
**
**
Total


Muertos por edades. año 1842

Días
6
9
15
16
**
**
**
**
**
Número
1
1
1
2
**
**
**
Total
5
Meses
1
2
3
6
16
12
16
20
22
Número

2
7
3
1
1
1
1
1 Total 16
Años
1
2
3
4
6
7
13
15
16
Número
19
6
3
1
2
1
1
1
1
Años
19
20
22
23
26
30
35
40
44
Número
2
1
1
1
1
1
2
1
1
Años
45
46
48
50
57
70
71
75
84
Número
2
1
1
2
1
5
1
3
1
Años
87
90
**
**
**
**
**
**
**
Número
1
1
**
**
**
**
**
Total


Muertos por edades. año 1843

Días
2
4
6
15
20




Número
1
1
1
1
1




Meses
2
3
6

7
9
12
18

Número
1
2
4

1
1
2
3
Total 14
Años
1
2
3
8
9
13
15
17
19
Número
7
7
1
1
1
1
1
1
1
Años
20
22
23
26
27
31
34
36
40
Número
1
1
1
1
1
1
1
1
2
Año
44
45
50
51
57
58
60
70
1
Número
2
1
2
1
1
4
1


Años
72
73
76
86
**
**
**
**
**
Número
1
1
1
1



Total


Muertos por edades. año 1844

Días
1
3
8
20
**
**
**
**
**
Número
1
1
1
1
**
**
**
Total

Meses
1
2
4
6
11
14
19
20

Número
2
1
3
2
1
1
1
1
Total
Años
1
2
3
4
6
8
9
11
13
Número
6
11
1
2
2
1
1
2
1
Años
14
15
18
20
22
28
31
32
33
Número
1
1
1
1
1
1
1
1
1
Años
40
46
55
57
60
70
75
76
77
Número
1
1
1
1
2
5
1
2
1
Años
80
88
**
**
**
**
**
**
**
Número
1
1
**
**
**
**
**
Total


Muertos por edades. año 1845

Dias
11
15
20
**
**
**
**
**
**
Número
1
2
1
**
**
**
**
Total
4
Meses
1
2
3
6
7
8
9
16
18
Número
2
2
7
3
3
1
1
3
1
Meses
19
20
**
**
**
**
**
**
**
Número
1
1
**
**
**
**
**
Total
25
Años
1
2
3
4
5
6
9
12
16
Nùmero
5
7
4
1
1
1
1
1
1
Años
19
20
24
25
27
28
32
34
35
Número
1
1
1
1
1
2
1
1
1
Años
36
37
40
42
43
45
56
59
63
Número
1
1
1
1
1
1
1
1
1
Años
65
70
75
87
**
**
**
**
**
Número
1
3
2
1
**
**
**
Total

.
Muertos por edades. año 1847

Meses
1
4
6
15
17
18
19


Número
4
1
2
1
2
4
1
Total
15
Años
1
2
3
4
5
6
9
13
26
Número
20
13
4
2
1
2
1
1
1
Años
30
34
38
40
41
42
45
50
55
Número
3
1
1
2
1
2
1
3
2
Años
58
60
63
70
75
76
78
81
85
Número
1
3
4
1
3
1
1
1
1
Años
90
94
**
**
**
**
**
**
**
Número
1
1
**
**
**
**
**
Total


Muertos por edades. año 1848

Días
3
4
6
8
15
18
20
**
**
Número
2
1
1
1
1
1
1
**
Total 8
Meses
2
3
4
5
8
7
8
9
10
Número
3
2
2
2
3
2
1
2
2 Total 17
Años
1
2
3
4
5
6
7
12
16
Número
11
14
2
3
1
2
2
1
4
Años
18
22
23
24
26
30
40
45
46
Número
1
1
2
1
1
1
3
1
2
Años
48
50
58
60
62
65
66
68
75
Número
1
3
1
2
1
3
1
2
1
Años
78
81
96
**
**
**
**
**
**
Número
1
1
1
**
**
**
**
**
Total

Muertos por edades. año 1849

Días
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Número
1
1
2
1
3
6
2
1
3
Días
15
16
17
18
21
**
**
**
**
Número
2
1
2
4
1
**
**
Total
30
Meses
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Número
1
1
2
1
3
6
2
1
3
Meses
15
16
17
18
19
21
**
**

Número
2
1
2
4
1
1
**
Total
31
Años
1
2
3
4
5
6
7
9
12
Número
30
25
11
8
4
7
1
4
1
Años
13
16
18
20
22
24
26
30
35
Número
1
1
1
3
1
2
1
1
1
Años
38
42
49
50
51
53
56
70
71
Número
1
1
1
2
1
1
1
7
1
Años
74
75
76
80
85
89
**
**
**
Número
1
2
1
4
1
1
**
Total


Muertos por edades. año 1850

Dias
1
3
4
7
18
20



Número
4
1
1
1
2
1

Total
10
Meses
1
3
4
5
6
7
8
9
17
Número
5
1
2
1
3
1
1
1
1
Meses
18
20
**
**
**
**
**
**
**
Número
1
1





Total
17
Años
1
2
3
5
6
9
17
18
19
Número
36
18
4
3
2
2
1
2
1
Años
22
50
54
55
56
60
65
70
75
Número
2
5
1
2
1
4
1
2
1
Años
76
80
84
85
90
95



Número
1
4
1
1
1
1

Total


Muertos por edades. año 1851

Días
3
7
8
12
15
**
**
**
**
Número
1
1
2
1
1
**
**
Total
6
Meses
1
2
3
4
5
6
**
**
**
Número
9
3
1
1
1
1
**
Total
16
Años
1
2
3
5
6
7
14
17
20
Número
17
5
1
1
2
1
1
1
1
Años
23
24
28
30
33
36
41
42
45
Número
2
1
1
2
1
1
1
1
1
Años
50
56
58
60
70
80
85


Número
1
1
1
2
5
1
1
Total

Muertos pro edades. año 1857

Días
3
6
7
12
20
28



Número
1
3
1
1
1
1













Meses
1
2
3
4
5
6
7
8
10
Número
2
2
3
5
1
4
2
1
1
Meses
18
19







Número
7
1







Años
1
2
3
4
6
8
10
11
12
Número
11
9
5
2
3
1
3
1
1
Años
17
19
20
21
23
28
29
30
32
Número
1
1
1
1
1
1
1
2
2
Años
34
35
40
41
43
44
55
56
57
Número
3
1
2
1
1
1
1
1
1
Años
60
61
62
63
65
70
71
73
76
Número
2
1
1
3
2
3
2
1
1
Años
77
78
83
85
**
**
**
**
**
Número
1
2
1
1
**
**
**
Total



4. El cólera morbo

El cólera morbo en el año 1.834 tuvo una gran incidencia en Valdepeñas. En este momento, según Madoz, Valdepeñas tenía 923 vecinos, con una población aproximada de 4.309 almas.

Mueren en Valdepeñas 334 personas, de las cuales 228 eran adultos y 104 párvulos. La peste empieza en el mes de junio. Hay días en que mueren más de quince personas. Los muertos los llevan directamente al cementerio con el fin de evitar el contagio. La población que tiene posibilidades huye a los cortijos, donde las posibilidades de infección son mucho menores.
Veamos las estadísticas:
Muertos en la epidemia de cólera en el mes de Junio

Día
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
Adultos
2
2
3
3
1
4
1
4
0
10
9
Párvulos
0
0
0
0
0
0
1
1
0
2
3
Día
26
27
28
29
30
***
***
***
***
***
***
Adultos
6
5
8
7
7
***
***
***
Total
Adultos
71
Párvulos
1
0
3
1
3
***
***
**
Tota
Párvulos
15
Muertos en la epidemia de peste en el mes de julio
Día
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
Adultos
6
6
6
8
11
5
10
1
1
4
11
6
7
3
4
7
Párvulos
0
1
0
0
3
2
3
0
1
3
4
3
1
0
1
1
Día
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
31


Adultos
5
3
2
5
7
4
3
3
5
3
2
1
2
1
Total
140
Párvulos
0
1
1
1
2
2
1
0
1
2
0
0
1
0
Total
35
Muertos en la peste del mes de agosto
Día
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
Adultos
0
1
4
2
0
0
3
1
4
0
1
0
3
1
0
2
Párvulos
0
1
0
0
0
0
1
0
3
0
0
0
2
1
0
2
Día
17
18
19*
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

Adultos
0
0
2
0
0
0
0
0
0
2
0
1
0
1
Total
28
Párvulos
0
0
1
0
0
0
0
0
O
1
0
1
0
0
Total
13
Muertos en el mes de Septiembre
Día
7
11
14
16
23
26
29
30


Adultos
1
1
1
1
1
1
2
1
Total
9
Párvulos
0
0
1
1
1
0
1
0
Total
4
Muertos en el mes de octubre
Días
3
4
8
9
12
14
23
24
31
Total
Adultos
1
1
2
1
1
1
1
1
1
10
Párvulos
1
0
1
0
1
1
1
0
1
6
Muertos en el mes de Noviembre
Días
4
12
20
21
***
***
***
***
***
***
Adultos
1
2
1
1
***
***
***
***
Total
5
Párvulos
0
1
0
0
***
***
***
***
Total
1
Muertos en el mes de diciembre
Días
1
6
8
9
17
29
***
8
Adultos
2
1
1
1
1
2
Total
3
Párvulos
1
1
1
0
0
9
Total

.

5.Los Oficios
[6]

1. Etapa
En esta primera etapa, desde la fundación del pueblo hasta el año 1838, no conocemos exactamente los oficios existentes en el pueblo, ya que no son reseñados en los libros parroquiales.
No obstante, las estructura social del pueblo en los primeros tiempos, es muy idéntica, ya que los 150 primeros vecinos reciben el mismo lote de tierras, como dijimos anteriormente. El pueblo nace con una igualdad fundamental de todos los vecinos.
La distribución de los oficios va a complementar lo que dijimos sobre la estructura social del pueblo en su fundación, haciéndonos ver unos aspectos, que no hemos contemplado anteriormente.
Conocemos perfectamente la estructura social del pueblo en el momento de la fundación, ya que vienen reseñados los oficios del pueblo. Con el paso del tiempo esta estructura cambia.
A finales del XVI y principios del XVII se instalan e Valdepeñas varias familias, que han comprado una gran parte de las tierras realengas, como dijimos anteriormente.
Hay una cierta integración social entre los vecinos. A pesar de esta integración social, las familias económicamente más fuertes se casan entre ellos, en unas uniones múltiples, que van a durar hasta finales del XIX. Una gran parte de ellos dejan de vivir en el pueblo, a finales del XIX.
La vida económica es próspera en esta primera etapa. Hay dos industrias de cierta importancia. Una fábrica de papel y otra de vidrio, que exportaron a toda Andalucía muchos de sus productos.
Es a partir de principios del siglo XVII, cuando, con el crecimiento demográfico, empieza a nacer la nueva clase de los jornaleros.
La propiedad empieza a concentrarse en un grupo más reducido y nace el fenómeno de la emigración, que va a estar muy presente en los siglos posteriores, ya que las tierras de Valdepeñas son muy pobres y no podían dar de comer, con sus estructuras agrarias, al crecido número de habitantes.
Este fenómeno de la emigración es muy amplio, aunque es muy difícil de constatar, al no tener a mano documentos, que lo acrediten.

No obstante, como hemos visto en la fundación de Valdepeñas, vienen al pueblo muchos vecinos con su respectivo oficio, aunque los más abundan son los labradores.
En los años posteriores he podido reseñar los siguientes oficios:

Aladrero: Francisco Serrano (1577)
Alférez, Joan de Medina (1618)
Bailador: Juan de Ocaña, bailador +20 feb. 1657.
Ballestero: Lucas de Heredia,+ 8 de mayo 1657
Barbero Cristóbal Ramos (B.1606)
Batanero, Francisco de Aranda (B.1630)
Cantero: Francisco del Castillo ( B.1577)
Capatero: Cristóbal Serrano (B. 578)
Carpintero Cristóbal Serrano (1577)
Carpintero, Juan de Molina (B. 1577)
Carpintero: Pedro de Molina (B. 1577)
Carpintero: Alonso García (B.1577)
Carrero. Pedro Ruiz (B.1578)
Comadre de parir: Benita de Ortega (B.1623).
Comadre de parir: María de Ortega (B.1627)
Comadre de parir: María de Valenzuela (B.1626)
Cordonero: Diego López (B. 1578)
Cordonero: Sabastián López (B.1655-1)
Cortador: Alejo Martín (B.1577)
Cortador: Bartolomé Muro, + 14 dic. 1667
Curante: Alonsode Ortega (B.1578)
Ermitaño: Juan (B.1626)
Escribano: Alonso de Aranda con Francisca Gutiérrez (1618)
Escribano: Alonso García con Melchora de Molina
Escribano: Antón García con Inés López (B.1618)
Escribano: Antón González con Inés López (B. 1623)
Escribano: Felipe de Santiago con María (B.1630)
Herrero, José Pérez + 1649- 1
Machero: Juan Ruiz
Maestro de armas: Benito López (B. 1602)
Molinero: Juan Martínez (B.1609)
Molinero: Diego López con Isabel García (B.1584)
Podador: Cristóbal López (1608)
Regidor, Melchor de Vilchez (B. 1621)
Vidriero: Roque Saenz, + 1649-13.
Yesero: Cristóbal Hernández (B.1623)


2. Etapa

Abogado: D. Antonio María de Raya (B. 1858)
Un abogado para los muchos pleitos.

Aladreros: Eran muy necesarios para arreglar los aperos del campoMartín Marchal (+1838)
Pedro Aguado (+1838)
Diego Galán (B. 1858)
Matías Campos (B. 1849)

Alabardero: Francisco Rodríguez (+1838)
No sé que haría aquí un alabardero.

Alarife(1) y tablajero (1)).
Cortador de Carne: Juan María León (B. 1859)
El alarife ganaba 5 reales y el tablajero 4.
Eran suficientes estos dos personajes, ya que en el año 1752 se mataba en el pueblo un res diaria y en el año 1850 dos. La carnicería estaba en los bajos del Ayuntamiento.
El matadero estaba en las Españuelas. El carnicero era nombrado por el municipio y cobraba por pieza matada, de acuerdo con un baremo establecido por el alcalde en las distintas épocas.

Albañiles:
Antonio Montes (+1838)
Guillermo García (+ 1838)
Rosendo Palomino (+1838)
Cristóbal García (B. 1862)
Juan Montes (+1847, 19)

En el periodo estudiado hay cinco albañiles para realizar las obras que se hacían en el pueblo. Evidentemente son pocos, para los mil vecinos que había en el periodo estudiado.
Lo cual demuestra que el sector estaba prácticamente muerto, ya que en el año 1.812 había 6.

Albarquero o abarquero:
José Pérez (+1849, 36).
El oficio de albarquero era muy importante, ya que el calzado normal de los campesinos eran las albarcas y los peales, que no hace mucho tiempo, que han desaparecido en el pueblo.
El oficio ha sido tan olvidado, que ni siquiera lo recoge la nueva edición del diccionario de la Real Academia.

Alfarero:
Manuel Periguel (+1847, 81).
Cantarero: Miguel Prieto (B. 1852).
Cantarero: Ramón Leiva (+1847, 41).
Ladrero: Diego Galán (B. 1861)

Los oficios son distintos, y tienen en común el barro. Los oficio de alfarero, ladrero, y cantarero eran muy necesarios para la construcción de tejas, botijos, atanores, ladrillos y especialmente cántaros, ya que el agua que se consumía en las casas se trasportaba por medio de ellos.

Alguacil:
Ignacio Milla (+1849, 47).
En el municipio había un solo alguacil, cuyas funciones fueron distintas en los diversos periodos.

Armero:
Juan Frasquiel de Martos (B. 1863).
Un solo armero para las doce escopetas, que había en el pueblo. Debería tener algún trabajo complementario, ya que de ello no podía vivir.

Arrieros:
Diego Melgarejo (+1844, 58).
José Pérez (B. 1843)
Nicolás Molina (B. 1845)
Nicomedes Molina, (+1849, 11)

En Valdepeñas había cuatro arrieros. Ellos trasportaban el carbón a Granada y a Jaén y los productos de sus huertas y traían algunos artículos de primera necesidad, que no existían en el pueblo. Dado que era el único medio de trasporte, ello nos hace comprender la escasa comercialización, que existía en el pueblo en este momento y los escasos artículos, que venían de fuera.
No obstante la reseña posiblemente no sea completa, ya que en el año 1812 había 13 arrieros, con ocho mulas y 18 burros.

Barbero:
Guillermo Sansaloni (B. 1843)
José Cobo (1850, 135).
Juan Vela (B.1849)
Santiago Galán (B. 1863)
Barbero-Sangrante: José Jordán (B. 1850)

Cinco barberos cuidaban el cabello y las barbas de los caballeros, ya que en ésta época éstas eran frecuentes. Las damas no tenían en estos momentos sus peluquerías, ya que los presupuestos no daban para tanto.

Capitán:
Juan Sansaloni (+1838).
Un capitán jubilado, que había estado presente en las revoluciones de la época.

Carboneros:
Diego Hernández (+1851, 87).
Manuel Martínez (+1838)
Miguel Espinosa (B. 1852)
Ranchero: Andrés Torres (1850, 1).
Ranchero: Bartolomé Zamora (B. 1850)
Ranchero: J. Calluela, de Nijar (Almería) (B. 1850)
Ranchero: Pedro Gondar, de Lugo (B. 1857)

Sólo aparecen siete carboneros y cuatro rancheros, residentes en Valdepeñas. Hay entre ellos dos gallegos, ya que estos habían bajado de Galicia, como unos grandes maestros en este quehacer. Había otro grupo de carboneros, naturales de Carchelejo, que se quedaban con las contratas, como hemos explicado ampliamente al hablar del carbón en otro lugar.

Carpinteros:
Simón Jiménez (B. 1864)
Blas Medel (B. 166)
Diego Galán (+1853, 91).
Francisco Jordán (B. 1856)
José Ortega (B. 1863)
Manuel Galán (+1838)
Mariano García (B. 1863)
Ricardo Tello (B. 1866)
Juan Chica (1864)


Me ha sorprendido que hubiera en Valdepeñas nueve carpinteros y cuatro aladreros. Ellos eran los encargados de tener a punto los muebles de las casas y arreglar las puertas y ventanas, tan necesarias en los duros inviernos del pueblo. Ellos construían artesas, celemines y otras medidas, las horcas y palas, elaboradas con los centenarios quejigos, para aventar la paja de nuestras eras.

Ceacero:
Pablo Mora (B. 1862)
Había sólo un ceacero para confeccionar los ceazos tan necesarios para cerner la ceniza y la harina y construir las cribas tan necesarias para las parvas de nuestras eras.

Comerciantes:
En Abacería: Inocencia Pérez (1864)
Comerciante en Abacería: Gregorio Montes (B. 1863)
Comerciante: Joaquín Aparicio , de Valencia (1864)
Comerciante: Mariano Martínez (B. 1863)
Comerciante: José Torres (+1844, 26) con Rita Medina (+ 28-ener. 1853, 4).
Mercader: D. José de Torres con Dña Paula Moreno (B. 1843)
Recovero: Miguel Martínez (1840)

El comercio, decía al principio, empieza a incrementarse a partir de este momento, ya que los liberales intentaron mejorar el intercambio de bienes, especialmente el trigo, para evitar el hambre. No obstante, lo normal era que los vecinos vendieran en sus propias casas, especialmente el vino y las hortalizas. Dos comerciantes de abacería eran los encargados de traer de fuera lo necesario para el menaje de las casas. D. Mariano tenía una farmacia y D. Joaquín Aparicio, posiblemente vino de Valencia a vender los zapatos, ya que empezaban a existir las primeras fábricas. El trabajo de nuestros zapateros era enloquecedor. El recovero recorría el territorio, y pasando por todos los cortijos del pueblo compraba huevos, y gallinas o los intercambiaba por otros géneros.

Tabernero:
Pedro Escabias (B. 1846)
Sólo hay un tabernero. Ello tiene su explicación, ya que en todas las casas había su bodega, en la que se guardaba el vino. La venta de vino en las mismas casas era muy corriente en esta época. Por otra parte no había mucho dinero para gastárselo en las tabernas. No obstante el oficio es muy antiguo, ya que los romanos tenían sus tabernas.

Confitero:
Matías García (B. 1861)
Había un confitero. Nuestros paisanos no debían ser muy golosos. No es de extrañar que hubiera sólo un confitero, ya que los dulces los hacían las amas de casa en los hornos del pueblo. A los roscos de aceite, que tanta tradición tienen, las amas de casa les daban un toque especial.

Correo:
Pedro Rodríguez (B. 1852)
El correo iba todas las mañanas a Jaén. Era un oficio pagado por el Ayuntamiento. A la tarde llegaba al pueblo y repartía las cartas. En los momentos, en que había bandoleros en la sierra, era acompañado por las fuerzas de la milicia local, ya que, en alguna ocasión, lo había asaltado.

Curtidores de pieles y pellejeros:

José Barrero (B. 1849)
Gregorio Martínez (+1448, 86).
Miguel Martínez (B. 1849)
Francisco Guerrero (+18
Angel Martínez (+ 1843. 64)
José Barredo (+1852, 9).
Miguel Martínez (+ 1844, 64).

Traficante en pieles:
José Pérez(B. 1848)
El oficio de curtidor de pieles era indispensable en esta sociedad. Pensad que en este periodo se mataban en Valdepeñas para consumo del pueblo de dos a tres reses diarias. A esta labor estaban dedicados tres pellejeros, y varios curtidores.
La ganadería tenía mucha importancia en el pueblo. Con las pieles se confeccionaban las abarcas, zapatos y alforjas. Con las pieles de ovejas se construían los pellicos, que abrigaban más que las actuales pellizas y unas esteras o pies de cama maravillosas. Los pastores no podían prescindir de ellos.
Junto a los curtidores un tratante de pieles, para llevarlas a Granada y Jaén.

Escribanos del Ayuntamiento:
Juan María Siles (B. 1857)
Lorenzo Soriano (B. 1854)
Alejandro Mouton (B. 1850)
Carlos Montijano (B. 1851)
José María de Luna (B. 1849)
Lucas Luna (+1838).

En la época del Marqués de la Ensenada había un escribano de número, Cabildo y Comisiones, que era Don Juan Rubio y una escribanía de millones, al frente de la cual estaba Don Eufrasio de Torres.
Los escribientes y escribanos eran muy abundantes en aquella época. Ellos actuaban en la secretaría del ayuntamiento, y eran los encargados de hacer los testamentos, ratificar los contratos y cobrar las rentas de hacienda. Existían en todos los pueblos las escribanías de número, de Cabildo, de comisiones y de millones, que al paso del tiempo se fueron unificando en un solo oficio. Los detentadores debían pagar 500 reales a hacienda.
D. José María de Luna batió el record de permanencia en este cargo.

Estanquero:
Lucas de Luna (B. 1845)
Manuel Tello (+1849, 158).

Ya se había generalizado en este momento el vicio del tabaco, en el supuesto que sea vicio. El fumar era corriente, ya que no se conocía, que podía causar cáncer. El oficio lo daba el Ayuntamiento, que se lo entregó a D. Lucas, que era también secretario del Ayuntamiento. Ya existía la gran fábrica de tabaco de Sevilla.

Farmacéuticos:

Mariano Mouton, natural de Granada.
D. José Arjona casado con Ana Josefa Fernández (B.1846)
Hubo dos farmacéuticos, como ampliamente hemos explicado en otro lugar.

Ganaderos:
Antonio Léndinez, 1846, 29
Bernardo Léndinez (+1838)
Cristóbal Fuentes (+1838).
Francisco Valderas (+1838)
Hermógenes del Moral (B. 1851)
Manuel Cobo (+1838)
Santiago Becerra ( B. 1851)
Pastor: Pancracio Lendínez (B. 1851

Siete ganaderos y un pastor, más sus auxiliares, eran los encargados de guiar los miles de ganado cabruno y lanar, que corrían por nuestras sierras. Conocemos quienes eran los dueños de estos ganados, al tener que dar la autorización el Ayuntamiento para que les diera sus cupos de sal, que tanto escaseaba en ese momento.
El mayor propietario era D. Blas de Quesada y Aguilera, marqués de Navasequilla, que tenía cinco mil cabezas. D. Antonio de Castro Montes, mil quinientas. Don Gil de Torres, D. Pedro de Quesada y Salazar y D. Francisco de Paula Quesada, mil doscientas cada uno.
A estas hay que unir las cabras de leche, que existían en casi todas las casas.

Hacendados:
José Torres (B. 1848)
Ramón Martínez casado Dª Enriqueta Mouton (+1853, 33).
Domingo Ruiz con Francisca Javier Campillo (B. 1859)
Francisco Luna (B. 1864)
Matías González (B. 1843)
Antonio Peinado (1864)

Es difícil entender el sentido, que tiene la palabra hacendado. No es tampoco totalmente coincidente con el concepto de mayores contribuyentes, de los que se habla en otras muchas ocasiones, en las que la lista es mayor o menor.
[7]
Personalmente creo que se refiere al que posee una serie de bienes, pero no las trabajaba personalmente, ya que se vale de unos jornaleros o las da en arriendo temporal, lo cual era muy frecuente en aquella época.
El hacendado sería el escalón superior al labrador.
Me extraña, que sólo aparezcan siete. Los hacendados vivían normalmente en Granada o en Jaén la mayor parte del año.

Herradores:
Cleofé Rueda (+1846, 9).
José Revueltas (B. 1866)
Antonio Cortés (B. 1852)
Juan María Cortés, (+1853. 74).
BaldomeroSoto(B.1857)Hilario Rueda (+1849, 111).
Hilario Rueda, hijo del anterior (B. 1865)
Juan María Cortés, hijo de Antonio (B. 1862)
Juan Rufino Barrero, de Priego (B. 1854)
Ramón Mayorga (B. 1862)
Rufino Barrero (B. 1850)
Salvador Soto (+1844, 1845, 5)
Baldomero Soto (+1853, 113).
Baldomero Soto, hijo del anterior (B.1864)

Me ha sorprendido que en Valdepeñas hubiera tantos herreros.
En los tiempos del Marqués de la Ensenada (1752) había 50 yeguas, 400 vacas cerriles, 110 toros, 274 asnos, 24 caballos capones y mulos.
En el año 1812 había en Valdepeñas unas setenta yeguas, mulos 79, vacas cerriles 556 y paridas 26, burros 482, borregos unos tres mil, cabras paridas 1.400 y de leche 312.
Al siglo se había aumentado el número. Sorprendido me puse a hacer cuentas. Valdepeñas en este momento, según las actas capitulares, tenía en 1051 mil vecinos, frente a los 400 que tenía hacía un siglo. En todas las casas había algún jumento. En los ajuares, que vimos en otro lugar Manuel Rivilla, de una escala social media, tenía una yegua blanca y tres pollinos. El clérigo D. Lucas González tenía siete burros, un pollino castaño de 5 arrobas (275), otro castaño oscuro de siete arrobas ( 308), un pollino pardo de siete arrobas (200), un pollino rubio viejo (77), una pollina entre parda (160), una pollina parda parida (154), y una pollina parida (140). Los asnos y las vacas llegarían casi a los dos mil.

Los asnos eran indispensables para las faenas del campo. Son muchos los miles de burros, mulos, caballos y yeguas, que se cagaban al alba en las calles del pueblo, camino del trabajo. Una de las faenas diarias de las amas de casa era coger el badil y la escoba y ¡al trabajo!. Los caballos y mulos eran muy escasos, ya que los usaban para las guerras. La mayor parte eran yeguas, dedicadas a la cría de caballos. Para las labores del campo se usaban las vacas en esta época.
Me ha sorprendido, que la mayoría de los jumentos fueran burros. ¡Un millar de pollinos, mas los ruchos, eran muchos burros!
Después que Juan Ramón Jiménez exaltara a platero, me gustan mucho los burros. Noto su ausencia en nuestras calles.
Cuando veo a alguno de los cuatro o cinco, que quedan en el pueblo, me da mucha alegría al ver su pelo pardo o blanco. Me da pena pensar que en un futuro muy próximo van a desaparecer de nuestro pueblo.
Las mulillas mecánicas son ruidosas, explosivas y estridentes. Todas las mañanas del verano me despiertan a las seis. Los de antes tenían una andar silencioso y cadente y no me despertaban al alba.
Con tanto burro, había mucho estiércol para las huertas. Las cuadras se han trasformado en cocheras a un ritmo vertiginoso y los agricultores ahora no tienen estiércol.
Aquellos eran frutos ecológicos. Los de ahora, sin estiércol de oveja, burro o vaca, con tanto fungicida, insecticida y abonos, tienen un sabor indefinido.

Hornero:
Franciso Fernández (1838).
Hay un solo hornero, aunque en este momento debía haber más, ya que en el año 1812 había ocho. Tal vez el Prior se olvidó reseñarlos. En el catastro del Marqués de la Ensenada había 6 horneras o pujaderas, que ganaban dos reales al día. Este oficio ha existido en el pueblo, hasta después de guerra. Eran mujeres, que amasaban en su casa y se quedaban con el pan sobrante, ya que daban un pan por kilo de trigo. El oficio terminó con Rosica la Botina.
En el año 1752, según el Marqués de la Ensenada, había en Valdepeñas 6 hornos:
Uno de la capellanía de Don Miguel Extremera. Es el más antiguo y estaba junto a la casa de Don Pedro García de Quesada.
Otro de Don Juan Diego González.
Otro de la capellanía de Don Cristóbal de Quesada, muy antiguo.
Otro de Dña Juana de Castro y Berrio
Otro de D. Francisco Fernández.
Panadero: Juan Lozano (B.1843)
Algunos de ellos han llegado hasta nuestros días.
Los curas del pueblo debían tener mucha manía a los propietarios de hornos al no reseñarlos en las actas de difuntos, ya que, por otros medios, sé que había en el pueblo diversos hornos. Siendo el pan el principal alimento de nuestros antepasados, los hornos tenían mucha importancia. Había hornos en muchas casas y en todos los cortijos del pueblo, que se han conservado hasta nuestros días.
Jaboneros :
Gabriel Tello ( B. 1851)
Juan Peinado (B. 1845)
Bernardino Parra (1844, 49).
Gabriel Tello (+ 1849, 132).
Juan Mesa (B. 1845)
De jabón ya hemos hablado en otro lugar.

Labradores:
Juan Torres (+1849, 102).
Albano Gallego (B. 1852)
Alejandro Valdivia (B. 1845)
Anacleto Sánchez (B. 1852)
Anastasio Romero (B. 1865)
Antonio Extremera (+ 1845, 82).
Antonio Peinado (B. 1854)
Bernardino de Castro (B. 1854)
Blas Martos (B. 1851)
Blas Montes (B. 1850)
Cristóbal Extremera (B. 1845)
Cristóbal Gallego (B. 1855)
Cristóbal Martínez (B. 1853)
Cristóbal Peinado (B. 1854)
Diego Castro (1849, 65).
Diego Marchal (+ 1846, 69).
Eugenio Castro (B. 1845)
Felipe Castro(B. 1845)
Felipe Torres (B. 1852)
Fernando Cabrera ( B. 1852)
Francisco Arias (B. 1851)
Francisco Castro (B. 1865)
Francisco Espinosa (+1851, 9).
Francisco Estepa (+ 1848, 94).
Francisco Estepa, hijo del anterior (B. 1851)
Francisco Javier Castro (+1846, 20).
Francisco Martínez (+1843).
Francisco Nieto (B. 1843)
Francisco Peinado (B. 1846)
Ignacio Anguita (B. 1854)
José Aceituno (B. 1851)
José López (B. 1849)
José Serrano (+1847, 41).
Juan Cortés (B.1843)
Juan Hernández (B. 1856)
Juan Manuel Rodríguez (1853)
Juan Nieto (B. 1851)
Juan Torres (+1851, 59).
Juan Torres, hijo del anterior (B. 1856).
Juan Valdivia (B. 1854)
Julián Villén (B. 1865)
Lucas Cobo (B. 1849)
Malaquías Montes (B. 1854)
Manuel López (+1849, 125).
Manuel Torres (B. 1851)
Mateo Torres (B. 1865)
Matías González (+1844, 32)
Maximiniano Sánchez (+ 1844, 58).
Pedro Aceituno (+1850, 60).
Pedro Alba (B. 1855)
Pedro Cobo ( B. 1852)
Pedro Extremera (B. 1857)
Pedro González (B. 1865)
Pedro Montijano, de Estepona (B. 1848)
Pedro Mora (B. 1854)
Pedro Rodríguez (B. 1854)
Pedro Tello (B. 1845)
Pío Castro (B. 1865)
Rafael Torres (B. 1856)
Rosendo Gallardo (B. 1854)
Tomas Cabrera (B. 1854)
José Torres (+1849, 89).
En total 63 labradores.

Maestros de Escuela primaria:
Juan Rojas (B. 1846)
Francisco de sales Castillejo casado con Fabiana Vilchez (B.1846)
Ramón Rojas (+1849, 45).
Juan del Mármol, de Jimena (B: 1862)
Juan Mármol, de Jimena (B. 1860)
En otro lugar hemos hablado ampliamente de los maestros del pueblo.


Marchante de Ganado:
Juan Ruiz (1850)

Medico titular: Luis Díaz casado con Ana de Quesada, (1852, 55.).
Médico-cirujano Francisco Portales (B.1842)
Hemos hablado en otro lugar de los médicos y de la medicina en esta época.

Mesonero: Vicente Titos (+1838).
El mesón estuvo en la plaza, en la casa que fue propiedad de Juan Antonio Díaz.

Ministro: Ignacio Milla (+1850).
No llego a alcanzar el significado de este oficio.

Molineros:
Antonio Torres (B. 1845)
Diego Moral (+1838)
Francisco del Moral (B. 1845)
Juan de Mesa Martín (+1838)
Juan Mesa (B. 1866)
Julián Peñalver (+ 1850, 9).
Lucas Cobo (+1851, 82).
Manuel Mesa, (+1852, 71).


En Valdepeñas existen los dos molinos en Santa Ana y empiezan a construirse en este momento nuevos molinos.
Bate el record de permanencia en el oficio Julián Peñalver.

Ojalatero: José Delgado (B. 1866).
El hojalatero tenía poco que hacer en aquella época, ya que acababa de instalarse la nueva conducción de aguas y había concedidas muy pocas plumas de agua.

Organistas:
Antonio Cortés (B. 1854)
Carlos Montijano (+1843. 28)
Antonio Quesada (+1849, 124)
Felipe Castro (B. 1848)
Juan Montijano (B. 1848)
En Valdepeñas había varios organistas, ya que en los oficios litúrgicos, especialmente en las misas de difuntos, la música del órgano era necesaria. En este periodo tan corto no es de extrañar, que haya cinco, ya que sólo actuaban, cuando se lo permitían sus ocupaciones. La mayoría de ellos fueron regidores y todos eran propietarios.

Perfumista: Francisco Martínez (B. 1858)
Los perfumes los hacían por destilación e incluso infusión. Había de rosas, de espliego, alhucema, de tomillos, de romero etc.

Sastres:
Diego Cobo (+1838)
Domingo Fernádez (B. 1862)
Pedro Rodríguez (B. 1856)

Sirviente parroquia:
José Torres (+1843. 28)

Sochantre:
Rafael Torres ( B. 1852)

Tendero:
Gregorio Montes (B. 1866)

Tintorero:
José Benitez (B. 1850)
Muchos tejidos de lana y de lino se confeccionaban en los muchos telares del pueblo.
Los más variados los realizaba D. José Benítez.

Veterinario:
Oficial de: José Revueltas (B. 1857)
Cristóbal Torres, natural de Ontur (+1852, 7).
Pedro del Moral (B. 1857)
En un lugar en que había tantos miles de animales, el veterinario era muy necesario. Con el nacimiento de la nueva medicina, la ciencia veterinaria avanzó mucho. El apellido Torres aún resuena en los aires y Pedro del Moral es muy conocido y querido en el pueblo, aunque no es veterinario.

Yegüero:
Juan Torres (+1838) Sólo un yegüero con sus auxiliares. D. Juan de Torres, que era un importante propietario, se dedicaba a criar caballos. Tenía varias yeguas de cría con este fin, ya que los caballos se vendían muy bien para las guerras. Había no obstante otros propietarios, aunque existía el peligro de que el Estado los interviniera, o los pagara muy mal como de hecho sucedió en varias ocasiones.

Yesero:
Alfonso Jiménez (+1838).

Zapateros:
Alfonso Carrasco( B. 1854)
Antonio García (+1838).
Antonio Rodríguez (B. 1862)
Blas Carrasco (B. 1858)
Brígido Revueltas (B. 1866)
Carlos Mora (B. 1866)
Diego López (+1838).
Francisco Carlos de Mora (B. 1854)
José Carrasco (1849, 12).
Manuel García (+ 1849, 76).
Manuel Hernández (B. 1858)
Nicomedes Cobo (+1849, 29).
Pedro Carrasco (B. 1866)
Ramón Silva (+1838).
Remigio Cobo (B. 1866)
Santiago Cobo (+1838)
Vicente Casanova (B. 1866)
Manuel García (B. 1864)

Dieciocho zapateros son muchos zapateros. ¡Qué gran competencia!.
Pensad que no había fábricas ni venta al por mayor. Los zapateros de ahora venden los zapatos, pero no los hacen; los vende en las zapaterías. O lo que es lo mismo, había zapateros, pero no había zapaterías. Recuerdo que los últimos zapatos hechos por un atesano, me los hizo mi amigo Cándido, apodado el Turco y me duraron cinco años. Y conste que entonces era joven, caminaba mucho y jugaba al footboll. Aquello eran zapatos, hechos con badana de toro.

Legados al final de este trabajo podemos preguntarnos, cual es la estructura social del pueblo en la época que analizamos.
Con los datos aportados nos hacemos una idea correcta de ello.
Un siglo antes, según el Marqués de la Ensenada, nos da una idea completa del aspecto social como hemos dicho anteriormente.
Había 448 propietarios residentes en la villa y 26 hacendados forasteros. De las personas que viven en el pueblo la mayor propietaria es Dña. Catalina González y de los forasteros Dña Antonia de Aguilera y Arceo.
[8]
Había 250 jornaleros, que ganaban al día dos reales y medio.
En la villa había 40 pobres de solemnidad.
[9]

Jornaleros. En los libros parroquiales, se habla genéricamente de jornaleros y del campo.
Es difícil de determinar el número de jornaleros, que existían en este momento, ya que el nombre de jornaleros se aplica también a los pequeños propietarios y arrendadores, que dan jornales en algunos días especiales.
En el Catastro de Marqués de la Ensenada había en Valdepeñas 350 jornaleros y 40 pobres de solemnidad, como dijimos anteriormente.
En 1812, sin muchas precisiones, había 310 jornaleros del campo.
En 1853 debían existir unos ochocientos, ya que al incrementarse la población, debieron aumentar, pero no teniendo en cuenta, que muchos de ellos tienen algunas tierras. En el pueblo había: Labradores 63, hacendados 6, aladreros 4, albañiles 5, alarifes 3, albarqueros 2, arrieros 4, barberos 5, los alfareros 4, Carboneros 8, carpinteros 9, Ceacero 1, comerciantes 6, confitero 1, correo 1, curtidores 3, escribanos 7, estanqueros 1, ganaderos 8, herreros 14, horneros 6, jaboneros 6, maestros 6, médicos 4, molineros 10, hojalatero 1, organistas 5, pellejeros 6, perfumistas 2, sastres 3, sirviente parroquia1, sochantre 1.

De estas cifras podemos concluir que hay 797 jornaleros, labradores y hacendados 69, y unos 138 dedicados a los más diversos servicios, no excluyendo, que alguno de estos se dedique también a labores agrarias.
A unas cifras muy parecidas se llegó en las mismas fechas con motivo de la organización de la sanidad en el pueblo, como hemos explicado en otro lugar
Se acudió a hacer una clasificación de los vecinos del pueblo, teniendo en cuenta la contribución.. De este estudio resultaron estos porcentajes:
520 vecinos pagan de 1 a 50 reales
40 200 a 300
37 1.000 a 2.000
5 2.000 a 4.000

Resultaron novecientos cincuenta y cuatro contribuyentes.
No contribuían a la Hacienda pública 169 vecinos, que eran estrictamente jornaleros, siendo algunos de estos pobres de solemnidad.
Los Regidores pensaron, que teniendo en cuenta estos números, se clasificarían como pobres aquellos que no llegasen a los 200 reales, incluidos los recargos adicionales. Serían en total 836.
Se consideraban no pobres 82 mas 41 del grupo anterior, que equivaldrían a 123. Estos debían pagar al médico por servicios o igualarse con él. Los pobres se incorporaban a la beneficencia.
Con todos estos datos tenemos una aproximación bastante exacta a la estructura social del pueblo. Hay muchos jornaleros, pero la mayoría de ellos tienen algunas tierras, con las que complementan sus jornales.
Sólo 169 jornaleros no poseían absolutamente nada. Su vida era muy precaria, especialmente en los años de infertilidad, cuando no llovía. Este grupo lo pasó muy mal en algunos momentos del siglo XIX.



6. Los ajuares

Inventario de los bienes de Don Lucas González de Medina muerto el día 22 de diciembre de 1720.
[10]

Don Lucas González de Medina murió sin haber hecho testamento. Estaba mandado por la ley civil y eclesiástica que la quinta parte de los bienes del difunto se debían aplicar en misas por el alma del difunto, ya que ésta era la heredera de todos los bienes.
Si alguien moría sin hacer testamento estaba mandado, que se hiciese un inventario de los bienes con el fin de calibrar la cantidad de dinero, que se debía aplicar en los sufragios de su alma. Esta es la razón por la que se hizo un inventario tan completo de sus bienes y a nosotros nos ayuda a comprender la vida y ajuares de aquella época.
Era hijo de D. Diego González de Medina y Dña. Luciana Ibáñez. El 16 de enero del mismo año había muerto su hermana Ana María de Ribas, soltera. D. Diego, su padre, quedó viudo y volvió a casarse con Dª Isabelana de Biedma.

Estudió la Gramática en Torredonjimeno. Fue capellán de la capellanía, que fundó Pedro Ruiz de Aranda e Inés Pérez, que eran tíos suyos. La Capellanía le fue concedida por el Provisor D. Jacinto de Aranda el 22 de noviembre de 1690. Disfrutó también de la Capellanía de D. Juan de Medina, del que también era pariente por su apellido común.
El entonces Provisor de la diócesis nombró al Párroco de Valdepeñas D. Pedro Antonio Martínez de Arias como Delegado suyo y a Juan Ruiz Cortecero, presbítero, como secretario, para que hicieran el inventario de todos sus bienes.

Con este fin, conocida su muerte, cerraron la vivienda y pidieron las llaves de la casa y de los arcones existentes y esperaron los órdenes del Juez eclesiástico.
Por medio de unos tasadores fueron enumerando y valorando cada uno de los bienes, tanto muebles como inmuebles con una gran precisión.
D. Lucas era uno de los clérigos más ricos del pueblo. No sabemos la edad en que murió, aunque debía ser joven. Murió de una manera repentina, ya que de lo contrario hubiera tenido hecho el testamento.
A su muerte aún vivía su padre Diego, viudo, que se opuso a la realización de este inventario, ya que consideraba, que se había cometido un atropello y más aún, cuando él estaba dispuesto a aplicar por su alma, los sufragios debidos.
El inventario de los bienes nos va a describir la forma de vivir de aquel tiempo, la manera de vestirse, cuales eran las comidas más frecuentes, cómo estaban adornadas las estancias de las casas.
Vamos a jugar con tres inventarios. El de Don Lucas, que es un hombre rico y otros dos que son más modestos.
Empezamos a describir el inventario de Don Lucas:

2. Menaje de casa
A. Las arcas.
Uno de los objetos más necesarios en las casas de aquella época eran las arcas, ya que aún no se habían inventado los armarios. Impresiona la cantidad de arcas reseñadas en el inventario.
Estos arcones, normalmente de nogal, empiezan a estar de moda en las casas suntuarias actuales, ya que son de una factura muy bella. Se usaba también el arrinconado baúl, con sus cerraduras, para guardar las escrituras y los documentos, en los que se apuntaban las deudas, censos y depósitos.
Para guardar cosas de menos monta eran muy útiles las canastas confeccionadas con las mimbres, de diversos tamaños. En ellas se guardaban las menudencias de uso más frecuente y se trasportaban los frutos de la tierra. Existen varias cestas o cestos en el inventario.
No podía faltar una cesta vieja con su martillo tan necesario para los clavos y una barrena (20)
El número entre paréntesis indica el valor en reales.

Un arca (20)
Un arca con dos armillas dentro (44)
Un arca grande (30)
Un arca grande (24)
Un arca vieja ( 11)
Un arca (22)
Una arquita pequeña (1)
Un baúl cerrado (22)
Un baúl con su cerrojo y llave (22)
Dos canastas de vedriado fino (19)
Tres canastas (1)
Tres canastas con tasajos (salazones)(94)
Una canasta (40) Tres esteras teñidas (11)
Una estera (4)

B. Los cántaros

Los cántaros los usaban para traer agua de la Fuente de los Chorros, que era el aguadero de la mayor parte de los valdepeñeros. Las célebres cantareras, hoy en desuso, ornamentaban la entrada de todas las cosas. Por el inventario conocemos el uso de botijos, que hoy han sido sustituidos por las neveras.
Cinco cántaros (3)
Una botija de dos jarros (1)

C. Utensilios de cocina

Un lugar muy importante ocupaban los utensilios necesarios para preparar las comidas y especialmente para hacer las conservas tan comunes en aquella época.
Las calderas eran muy necesarias para la matanza de los cerdos, y para hacer las conservas, que guardaban en botellas de vidrio elaboradas en Valdepeñas.
Las calderas las usaban también para calentar el agua tan necesaria para la limpieza personal y para el lavado de la ropa y el aseo de la casa.
Para hacer la comida eran muy necesarias las ollas. Treinta y una tenía D. Lucas. En la olla, junto al fuego de encina, se cocían durante horas el sabroso cocido aderezado con las negras y curadas morcillas, con carne de cordero y cerdo y con unas buenas tiras de tocino y con diversas verduras; también se preparaban las habichuelas del barco, tan ricas, tiernas, criadas en el Arroyo del Cerezo. En ellas se hacían también la cabaña.

Dos calderas grandes (95)
Dos calderas medianas de un alderillo viejo (63)
Un caldero viejo (13)
5 ollas grandes (212)
Otras tres ollas entre medianas (39)
Una olla cabañera para hacer el queso (1)
Unas ollas en una alacenilla (4)
Un jarro y una olla (1)
Una olla granadina grande (1)
Un perolico pequeño (4)
Una olla nueva con su tapa con capacidad de arroba (2)
Una ollica con media libra de azúcar (2)

2. Ceniza para la limpieza

Me extrañó que la ceniza tuviera un valor económico. Después de investigar el tema, pude comprobar que la ceniza era uno de los elementos integrantes del jabón usado entonces.
Había muchas y variadas formas de hacerlo. Una de ellas, la más común, consistía, en agregarle aceite y una tierra llamada greda. La ceniza se cernía con un arnero o ceazo muy fino, para evitar que tuvieran trozos de carbón. La mejor ceniza era la de encina, ya que era más blanca y la combustión de ella es muy completa.
También se usaba la ceniza sola sin otros componentes. Se metía una orza mediana, se dejaba reposar en la cocina y se iba sacando para limpiar los platos. Era lo equivalente a la actual lejía. Las damas tenían que tener mucho cuidado, ya que sus blancas y suaves manos podían quemarse con el recuelo que hacían para limpiar las puertas sucias de las casas.
En el inventario se encuentra un pilón lleno de ceniza, que se apreció en ocho reales (8) y unas barandillas de cerner (2).

3. limpieza

Me da la impresión que la escoba es eterna. Fue una buena invención. Dos docenas de escobas de palma (5) había en el inventario juntamente con unos paños de mano (5) y unas toallas (32)
Había varios espejos: Una lineta pequeña de corcho (15), un espejo desarmado dentro del arca (8) y un espejo grande con marco negro, en el que podía contemplar su figura (30)

4. Mesas

Las mesas son indispensables en una casa. En la mesa se comía, alrededor de la mesa se sentaba la familia y alrededor de la mesa estaban los hijos o abuelos, que contaban en las largas noches a sus nietos los cuentos, arropados por la luz de los candiles. Pensad que entonces no había televisión. En la mesa, los escribanos, que eran pocos, escribían sus papeles.
En las casas de los ricos existían las mesas escritorio. Los pobres no sabían escribir y no necesitaban escritorios.
D. Lucas tenía un rico bufete de nogal, con sus armas de hierro, valorado en 110 reales y una cajita de madera para guardar las menudencias (1)
Las mesitas, como ahora, se colocaban a la entrada de las casas y en ellas colocaban algún objeto o jarrón con sus flores, o una maceta.
Para las mesas tenía tres pares de manteles normales (12), unos labrados (14), y otros alemaniscos cuadrados de una pieza valorados en treinta reales (33)

Tres servilletas viejas (1)
Tres mesitas (6)
Una mesa vieja (6)
Un caja y una mesa (6)
Un velador (1)
Una mesa de nogal (16)
Una mesita pequeña de nogal (5)


5. Las orzas

Las orzas eran como las neveras de ahora. En ellas se guardaban los chorizos previamente fritos; se conservaba el lomo adobado con las más ricas hierbas de la zona; el pan se conservaba sin secarse más
de una semana. Los garbanzos, las lentejas y las habichuelas no eran atacadas por los gorgojos o parásitos.
En las orzas y tinajas fermentaba el caldo de la uva.

Dos tinajones grandes (9)
Siete lebrillos granadinos (10)
Una orza nueva (6)
Una orza (1)
Una orza (2)
Una orza vidriada con aceitunas (16)


6. Las sillas

La mayor parte de la vida la pasamos en la cama o sentados en una silla. Por esto la silla, especialmente si es cómoda, es muy importante en una casa.
Junto a la silla está el sillón frailuno, con sus brazos, en los que la anatomía del cuerpo, queda perfectamente encajada. Estamos tan cómodos que Morfeo acude a nuestros ojos.
A Don Lucas le gustaba estar sentado, después de las faenas del campo y el trajín de la feligresía.

Catorce sillas de anea chicas (22)
Cinco sillones negros de vaqueta (90)
Un banco largo de asiento(8)
Un sillón negro (15)
Una silla de enea (2)


7. Los animales para el trabajo del campo

La casa donde vivía don Lucas, como todas las del pueblo, ya que en esta época aún no vivían apiñados en pisos, existía un hermoso corral, en el que tenía unas gallinas necesarias para el gasto de los huevos del día, un gallo
como dueño y señor del gallinero y unos pavos, que no podían faltar en la mesa en los días de Navidad.
Los perros como amigos fieles y guardianes de las casas estaban presentes en todos los domicilios.
Por catorce reales podías comerte un pavo para la Navidad.
Diecisiete gallinas con el gallo (48)
Dos pavos grandes (28)
Dos perros y dos perras (71)

Para el trabajo en el campo tenía siete pollinos, con lo cual se demuestra la importancia que tenían los asnos en este momento, ya que era muy difícil hacerse con yeguas, puesto que estas las dedicaban a la cría de caballos tan necesarias en las múltiples guerras de la época. La enumeración es interesante, ya que el precio es bastante subido y el peso reseñado nos da una idea exacta de la envergadura del animal, que era mayor, en aquellos asnos que dedicaban al trasporte. Los bueyes los usaban para arar y realizar las faenas de trasporte, en los carros, cuando los caminos se prestaban a ello.

Un pollino castaño de 5 arrobas (275)
Otro castaño oscuro de siete arrobas ( 308)
Un pollino pardo de siete arrobas (200)
Un pollino rubio viejo (77)
Una pollina entre parda (160)
Una pollina parda parida (154)
Una pollina parida Un buey pardo (264)


Don Lucas tenía una dehesa en la zona de la colmena, donde tenía ovejas, borregas, cerdos, y carneros machos, que cuidaba con mucho mimo. En esta época los lobos hacían verdaderos estragos en las manadas del ganado. Por este motivo tenían tantos perros.
La venta de los borregos era su gran negocio. Por este motivo, para pesarlos, tenía tres pesas de hierro, de dos libras (14) y una pesa de media arroba.


119 borregas (1942)
124 obejas (1985)
Un lechón (15)
Trece carneros padres (940)
Tres pellejos de reses muertas que se comieron los lobos (220)



8. Bienes
Don Lucas era un hombre rico, a pesar de que aún no había heredado los bienes de su padre, que aún vivía. Llamo la atención sobre estos hechos. La mayor padre de las siembras son de trigo, le sigue la cebada y el maíz. En sus posesiones existen varias viñas, dada la importancia del vino en este momento. Quiero advertir que no hay entre sus bienes ningún olivar, ya que los olivos en esta época eran muy escasos.
Me ha extrañado que tuviera cinco celemines sembrados de melones, que debía tener buena salida en los mercados de Jaén.

1.Un pedazo de monte en la solana del Puerto de las
2. Coberteras (900)
3. Una viña en la Solana del Pontón (440)
4. Una viña en el sitio que llaman de las veredas (60)
5. Cuatro fanegas de barbecho de maíz en la era de Ana Arias (44)
6. En la vega de los dos noguerones tres fanegas de barbecho de maíz y nueve celemines de barbecho de melones (45)
7. En una huerta del Badillo una fanega de barbecho de trigo y otras dos obradas de barbecho (40).
8. En dicha villa había nueve celemines de cebada en barbecho de una reja (19)
9. Un barbecho de 16 fanegas de trigo (157)
10. 20 obradas para sembrar trigo en barbecho (180)
11.Dos peones para desterronar (15)
12. En una aparcería con Alonso del Moral puso veinte y seis
obradas en le barbecho (182)
13. Veinte y seis obradas en un barbecho (192)
14. Cuatro fanegas de trigo en aparcería (60)
15. Pagó 5 peones para desterronar (6)
16. En la aparcería con Juan de Abril puso 5 fanegas de cebada y una obrada (52)
17.Dos obradas en otra aparcería ( 16)


9. Alumbrado

Aún no había llegado la electricidad. El rey de la luz, en su pobreza, era el candil. Más noble era la vela y más aún le velón elaborado con la cera de la laboriosa abeja. Los faroles y los candeleros servían más bien de adorno. El humilde candil, con su pabilo encendido, remojado en aceite, acompañaba las largas y frías noches del invierno. Arropado por una mesa camilla con sus enaguas y con su brasero o junto a una lumbre de encina, que proyectaba la silueta de D. Lucas en la pared, dormitaba en el rincón horas y horas. Cuando se apagaba el candil y el pabilo lanzaba sus últimos destellos, la única solución era la cama.
Al día siguiente había que trajinar y levantarse muy temprano.

Cuatro candiles (8)
Dos candeleros de aljófar (8)
Un brasero con sus tenazas (6)
Una hazina de leña (60)
Un belón
Un farol de madera

10. Aperos para el campo

Don Lucas, a pesar de ser un clérigo piadoso, era un buen agricultor y tenía todos los aperos necesarios. Es interesante conocer la lista completa de ellos.
Los primero que comprobamos es que tenía una carreta, para la que había comprado 8 frenos (11). Esta carreta la tendría prestada, ya que no aparece en el inventario.
Como buen agricultor y hombre de campo tenía una buena colección de albarcas con sus peales, tan usadas hasta nuestros días por todos los hombres del campo.
Para cultivar la tierra tenía su azadón, varios bielgos y orcas, cuatro frontales y coyundas para los bueyes, un arado y un braván para las labores de más fondo, y una pala para aventar el trigo.
Eran indispensables los costales para recoger la cosecha de trigo, cebada, escaña y maíz.
Como buen ganadero tenía varios pajares llenos de paja, una buena cantidad de esparto para hacer las sogas tan necesarias para el acarreo, y varios cencerros para los carneros guía.
Para el transporte de las mercancías tenía varios serones y capachos.
Para marcar el ganado ya se usaban los célebres hierros, los cuales, puestos al fuego, eran aplicados al ganado, que quedaba marcado para siempre con el sello de su dueño.
No podían faltar las devanaderas tan útiles para ovillar la lana. Es igualmente interesante la existencia de un rastrillo para el lino, con lo cual sabemos que se sembraba el lino, como en otros lugares del entorno. Entonces el lino no tenía subvención.
Por el inventario conocemos que en este momento ya había herreros, pues aparecen los clavos usados en este quehacer.

Catorce pares de albarcas (28)
Cuatro frontales y cuatro coyundas para los bueyes (3)
Cuatro pleitas para hacer serones (1)
Cuatro costales (13)
Dos cámaras de paja para los pollinos (145)
Dos cargas de esparto para hacer sogas y pleita (7)
Dos cencerros viejos (6)
Dos bielgos, cuatro orcas, y un rastro para aventar el trigo y la cebada en las eras ( 13)
Dos bielgos para lo mismo (4)
Otra cámara de paja (162)
Tres costales de pellejo (5)
Tres cuerdas (2)
Tres hierros de ganado (3)
Tres sogas de esparto (1)
Un arado (12)

Un azadón (10)
Un braván (43)
Un hacha (20)
Un hierro (11)
Un par de capachos nuevos
Un pellejo (30)
Un peso de balanzas (7)
Un peso de garfio (20)
Un rastrillo de rastrillar el lino (10)
Un rastrillo viejo (3)
Un serón de esparto (5)
Una espuerta de media fanega (2)
Una hachuela (1)
Una morena de hierro (3)
Unapala (1)Dos devanaderas con sus pies ( 3)
Un cenacho con unos clavos de errar

11. Alimentos más usuales

Nos hemos preguntado muchas, qué es lo que cmían nuestros antepasados.
El alimento fundamental era el trigo. Ya existían las ricas longanizas, las negras morcillas, y los quesos de oveja.
La alimentación fundamental era el cerdo: Muchos jamones se curaban en las frescas bodegas de las casas, envueltos en sal. El tocino, trasformado en grasa o en ricos torreznos acompañaba al jornalero en todos los tajos de trabajo.
Los cocidos hechos con los blandos garbanzos criados en Valdepeñas, enriquecidos con patatas y verduras de nuestras huertas y, sobre todo, con grandes cantidades de tocino, eran una de las bases fundamentales de la alimentación. Era la llamada célebre hoya, ya que estaba horas y horas, cociendo junto a un fuego lento y perezoso.
Para endulzar la leche, otro de los alimentos fundamentales en el pueblo, se usaba la miel, ya que los colmenares eran abundantes en estas tierras
La cebolla ya era uno de los ingredientes más importantes en la elaboración de las comidas y las almendras, que machacadas se usaban como condimento.
Don Lucas tenía guardadas varias calabazas, que asadas en su horno con miel y licores del terreno, estaban muy ricas. Para los que hicieron el inventario, no debían ser un alimento de devoción, ya que las valoran sólo en un real. ¡ Tal vez había llegado la devaluación!
Eran indispensables unas trébedes, en las que colocar las ollas y unos asadores y parrillas para asar la carne, una vez que había sido cortada por la hachuelas y los cuchillos.
Aunque ya existían hornos en el pueblo D. Lucas tenía su orno propio, una amasadero y una artesa, en la que elaboraba la masa para el pan.
Debía ser muy goloso, ya que tenía su chocolatera con su batidor para elaborar el rico chocolate mañanero.
No le faltaba una fanega de nueces para hacer el bollo de higo.
Los utensilios necesarios para sentarse a la mesa a comer eran de los más variados: Manteles, dornillos, servilletas, varias cucharas, paneras, cuchillos, platos corrientes y de Granada, alcuceras, coladores, un embudo de latón, un almirez, una sartén, parrillas, paños de mesa, y unas tinajas.
Los utensilios más caros eran diez cucharas de plata, que pesaron nueve onzas (139), otras dos cucharas de plata (80)y un estuche nuevo con cuchara, tenedor y cuchillo (3)

Varias cucharas
30 longanizas en casa de Diego González (47)
36 morcillas en casa de Diego González (22)
4 cucharas de hierro (6)
Servilletas (11)
Cinco quesos y medio, que pesaron diecinueve l ibras (23)
Cuatro paneras (2)
Dos asadores (2)
Dos manteles, dos tablas, dos servilletas y un cuchillo (11)
Dos medios tocinos (28)
Dos paneras y unas aguaderas (1)
Dos ruedas de conserva (60)
María del Mercado declara que Manuel de la Fuente, vecino de la Guardia, le debía cuatro arrobas de queso que al precio de treinta reales importan (160)
Tres dornillos y un plato de Granada (6)
Tres jamones añejos que pesaron 45 libras (65)
Tres manteles de Trujillo (5)
Tres ollas de miel en la bodega (4)
Tres pares de alcuzeras (6)
Un almirez con su mano (42)
Un capacho de cebollas, que no valora.
Un celemín de almendras (3)
Un cernadero viejo (3)
Un colador viejo en dicha arca (1)
Un cuchillo viejo de cortar carne (5)
Un cuchillo viejo y unas tijeras (2)
Un dornillo pequeño (2)
Un dornillo y un cerrajador (3)
Un paño de manos de tiradizo (8)
Un pedazo de tocino que era de badana (8)
Un plato bedriado de vasto (4)
Una tinaja de dieciséis arrobas con tres quesos y un poco de Aceite ( 35)
Una sartén de hierro (11)
Una amasadera de pellejo ( 1)
Una artesa (15)
Una chocolatera con su batidor (12)
Una mestina de Granada (1)
Una olla con quesos (9)
Una orza barreña con aceite (9)
Una orza que tenía garbanzos (1)
Una orza vieja con un poco de testuzo (2)
Una orzuela llena de pimientos (3)
Una sartén nueva y un caldero (11)
Unas calabazas de comer (1)
Unas libreas de chocolate (9)
Unas parrillas (5)
Unas trévedes grandes (12)
Unos manteles de Trujillo (20)
Varios jamones de sesenta y ocho arrobas (668)Cuatro fanegas de sal al precio de 40 reales (161)
Un poco de sal cedida a Pedro Cortés (2)



12. Ornamentación de la casa

La ornamentación de la casa era muy sencilla, ya que las múltiples arcas le daban un aspecto señorial. En el balcón principal tenía colocadas dos cortinas blancas de tiradizo con sus barras (38) En otra ventana una colgadura de lana que se compone de 4 cortinas y otra cortina en la ventana con barra de hierro (11).La casa estaba adornada con un rodapies

13. Cuadros

Por los cuadros, que ornamentaban su casa, sabemos cuáles eran sus devociones. Aunque tiene algunas láminas, encontramos once lienzos pintados, cuyos autores desconocemos. D. Lucas debía tener una afición especial a la pintura, ya que el número de lienzos es bastante elevado.
Su devoción central está en Jesús Nazareno y en la cruz, ya que las cruces se repiten en el inventario.
Sus santos preferidos son: María Magdalena, San Miguel, San Basilio, San Francisco, San Jerónimo, Santa Ana, y San Juan.
Una especial devoción a María se manifiesta por los tres cuadros que se conservan: La Soledad de María, Nuestra Señora de Angustias, y un lienzo de la Asunción.
Y como buen Giennense no podía faltarle una lámina del Santo Rostro.
Hay cuatro tablas, que serían de buena hechura, ya que se valoran en 50 reales.

Una cruz de palo labrada (1)
Dos láminas con marcos negros (3)
Un lienzo de bara de la Magdalena (5)
Un lienzo de bara de San Miguel (11)
Un lienzo de Jesús Nazareno de bara (8)
Un lienzo de Nuestra Señora de las Angustias de bara (15)
Un lienzo de San Basilio (20)
Un lienzo de San Francisco (20)
Un lienzo de San Jerónimo (11)
Una cruz de tres quentas (15)
Una cruz pequeña con un crucifijo de pintura (16)
Una lámina de Santa Ana (4)
Un lienzo de Nuestra Señora de la Soledad de bara y media (10)
Un lienzo de San Juan (10)
Una lámina de Nuestra Señora del Carmen con marco negro (2)
Un lienzo de la Asunción de bara y media (33)
Una lámina del Santo Rostro
Una echura de Nuestra Señora de Servia de alto (15)

14. Dormitorio

Una parte de nuestra vida la pasamos en la cama. Un invento que empieza con la humanidad, ya que sin la cama el hombre sería un ser insomne.
En el dormitorio de D. Lucas hay varias camas. Dos de ellas con sus barandillas para no caerse, si era sonámbulo. Más bien diríamos, que esta era la costumbre de la época. En su cama, para estar a gusto, tres colchones.
Los juegos de almohadas y sábanas eran en su mayoría de cáñamo y tiradizo, un tejido muy apreciado en aquellos tiempos.
Algunas de estas eran de seda y estaban cubiertas con un forro de badana.
No podía faltar el orinal, para no tener que salir por las noches al corral, que era el lugar donde tenían los servicios, con sus respectivos pozos negros.
Para los pies tres pellejos cameros (8) y otros tres pellejos de lana, dos negros y uno blanco.
Cuatro almohadas (19)
Dos almohadas de tiradizo (17)
Dos colchones (59)
Tres colchones que tenía la cama del difunto (94)
Dos sábanas (60)
Dos sábanas de tiradizo (12)
Una sábana de tiradizo dentro del arca (36)
Seis sábanas (41)
Un orinal con su bajera (1)
Una cabecera (4)
Una cama de madera con barandilla de tres órdenes (35)
Una cama de madera (14)
Otra cama de nogal con barandilla de dos órdenes ( 44)
Una cama pequeña de madera (10)
Una colcha manchega (24)
Una colcha nueva (38)
Unas almohadas labradas con seda (22)
Seis almohadas con forros de vadana (36)
Tres sábanas de cáñamo (53)
Tres pellejos cameros (8)
Tres pellejos de lana, dos negros y uno blanco


15. Escritorio

En la mesa de escritorio tenía un tintero de agramizas (6) con su papelera y con tres gavetas, en una de las cuales había unas escrituras (78).

16. Gastos de entierro y de confección del inventario.

Los Gastos podemos clasificarlos en dos secciones: Gastos del entierro y gastos para la confección del inventario.

a. Gastos del Entierro
Es muy interesante conocer los gastos del entierro, ya que nos da una idea muy precisa sobre la forma de hacer los entierros en esta fecha. Los capuchinos, residentes en el Castillo, asistían a mucho entierros en Valdepeñas. Por los gastos conocemos, que estuvo enfermo sólo nueve días y que intervenían las yoras en los entierros, ya que tuvo tres.

A la Iglesia para la comunidad (20)
A los capuchinos del Castillo (50)
A un hombre que le asistió nueve días en la casa (18)
Al sacristán mayor (18)
Alquiler de las antorchas (21)
Bufete en la Iglesia (14)
Caja de madera y clavos (38)
cuatro sacerdotes que llevaron el cuerpo (24)
Doce libras y seis onzas de cera blanca en velas de cuatro
Doce misas (25)
Forro de la caja con material de Alcalá (75)
Funeral y entierro (679)
Gabeta y antorchas (10)
Gastos de enterramiento en el cementerio (536)
Lavado de ropa (3)
Para los pobres (24)
Para misas (953)
Tres yoras en el entierro (32)
Una libra de cera para alumbrar el cuerpo (8)
Varios gastos (24)


b. Gastos para la confección del inventario

A los apreciadores de bienes del campo (48)
A los apreciadores de bienes muebles (36)
Al escribano de Valdepeñas y gastos de papel (99)
Gastos menores (6)
Al notario de todos los autos (31)
Costas y gastos de inventario (452)
De contar el ganado (4)
De visita (1)
Diez y seis acompañantes (32)
Medida de los granos (12)
Para el Notario (93)
Para el Prior (76)
Para el Provisor (4)



17. Granos existentes

La cantidad de granos que guarda en sus graneros es muy abundante: 82 fanegas de trigo, 13 de escaña, 6 de cebada, 65 de maíz, 11 fanegas de nueces, cinco y media de fanegas de harina y 4 arrobas de queso.
Estos granos eran el fundamento de la alimentación humana y de los animales.

Trece fanegas de trigo al precio de 9 reales (115)
Trece fanegas de escaña a cinco reales (65)
Seis fanegas de cebada (46)
Maíz frangollado en un oroncito (16)
Seis fanegas y media de suelos de trigo a seis reales (42)
Dos cestos con dos fanegas de nueces (27)
Seis fanegas de trigo (78)
Cuatro fanegas de sal al precio de 40 reales (161)
Sesenta y dos fanegas de trigo (808)
Media fanega de Garbanzos duros (6)
Dos fanegas y cuatro celemines de garbanzos blandos (42)
Sesenta y tres fanegas de maíz (567)
Una fanega de trigo prestada a Antonio Arroyo (13)
Media fanega de harina prestada a Antonio Arias (6)
Una fanega de trigo cedida a Alonso del Moral (13)
Un poco de sal cedida a Pedro Cortés (2)
María del Mercado declara que Manuel de la Fuente, vecino de la Guardia, le debía cuatro arrobas de queso que al precio de treinta reales importan (160)
Jacinto Gutiérrez declara que le debe un lechón (15)
D. Matías Ibáñez declaró que le debe dos fanegas y media de garbanzos duros (32)
Pedro del Moral le debe dos fanegas de maíz (18)
Francisco Doblas, vecino de Martos, le debe seis fanega y media de nueces (84)
D. Matías Ibáñez declaró que le debe dos fanegas y media de trigo.
Dos cestos con dos fanegas de nueces (27)
Seis fanegas y media de suelos de trigo a seis reales (42)



18. Libros

Don Lucas no era un intelectual, que tuviera una gran biblioteca. Sólo encontramos en su haber tres libros: Uno viejo, que no tiene ni nombre, un libro sobre la vida de los santos y el breviario.
Flor Sanctorum (8)
Un libro viejo pequeño (1)
Breviario (30)

19. Objetos religiosos

Además de los lienzos religiosos, encontramos una pila de agua bendita (3) y una pileta (8) y tres rosarios, uno de ellos de azabache.

20. Formas de vestir

Por el inventario de bienes nos hacemos una idea bastante exacta de la forma de vestir de esta época. D. Lucas era un clérigo, pero este tipo de presbíteros, que se ordenaban bajo el título de patrimonio, no tenían cura de almas, sino que se dedicaban al laboreo de sus fincas y sólo vestían los hábitos clericales, cuando asistían a las funciones religiosas.
Por este motivo el inventario de bienes nos da una idea exacta de vestir y vivir de este personaje. Algunos de los nombres de esta vestimenta han desaparecido.
Voy a reseñar, con todo detalle los diversos objetos, poniendo entre paréntesis el precio, en que fueron valorados en aquél momento, ya que ello nos da unos datos muy interesantes, para ver el coste de los productos reseñados:

1.Unos corpiños de cáñamo (13)
2.Una mantelina de bayena blanca (10)
3. Cinco pares de calzones(21)
4. Unos calzones de lamparilla (8)
5.Unos calzones de paño fino (10)
6. Unos calzones de pelo de camello (15)
7. Cinco jubones de tiradizo (29)
8. Cinco pares de calcetas, tres mediadas y dos nuevas (19)
9. Tres pares de escarpines (2)
10. Un armador nuevo de calamaco (24)
11. Una colcha de confitillo (73)
12. Una manta (15)
13. Unas cabretas de mujer (2)
14. Un armador de tela verde (15)
15. Un cesto con estopa y dos libras de lino (10)
16. Un manto de seda (50)
17. Un morrión o casquete de algodón (1)
18. Un pañuelo de bocadillo (2)
18. Un par de medias de seda (15)
20. Unas medias de lana y belador (9)
21. Un pellejo sobado de oveja (2)
22. Un sombrero (11) 23. Una casaca de paño fino (100)
24. Una montera de paño entrefino (6)
25 . Una pollera (4)
26. Una sobrepelliz que estaba en la Iglesia (5)
27. Una sotana de pelo de camello (72)
28. Un par de zapatos (10)


Junto a estos vestidos y trajes confeccionados, tiene muchas telas para confeccionar vestidos, ya que la labor o tarea de los sastres era muy importante. En algunos momentos había en Valdepeñas 3 sastres. Esta especie, que durante siglos ha estado representada por el apellido Morales, está a punto de extinguirse. Los tejidos, que usan son, de los más variados: El tafetán, la seda, la estopa hilada, la lana, el cáñamo, el tiradizo, el lino, y el confitillo.

Cinco barras de paño nuevo (63)
Cuatro libras de estopa hilada (9)
Dos obillos de dos onzas de capullo ilado (6)
Dos piezas de tiradizo tramado de tafetán, de 27 varas (123)
Dos piezas pequeñas de servilleta de 8 varas (36)
En libros de cuentas varias libras de lino entregadas media vara de tafetán negro (2)
Pieza de cáñamo (56)
Un talego de lienzo (1)
Una canasta en la que se hallaron 16 libras de estopa
Una pieza de tiradizo de diez baras (50)
Tres piezas de tiradizo de diez varas y media cuarta (152)
Un guarda bajos tejidos encarnados (60)
Un lienzo en casa de José de Espinosa (44)
Un pedazo de cáñamo (3)
Un pedazo de tiradizo de cuatro varas y tres cuartos (23)
Una canasta con dos tendidos de lienzo (1)
Una jarra con un poco de seda (2)
Una libra de clara de lino (3)
Una libra de estopa ilada (2)
Dos paños de tafetán (19)
Y otro pies de confitillo blanco (15)



21. Vinos

El vino como hemos dicho en otro lugar, estaba presente en todas las casas. Por el inventario sabemos, que ya existían los toneles o pipotes de madera, en los que se conservaba y añejaba el vino. Además en una tinaja tenía doce arrobas, que valían 84 reales y un tonel valorado en 50. Los borrachos se alegrarían del bajo precio del vino.

22. Deudores

Era una persona muy querida por todos y a ella acudían, cuando necesitaban algo. Tenemos que tener e cuenta, que en esta fecha en los pueblos no había bancos. D. Lucas era un banco viviente, sin estafetas.
Son múltiples los préstamos que hace en géneros y en reales:

Pedro de Castro le debe (14)
Andrés Tello (2)
Juan de Cabrera (10)
Catalina Muñoz (6)
Juana Ramos (13)
Juan Lendínez (3)
Antonio Prieto (5)
Antonio Arroyo (17)
Marcos de Extremera (37)
Tomas Martínez (8)
El Hermano Matías de Écija, del eremitorio de Chircales (21)
Antonio Rivilla (15)
Juan Lendínez (43)
Melchor de Torres (15)
Ana Rosales (4)
Juan de Molina (4)
Pedro de Castro Cortés (232)
Pedro de Castro Cortés (440)
José de Arias (422)
Juan de Molina (126)
Antonio de Torres (117)
Mateo Rivilla (170)
Francisco Ruiz Gallego (44)
Juan de la Cámara, vecino de Martos (109)
Pedro de Ortega (35)
Mateo Ramírez (82)
Francisco de Estrella (61)
Alonso Garrido (12)
Pedro Cortés (80)
Fernando Ruiz (56)
Don Ignacio de Pernia, vecino de Alcalá (20)
Carlos Hernando (242)
Juan de Molina (20)

2. Inventario de Manuel de Rivilla.

Vamos a presentar un inventario de una familia de tipo medio.
Manuel muere el día 3 de abril de 1752.
[11] Se trata de una familia con moderados recursos económicos. Muchas familias de Valdepeñas se encontraban en una situación parecida. Los años que llovía poco o de esterilidad lo pasaban muy mal al fallar la producción agraria que era la fuente de su alimentación.
Tiene su casa propia y los animales indispensables para las faenas del campo: Dos pollinos, una yegua blanca y un rucho.. Los granos y alimentos necesarios para la alimentación: Trigo, garbanzos, maíz, harina, un jamón salado, una gallina para los huevos del día, tres vacas para la leche y cuatro cerdos para la matanza.
Los utensilios necesarios para el cultivo de la tierra y las demás faenas del campo: Dos azadas, un hacha, un rastrillo, varias abarcas y dos espuertas.
En los utensilios de cocina se repiten las artesas para amasar el pan, las sartenes, las ollas, y las orzas. Llamo la atención sobre los dornillos que se repiten en otros inventarios tan útiles para el campo, las ensaladas y el gaspacho. Me extraña el precio, que es muy subido.

Una Artesa (3)
Un dornillo mediano (3)
Un dornillo grande (15)
Una sartén pequeña (6)
Una sartén grande (6)
Un hacha (2)
Dos azadas pequeñas (2)
Un costal con media fanega de arina (9)
Una fanega de trigo (18)
Una fanega de maíz (10)
Un jamón salado (15)
Cuatro albarcas (15)
Un rastrillo (4)
Un pellejo (1)
Cuatro sábanas (4)
Tres de lana (3)
Tres orzas pequeñas (4)
Una orza grande (7)


Una cama con dos sábanas (45)
Un colchón (22)
Un azadón y dos espuertas (3)
Una gallina y un gallo (7)
Un caíz de trigo sembrado (900)
Un caíz de escaña y abena sembrada (350)
Dos fanegas de cebada sembradas (96)
Unas banquetas (2)
Una yegua blanca (300)
Tres vacas paridas (864)
Dos pollinos (264)
Un rucho de un año (66)
Tres cerdos (120)
Ocho lechón (176)
La casa (1.046)


3. Inventario de bienes de Antonio Arroyo y Ana Arias Galán.

Se trata de una familia que podíamos llamar de la clase media. El inventario es de la misma época. No necesita comentarios, ya que se repiten los mismos conceptos.

Un abrigo de pelo castaño (176)
Una mesa de nogal (12)
Una mesa (12)
Una artesa (9)
Un cuadro de Nuestra Señora del Carmen (6)
Un cuadro de San Antonio (2)
Un cuadro de San Crispín (1)
Un arca de pino viejo (6)
Un banquillo de nogal (2)
Siete sillas (8)
Dos cántaros (1)
Una olla de cocina (2)
Dos trébedes (6)
Una cuchara de hierro y tenazas (1)
Dos sartenes (12)
Tres candiles (3)
Tres asadores (2)
Un almirez (20)
Un arca de pino (12)
Otra más mediana (7)
Unos ceazos (cedazo) (3)
Diez esteras (6)
Diez lazos de seda (4)
Un redondel de esparto y un serón (2)
Dos mantas (8)
Una azada pequeña (10)
Un almocafre y un hocinillo de podar parras (2)
Un escardillo (2)
Tres orzas grandes (6)
Unas tenazas (24)
Otras más pequeñas (10)
Un jamón (10)
Una mesica de nogal (6)
Una alcuza (1)
Una cesta y manteles (5)
Una cama de nogal (27)
Dos colchones (40)
Dos sábanas de lienzo de cáñamo (70)
Otra más mediana (9)
Dos almohadas (6)
Un paño (6)
Dos camisones viejos (6)
Unos calzones de paño fino (8)
Un jubón de paño color encarnado (5)
Una montera color negro (6)
Dos capas (24)
Otra a pelo de camello (70)
Un sombrero (3)
Un capote de paño (6)
Una pollera de pelo de camello (90)
Unos guardapiés encarnados (60)
Un manto mechado (12)
Dos canastos (5)
Unas calcetas mechadas (3)
Unas medias negras (2)
Unos zapatos (3)
Una chamarra mediada de color (8)
Una careta de túnica (1)
Una mantellina blanca (8)
Una lámina de Nuestra Señora de las Angustias (1)
Tres libras de estopa, lino y cáñamo (4)
Una asadera pequeña (2)
Dos canastos (1)
Dos fanegas de trigo sembradas (90)
Una cerda (30)
Tres pollinos (350).
Una casa (3.300)
Una viña con vides y morales (1.800)


4. Testamento de Juan Ignacio de Quesada Espinosa de los Monteros

Está hecho del día 22 de junio de 1733. Fueron sus albaceas Juan Ruiz Cortecero y Matías Lorenzo Ibáñez y Robles, presbíteros.
Se trata de uno de los presbíteros más populares del pueblo y un gran devoto del Cristo de Chircales. Aunque no hay una reseña detallada de sus bienes, es interesante conocer su testamento que resumo a continuación. El testador manda que:

1. Digan misa los sacerdotes del pueblo en el día de su entierro.
2. Se entreguen 100 reales para la fábrica.
3. Se den doscientos reales para que le digan cien misas los sacerdotes del pueblo.
4. Se digan 300 misas en la Iglesia parroquial.
5. Que se entregue al Colegio del Sacromonte una fuente dorada de plata. Con lo cual conocemos que estudió en Granada.
6. Quince reales a cada una de las cofradías del pueblo.

7. Quince reales a cada una de las ermitas.
8. Quince reales a los lugares de Jerusalén.
9. Quince reales para los niños huérfanos.
10. Que le acompañen 12 pobres con velas encendidas en su entierro y que se les de donativo quince reales.
11. 90 reales para la cofradía del Rosario.
12. 45 reales para San Antonio Abad.
13. 500 reales a la fábrica para ornamentos de difunto.
14. La cama con la ropa para el Hospital de San Juan de Dios de Jaén.
15. Un terno para la Iglesia parroquial
16. A unas monjas 100 escudos.


Nombra herederos a sus primos Diego Espinosa de los Monteros de Jaén, a Martín de Quesada Ballartas, y a Dña. María de Quesada y Morillo.

7. Maestros
[12]

La enseñanza en el pueblo en los primeros tiempos estaba en manos de los particulares. Los muchos clérigos del pueblo cubrían este campo. Pensad que en Valdepeñas llegó a haber en algunos momentos hasta quince clérigos. La mayor parte del pueblo, al no poder pagar esta enseñanza, eran analfabetos. Hubo no obstante algunos clérigos, que montaron escuelas gratuitas.
La enseñanza superior sólo la recibían los que tenían una buena situación económica, mandando a sus hijos a los colegios religiosos de Jaén y Granada.
Auque hubo maestros en el pueblo en etapas anteriores, la enseñanza no estaba regularizada.
Los liberales tuvieron un gran interés en el tema de la enseñanza. El día 23 de octubre nombraron una comisión,
[13] que estaba integrada por los siguientes señores: Blas de Quesada y Dusmet, alcalde; Mariano Moutón y Matute, regidor ; Cristobal de Tapia, Prior; Pedro de Arias, beneficiado de la parroquia; Antonio de Paula Peinado, regidor.
El día 17 de enero, el Jefe Político pide al Ayuntamiento relación de los posibles bienes, que pudiera aportar el Ayuntamiento, para establecer una cátedra de Latinidad y otros ramos en el pueblo. Por escasez de medios no pudo implantarse en el pueblo esta cátedra.
La enseñanza se organizó en Valdepeñas en el año 1845 con motivo de la ley llamada Pidal, que organiza las escuelas primarias.
En 1845 y 1847, con el ascenso al poder de los moderados, se introducen importantes medidas en la enseñanza pública
Los primeros maestros que recalan por estas tierras son D. Juan Antonio Rivilla, (1812), D. Francisco de Sales Castillejo casado con Dña. Fabiana Vilchez (1846).
En 1.860 D. Juan Mármol, natural de Jimena (1860).

Esta ley se complementa posteriormente con la llamada ley Morano de 1857, en la que se crea el cuerpo de inspectores.
El Ayuntamiento no prestó la suficiente atención a este asunto tan importante, no pagando a tiempo a los maestros y no dotando las escuelas del material oportuno.
El inspector de enseñanza primaria hace una visita a Valdepeñas el 8 de marzo de 1.850, y ruega al ayuntamiento, que mejore el local destinado a los niños e incremente la cantidad de menaje necesaria para libros, papel y plumas, ya que los niños, especialmente los pobres, no pueden disponer de estos instrumentos.
El presupuesto dedicado a ello durante los años anteriores ha sido insuficiente. Refuerza su petición diciendo que en la real orden de 1847 se manda, que además de la dotación de los maestros y la casa, que se les debe facilitar, es necesario presupuestar una cantidad para estas necesidades.
[14]
En 1850 hace oposiciones al puesto de Maestra de Enseñanza primaria para una escuela de niñas Dña. Escolástica Cortés.
[15]
En 1.869 viene al pueblo D. José María Garrido
En 1869, el día uno de octubre viene desde el Castillo a Valdepeñas D. Francisco Martínez Mouton, en busca de sus familiares, que vivían en Valdepeñas.
[16]
En 1.871 el Ayuntamiento concede 47 escudos a Dña. Ana Castro como ayuda para una escuela privada de niñas, que llevaba funcionando varios años, con el agrado de todos los regidores. Posteriormente se crea en Valdepeñas una escuela oficial para esta misma maestra.

En el año 1905 existe en Valdepeñas un colegio religioso.
De este colegio no había oído hablar a nadie, a pesar de tratarse de tiempos recientes. Su existencia la conocemos casualmente.

El quince de marzo de 1.905, Fray Agustín de Nuestra Señora de las Victorias, Religioso de María Inmaculada, y Superior de la Casa Colegio de Valdepeñas escribe al Obispo de Jaén, solicitando autorización para hacer una cuestación en la diócesis.
Los términos de la petición son éstos:
Que siendo urgente hacer algunas reparaciones en la casa y adquirir algún material de escuelas por ser muy considerable el número de alumnos, que asisten a ellas, pues pasan de 120 los diurnos y de 150, en su mayoría hombres, nocturnos a V.E. R. humildemente suplica se digne concedernos licencia para enviar un hermano a postular por los pueblos de la diócesis, que tan sabiamente gobierna, pues las personas piadosas de este pueblo, contribuyendo, aunque escasamente a nuestra manutención, no pueden ser molestadas para estos gastos extraordinarios.

El Obispo les autoriza, a que pueden hacerlo en los arciprestazgos de Alcalá, Martos y Andujar, en fecha 15 de marzo de 1.905.
Es interesante la carta que el Párroco D. Fermín Navarro Gómez había enviado con anterioridad a esta petición, esto es, el día 10 de noviembre de 1.904, dirigida al Vicario General, y que se conserva en el mismo expediente.
La carta, sin comentarios, la trascribo íntegramente:
Muy estimado Señor: Le agradecería que hiciera presente al Señor Obispo, que hace seis días han venido los siervos de María y los elementos de la escuela laica están haciendo esfuerzos para que el pueblo se levante contra ellos; creo que no lo conseguirán; pero por ello no dejo ahora por unos días de estar en su compañía, me temo que cometan algún salvajismo.
Si hay otra tanda de ejercicios, iré y si no los practicaré en enero próximo, Dios mediante, en esa o en Granada.
Dispense de las molestias y desea serle útil su affmo.

8. La Guardia civil

Los alcaldes reclamaron la traída de la Guardia Civil a Valdepeñas, ya que transitaban muchos bandidos por las sierras del pueblo y los guardias municipales no podía hacer frente a ello.
Al suprimirse las milicias en los pueblos, que tenían un signo radical, se creó este cuerpo el año por decreto.
La creación de la Guardia civil tuvo una incidencia muy grande en la ciudad de Jaén. En año 1845 se establece en Jaén un grupo de 231 guardias entre jinetes e infantes. En 1859 el número crece y son 328. A partir de ese momento empiezan a distribuirse a los pueblos. Su finalidad era la defensa del orden institucional, que se veían muy atacado por los bandidos, que circulaban especialmente por la sierra.
En Valdepeñas tenemos constancia de la existencia en el año 1857 de un sargento de infantería, llamado D. Lorenzo Colomo.
En los años siguientes aparecen:
Un Cabo: Francisco Martín (B.1863)
Guardia Civil: Agustín Nieto (B. 1865)
Un cabo: Francisco Martín, de Segovia (B.1864)
Guardia Civil: Lorenzo Ortega (B. 1865)
Guardia Civil: Pedro Barranco (B. 1863)
Guardia Civil: Rafael Solís (B. 1865)

Posiblemente haya otros nombres desconocidos, al ser solteros, y no haber constancia de ellos en los libros de bautismo, ya que no tuvieron que bautizar a ningún hijo.


9. Esclavos
[17]

La esclavitud ya existía en el mundo romano e islámico. A finales del siglo XVI empiezan a venir a Valdepeñas los primeros esclavos. Estos provienen del norte de África y se llamaban berberiscos o de la costa atlántica africana colonizada por los portugueses.
Un esclavo podía comprarse o venderse entre 100 o 200 escudos, dependiendo de su edad, salud, conocimientos etc. Valían mas las esclavas, ya que podían tener hijos e incrementar gratuitamente la mano de obra y eran más dóciles y serviciales que los hombres.
En Valdepeñas son pocos los negros, a no ser que en los bautismos no conste este dato. En esta época se preferían los negros, porque eran más dóciles y no solían fugarse, como hacía los bereberes.
Por los libros de bautismos y confirmación nos ha sido posible sacar la lista completa de los esclavos de Valdepeñas. Son las familias con más posibilidades económicas, incluso clérigos y Obispos, las que compran esclavos en los mercados de Jaén, Córdoba y Granada.
La esclavitud era algo brutal, que nos cuesta trabajo admitir. Los esclavos, para que quedaran identificados, eran marcados con hierros berberiscos en los brazos, frente, en el rostro, como si se tratara de animales.
El derecho romano sostenía que el esclavo no era persona y por lo tanto, al ser considerado como objeto, dependía totalmente del dueño, que incluso podía quitarle la vida.
La Iglesia no luchó como debía contra de esta lacra social, aunque es verdad que los esclavos fueron acogidos como hermanos en las primitivas comunidades cristianas, como nos cuentan las cartas de San Pablo.
Admitió a los esclavos al matrimonio y les dio su bendición en un momento, en que el derecho romano no permitía este tipo de matrimonios.
A pesar de ello la esclavitud va a tardar mucho tiempo en desaparecer, ya que era una mano de obra barata y no había interés en los altos estamentos políticos y religiosos, en que desapareciera.

Hubo no obstante voces eclesiásticas, que se opusieron muy rotundamente al tráfico de esclavos. El dominico Fray Tomas de Mercado publicó en Sevilla un libro en 1.587, en el que condenaba rotundamente la esclavitud y el Jesuita Alonso de Sandoval, en su Tratado sobre la esclavitud, anatematiza rotundamente el trato vejatorio, que se daba a los esclavos.
No obstante la sociedad, incluso la eclesiástica, era insensible a estas llamadas e incluso eran mal vistos, por la misma jerarquía, los que se oponían a esta tiranía.
Es curioso que la mayoría de los esclavos reseñados sean mujeres, dedicadas a las faenas de la casa. Los hombres son muy pocos, dedicándose a la agricultura.
Me ha causado extrañeza, que las esclavas, que tienen hijos sean de padres desconocidos; lo cual indica, que el matrimonio para ellas se hacía muy difícil o imposible.
Otra circunstancia extraña es, que en los libros de defunciones aparecen muy pocos esclavos muertos. Lo cual puede indicar que los vendieron los dueños o que les concedieron la libertad, después de sus muchos servicios, como consta en algunas defunciones.

Otros se pagaban ellos mismos el rescate con sus ahorros, que conseguían del trabajo hecho a terceros.
Los esclavos podemos clasificarlos en varios grupos familiares:

A. Los Malo de Molina tiene varios esclavos:

María, hija de Catalina de Molina
María, hija de esclava de Joan de Molina y María Gutiérrez (b. 1576)
Isabel, esclava de Pedro García (1579)
Ana, hija de Isabel de Molina
Pedro, hijo de Isabel, esclava de María de Molina

b. Los Medina. La familia de los Medina tiene los siguientes esclavos:

1. Amor, hija de Francisca, esclava, siendo sus compadres Joan de Medina, clérigo y Catalina de Viedma.
2. Ana, hija de la negra de D. Francisco Medina (1646).
3. Felipe, hijo de esclava de Don Francisco de Medina, padre desconocido. Padrinos Pedro González de la 4. Cruz y Catalina de Biedma, su mujer.
5. Francisca de la Cruz, hija de Francisco Medina.
6. Isabel, esclava de D. Francisco de Medina e Isabel de León, de 12 años. Quedó como rehén de un tío suyo que no volvió. La compraron en Orán.
7. Juan Antonio, hijo de Antonia Medina, compadre Pedro Luis Gómez Galán /1657).
8. Juan, hijo de esclava de Juan de Medina
9. Juana, natural de Marruecos, de 11 años.
10. María, esclava de D. Francisco de Medina e Isabel León, de 24 años, capturada en Guinea y vendida en Orán.
11. María, hija de Francisca, esclava de Juan de Medina, alférez, regidor.
12. Pedro, esclavo de Joan de Medina, escribano
13. Pedro, hijo de esclava de D. Francisco Medina (1648)
14. Pedro, hijo de esclava de D. Francisco Medina (1648)
15. Sabina, esclava de Joan de Medina, que muere 16 nov. 1665, habiéndole concedido con anterioridad la libertad.
16. Sebastián, hijo de Francisca, esclava de Joan de Medina, padre desconocido.


c. Los Ruiz Malo de Molina:

1. Agustina, hija de una esclava de Pero Ruiz de Molina, Regidor.
2. Ana, hija de Águeda, esclava de Pedro Ruiz Malo de Molina. Padre desconocido.
3. Catalina, esclava negra de Pedro Ruiz de Molina, que murió el 8 de julio de 1644. A la predicha le había concedido con anterioridad a su muerte la carta de libertad.
4. Francisco, hijo de Ana López, esclava, de padre desconocido, siendo sus compadres Pedro Ruiz Malo de Molina y María, su hija.
5. Francisco, hijo de esclava de María Malo, de padre desconocido.
6. Inés, hija de María, esclava de Pedro Ruiz de Molina y María Juliana (b. 1575)
7. Isabel, esclava de Pedro Ruiz Malo de Molina, que muere 3 de enero de 1657, habiéndole dado libertad con anterioridad.
8. Joseph, hijo de Inés de Ortega, esclava. Padre desconocido. Padrinos: Pedro Ruiz Malo de Molina y su hija Baltasara ( B. 1611)
9. Juan, hijo de Beatriz, esclava de Pedro Ruiz de Molina (B. 1590)
10. Juan, hijo de esclava de Pedro Ruiz de Molina (B.1583)
11. Juana, hija de Inés, esclava de Baltasara,
12. María, hija de una esclava de Pedro Ruiz Malo de Molina (B.1575).
13. Tomás, hijo de una esclava de Pedro Ruiz el Mozo

d. Los Ortega Vallejo

1. Catalina, hija de Inés, esclava de Francisco Ortega Vallejo (b. 1600)
2. Inés, hija de esclava de Francisco de Ortega, de padre desconocido.
3. Joan, hijo de una esclava de Francisco Ortega Vallejo
4. Juana, Hija de esclava de Baltasara Ruiz
5. Luis, hijo de esclava de Baltasara Ruiz.
6. Petronila, hija de Inés, esclava de Francisco Ortega Vallejo y su mujer Baltasara Ruiz Malo de Molina.


e. Los González

Ana, hija de un negra llamada Ana, esclava de Cristóbal González de Medina y María de Osorio (b. 1575)
Hay un solo eclesiástico, Joan de Medina, clérigo muy rico por herencia familiar, que posee esclavos. El Canónigo D. Antonio de Sarmiento vendió un esclavo mulato, que se le había escapado en varias ocasiones.
[18]

f. Los Aranda

Ana, hija de la negra de D. Francisco Medina (1646).
Juan Antonio, hijo de Antonia Medina, compadre Pedro Ruiz /1657).
Unos gitanos bautizan a Manuela, hija de Melchor García y Juana Vargas (L. 8 B.. p. 120) y a Cristóbal, hijo de Lucas Jiménez y María de Guerra.

10. Niños expósitos

La Primera casa de expósitos se encontraba en el Hospital de la Madre de Dios, que se trasformó en casa de niños expósitos o cuna. Fue fundado por D. Luis de Torres en 1491.

No fueron muchos los niños expósitos en Valdepeñas en el largo periodo que analizamos. Muchos de ellos los traían de los pueblos vecinos, ya que en el pueblo las madres eran conocidas.

Me da la impresión que estos niños no sólo eran hijos de madres solteras, que quisieran desprenderse de ellos para no declarar ante el pueblo su situación.

Muchos de ellos son hijos legítimos, de padres muy pobres, que no pueden hacer frente a los gastos de crianza y los entregan a una familia acomodada para que los críen y eduquen.

El destino del expósito es determinado por el Párroco y el Alcalde. En una primer etapa los receptores los crían y bautizan, ya que, al colocarlo en las puertas de su casa, se sienten obligados a ello.

Una mayor parte va a parar a la casa cuna de Jaén, que es costeada por los municipios de la zona, que contribuyen con una cantidad muy sustanciosa. El Ayuntamiento de Valdepeñas contribuye en el año 1838 con la cantidad de 2.046 reales.

1. En el periodo de 1650 al 1700 hay doce expósitos. Normalmente los colocan en las puertas de los vecinos más pudientes. Uno de ellos se lo dejan a los ermitaños de Chircales. En esta primera etapa, los apadrinan los receptores y los bautizan.
A partir de 1.700 comienzan a dejar a muchos niños expósitos en la parroquia y el párroco se los entrega a aquellos feligreses, que considera pueden atenderles mejor.
Aunque tiene poco interés, pongo a continuación la lista. Esta lista es trágica, ya que el hecho de que una madre se desprenda de su hijo es algo muy serio. Los expósitos aumentan en los años en que hay más hambre.

Entre el año 1655 al 1700 hay doce expósitos. La mayoría de ellos se quedan con los receptores.

1. 2 Pedro y Antonio (1651).
2. 2, Juan y María (1656).
3. Juan José (1667).
4. Cristóbal Mateo (1684).
5. Francisco José (1684).
6. Juan Agustín, (1689).
7. Pablo, dejado en la ermita de Chircales el 13 de Agosto de 1695
8. Francisca María, se encuentra en la puerta de la casa de Sebastián Guerrero y Marina Aranda, los 9. cuales son los padrinos y lo cuidan (1699).
10. María, se la encuentran a las once de la noche en las puertas de la Iglesia. El Prior y el alcalde se lo entregan a los padrinos, mientras que se determine otra cosa (1700).

2. A partir del 1700 al 1800 aumenta el número de expósitos, que son 34.
Comienzan a llevar a algunos de ellos a la cuna de Jaén.
Dado el aumento de niños expósitos, una gran mayoría de ellos van a Jaén, si el Prior y el alcalde no encuentran receptores.

1. Juan, en la puerta de la Iglesia. Lo bautizan y lo llevan a la cuna de Jaén (1702).
2. Ana María. Son sus padrinos Bartolomé de Extremera, que se encargan de su crianza (1702).
3. Pedro, es padrino el Prior Juan Fernández Rojo y María su hermana. Lo encontraron en la puerta de la Iglesia (1702).
4. María Josefa fue encontrada en la puerta de Juan Tello e Isabel Mata, siendo ellos los padrinos (1702).
5. María Rosalía del Carmen se encontró a la puerta de Don Juan Jiménez Gallego de Quesada, escribano. Este fue su padrino con su hija María Paula (1728).
6. Pedro Justo. Fue su padrino el Prior D. Pedro Antonio Martínez de Arias (1728).
7. Manuel, encontrado en la Puerta de la Iglesia. Fueron sus padrinos Tomás Alfonso Cortés y María de Molina, su mujer (1732).
8. Lucía Antonia (1738) la encontraron en la puerta del Prior D. Miguel Delgado y Paredes. Fue padrino el sacristán.
9. Petronila ( 1740). Se lo entregaron bajo secreto profesional a D. Juan Andrés de Lara. Fue su padrino y la adoptó (1743).
10. Antonio José Alfonso. Se lo entregaron secretamente a Antonio Gómez y María Barranco, que fueron sus padrinos y lo adoptaron (1744).
11. Francisca Antonia. Se halló colgada en la Puerta de la casa de Juan Rubio a las diez de la noche. Fueron sus padrinos él y su mujer Dña. Francisca Marcelina de Alcazar (1744).
12. Felipe. Lo encontraron colgado en una espuerta en la ermita de San Sebastián. Fueron sus padrinos Manuel Marchal Anguita y Catalina Virtudes, su mujer (1845).
13. Pedro (1750). Lo encontraron colgado en la puerta de Juan Barrera que fue el padrino con su mujer María Mora.
14. María Josefa (1751). La pusieron a la puerta de Sebastián Pedro de Torres que fue el padrino.
15. José Vicente, hijo de la Iglesia, siendo su comadre Juana de Heredia Bueso (1756).
María Andrea Josefa, siendo madrina Dña. Andrea de Alarcón , de Granada (1757).
16. Juan Bautista del corazón de Jesús en la puerta de la Iglesia, siendo madrina Vicenta del Rayo (1758).
17. Pedro Tomás en las puertas de la Iglesia, siendo padrinos Tomás Granados, vecino de Jaén y Dña Ana de Castro, mujer de Don Cristóbal de Quesada (1761).
18. Matilde Margarita Rosa en las puertas de la Iglesia (1762).
Barnabé Félix José, Madrina Dña. Rosalía Muñoz de la Chica (1768).
19. María José, madrina María Marchal (1771).
20. Francisca Josefa Basilia en la puerta de la Iglesia. Padrinos Francisco Cabrera y Ana Extremera (1779).
21. María Josefa Salazar en las puertas de la Iglesia, siendo su padrino Antonio Castro (1779).
22. Juan José, en las puertas de la Iglesia sin padrinos por la urgencia y gravedad (1781).
23. Juan José en la puestas de Félix Guerrero que fue el padrino con su hija (1782).
24. María Josefa en las puertas de la Iglesia, siendo su madrina María de Escabias (1785).
25. María Josefa, padrinos Fernando Pariente y María Santiago (1788).
24. Juan Antonio en las puertas de la Iglesia. Padrinos Antonio Cobo y Ana Félix de Milla (1788).
27. José María en las puertas de la Iglesia (1789).
28. Francisco José, en las puertas de la Iglesia. Padrino Antonio Castilla (1789).
29. Francisco de Paula, en las puertas de la Iglesia. Madrina Dña Paula de Arias (1789).
30. María Josefa, en las puertas de la Iglesia. Madrina Dña. Paula de Arias (1790).
31. Ana Manuela Josefa, en las puertas de la Iglesia. Padrinos Antonio de Castro y Ana Félix de Milla (1790).
32. Marciano José, nacida el día 6 de marzo de 1798, siendo sus padrinos Francisco de Alba y Ana de la Chica su mujer. Voluntariamente curadores.
33. José Antonio Eulogio se lo presentaron al Párroco por persona no conocida, diciéndole que estaba sin bautizar. Fueron padrinos Francisco Escabias y Catalina Rivilla. Lo llevaron a Jaén (1799).


3. A partir de 1800 ha aumentado la población y crece de una manera considerable el número de expósitos. Ello es debido al incremento de la población, a la relajación de las costumbres y a las dificultades económicas motivadas por la guerra de la Independencia y la guerra carlista; unido todo ello a las luchas intestinas promovidas por la implantación del liberalismo.
Los expósitos desde el año 1800 al 1875 son 64.

1. Manuel José. Madrina Ana Ramos (1800).
2. Francisca Paula. Madrina Dña. Francisca de Arias (1801).
3. María del Carmen. Madrina Dña. Francisca de Paula Arias (1801).
4. María de los Dolores. Madrina María de Liébana (1803).
5. Juan José. Padrinos: Cristóbal Merino y Catalina Padilla (1804).
6. Francisca María, Madrina Antonia Pérez. (1804).
7. José María. Padrinos Fernando Pariente y María Santiago. Presentada (1805).
8. María, Madrina Ana Melero (1807).
9. María de los Dolores, presentada. Padrinos Juan de Dios Arias y su hija María Dolores (1808).
10. María Dolores. Padrinos Diego Lendínez y María Cabrera (1810).
11. Barnabé José. Madrina Teresa del Pino (1811)
12. Manuel José. Padrinos Alfonso Extremera y Catalina de Zafra (1811).
13. Juan de Dios, siendo padrinos Manuel de Milla y Ana Rodríguez su mujer (1813).

14. Juan María, siendo madrina Joaquina de Mérida (1813).
15. Julián Cayetano, siendo padrinos Luis Sánchez y María Molina 1813).
16. Bárbara José, siendo padrinos José Molinero y Dña Bárbara Aparicio (1813).
17. Rafaela José, siendo padrinos José Escabias y Catalina Ortega (1813) .
18. José María. Encontrado en las puertas de la casa de Rafael Castillejo a las 10 de la noche. 19. 19. Padrino Luis Sánchez (1813).
20. Luis María. Encontrado en las puertas de la casa de José Extremera. Padrino el mismo (1814).
21. Juan de Dios. Encontrado en las puertas de Juan María de Vilchez a las 7 de la noche. Madrina 22. Dña. Ana Santolaya (1814).
23. Jerónima, siendo madrina María Castro (1815).
24. Francisca de Paula. La encontraron a las siete de la mañana en mal estado, bautizándola de urgencia el dueño de la casa Francisco Montes (1816).
25. Antonia Francisca, siendo su padrinos D. Ramón de Llana y María Josefa (1816).
26. José. Encontrado en las puertas de la casa de D. Pedro Rabanal, siendo su madrina su mujer Dña 27. María Josefa Cobo (1816).
28. José María, siendo su madrina Salvadora del Moral en cuya casa se encontró (1816).
29. María Josefa, encontrada en la casa de D. José Marques, siendo madrina María Milla (1817).
30. José Eleuterio, siendo su madrina Salvadora del Moral en cuya casa fue encontrado (1818).
31. Francisco de Asís en Casa de D. Rafael Castillejo, siendo madrina Francisca Castillejo, su hija (1818).
32. Salvador José, siendo su madrina Salvadora del Moral (1820).
33. María Dolores, siendo sus padrinos Felipe Tello y María Almagro (1821).
34. María Josefa siendo su madrina Ramona Extremera (1821).
35. Isabel Josefa, siendo padrinos Francisco Espinosa y su mujer Isabel (1821).
36. María Dolores, en casa de Luis Sánchez a las nueve de la noche, siendo el mismo su padrino (1822).
37. Nicomedes, siendo su madrina Gertrudis Cabrera (1824).
38. Teresa de Jesús, en las puertas de la casa de Juan de Ortega Molina y Francisca de Álvarez, su mujer (1825).
39. José María, siendo encontrado en la casa de Luis Sánchez y madrina María Ruiz (1829).
40. Tomas de Aquino, encontrado en la casa de Pedro Carrillo, siendo madrina María de la Peña (1830).
41. María Encarnación, en casa de Rosa Delgado (1830).
42. Isabel, en casa de Alfonso Serrano (1831).
43. José María de las Mercedes, en casa Plácida Pérez del Castillo (1831).
44. Ana Juana en casas de Juan Pablo Cabrera (1832).
45. Escolástica, en casa de Escolástica Lendínez (1832).
46. José María, en casa de José de Torres, siendo madrina María Josefa de Ortega (1833).
47. Isaac José, a las puertas de Pedro Gutiérrez y María Arias, sus padrinos (1834).
48. Andrés, siendo su madrina Juliana Martínez (1834).
49. Tita María, siendo su madrina Ana Montes. Encontrada en casa de Dolores Pernia (1835).
50. José, en casa de José Berrio (1835).
51. María de los Dolores, siendo su madrina Isabel Peinado /1837).
52. María José, en casa de José de Castro (1837).
53. Juan, en el santuario de Chircales. Padrinos Francisco Javier Melero con Isabel Cabrera (1841).
54. Dolores, siendo su madrina Dolores Torres (1842).
55. María de la Cruz, siendo su madrina Francisca Peña (1843).
56. Vicente, siendo su padrino Tomás Puerta (1848).
57. Jacinto, siendo su madrina Escolástica Cortés (1848).
58. Elias, siendo su padrino Pedro Gallardo (1850).
59. Pedro, siendo su madrina María Extremera 1850).
60. Juan José, en las puertas de Miguel Castro ( 1854).
61. María Josefa, siendo su madrina María Castro (1854).
62. Anselmo: En casa de D. Escolástico Martínez casado con Mercedes Cortés (1863).
63. Martín, siendo madrina María Dolores Martina (1870).
64. Agustín, siendo madrina María Capilla Quesada (1871).



Terminada esta relación quiero dejar constancia de que en Valdepeñas en todo este periodo hubo dos familias que tuvieron trillizos:
Trillizos: Francisco, Zacarías y Catalina, hijos de Diego Martínez Enbuenaora y María de Poca Sangre, padrinos Juan de Quesada, presbítero y María de Quesada, su hermana (1656)
Trillizos Blas, José, Francisco hijos de Alfonso Valdivia y Juana Rivilla, 3 de febrero 1762.


11. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO
[19]

Siempre tuve una gran curiosidad por conocer el crecimiento demográfico de Valdepeñas. Con este fin afronté un trabajo muy laborioso, ya que ello suponía elaborar los registros de todas los nacimientos y muertes habidas en el pueblo. La siguiente lista está tomada de los libros parroquiales de la de Santiago de Valdepeñas de Jaén. La vida y la muerte son los dos grandes acontecimientos de la condición humana y merecían una reseña. La historia de un pueblo está tejida de estos dos acontecimientos.
Unos nacen y otros mueren. La vida es un río que termina en el mar de la muerte, que lo borra todo.

El presente estudio quiero describirlo en dos momentos, haciendo una síntesis o estudio sobre los sepelios, tanto de niños como de adultos. El estudio es incompleto, ya que hay una larga etapa, en que no aparecen las defunciones de los niños y los nacimientos. No obstante, por un estudio comparativo global, podemos llegar a sacar una media en el incremento de la población, sacando la diferencia entre nacimientos y muertes.
El estudio no puede ser completo, ya que habría que tener en cuenta otros factores, como sería la emigración y la inmigración, la muerte de muchos jóvenes con motivo de las múltiples guerras de los diversos periodos y de otros muchos, que les sorprende la muerte en otro pueblo.
La elaboración de estas estadísticas ha sido muy difícil y larga en el tiempo. El trabajo es muy interesante para darnos una idea muy aproximada, del crecimiento demográfico de nuestro pueblo. Voy a prescindir de analizar muchos aspectos, que el lector puede descubrir por si mismo, ya que sólo he pretendido realizar una impostación sociológica de los hechos. Paralelamente a estos aspectos demográficos, haré alusión a otros aspectos del tema, como son los nacimientos en sus diversos aspectos y las muertes, teniendo en cuenta la edad, los meses etc, aunque de ello hemos tratado en otro lugar, ya que todo ello incide de una manera indirecta en el crecimiento demográfico.

El ciclo de mortalidad es ordinario (endógeno) o debido a un tipo de epidemias en un momento determinado (exógeno).
La tasa de mortalidad para los niños es muy alta en el verano, ya que el determinante más importante de las muertes son las enfermedades de tipo infeccioso, como hemos visto en otro lugar. La muerte de los niños en algunos años es ingente, especialmente en el verano.

La media de la muerte de los niños, en ocasiones, es del 40 por ciento de los que nacen, como se podrá ver en los cuadros que vamos a presentar con posterioridad.
El recuento de los nacimientos y muertes tampoco nos da unas cifras exactas del crecimiento demográfico, ya que no tenemos constancia de los que marchan del pueblo y vienen de fuera. La emigración ha sido una constante muy importante en el pueblo desde el siglo XVII. Esta circunstancia cambia los cálculos. Hay una gran comunicación de habitantes con los pueblos cercanos, especialmente con Los Villares, Castillo, Noalejo, Colomera, Campillo, Alcalá y Jaén.

Entre las dificultades del cálculo hay otros factores, que inciden, como es la marcha de muchos vecinos a otros lugares y el ciclo de la infertilidad de la tierra a consecuencia de la falta de lluvia. El estos años difíciles declinan los nacimientos. El terreno de Valdepeñas es pobre y ha crecido mucho el pueblo a partir de 1780. Ello obliga a muchos a emigrar a terrenos más fértiles, especialmente en los momentos de la siega, en que muchos iban a la campiña a segar y se quedaban en estos sitios, donde tenía más posibilidades de vivir.

La emigración ha sido una constante del pueblo, hasta el extremo de que a partir de 1960 el pueblo decreció por este motivo de una manera alarmante.
Es difícil un recuento exacto por las levas de soldados, que mueren en las continuas guerras de los siglos XVII, XVIII y XIX, en la que mueren muchos de ellos y no hay constancia en los libros de bautismo.

Junto a este recuento decidí estudiar una muestra significativa de matrimonios, para comprobar el número de hijos, que nacía de cada matrimonio. Estudio muy curioso y que causa sorpresas inesperadas, ya que el nacimiento de hijos por matrimonio no es tan alto como creía, ya que no pasa de una media de cinco hijos, teniendo en cuenta que mueren muchos de ellos en los primeros años.

Valdepeñas se funda en el año 1539, con un número aproximado
de 150 vecinos. En 1558, al concederle el título de villa, tenía 170 vecinos, lo cual nos indica que la aldea, en estos 19 años, ha crecido sólo en 19 vecinos, que multiplicados por el cociente 4. 5, equivaldría a 765 habitantes.

Lo cual se explica, al no poder los vecinos vender las tierras en los primeros años de la fundación e impedirse por este motivo la venida de otras personas.

En estas fechas no tenemos datos ni de nacimientos ni de muertes, ya que en la parroquia no era obligatorio llevar cuenta de los nacimientos y defunciones.

En el periodo que va de 1569 a 1630 hay dos mil novecientos dos bautismos. No tenemos conocimiento de las muertes tanto de adultos como de párvulos, para poder conocer el índice exacto del crecimiento.

Ximénez Patón, en 1623 nos dice que . (p.197) Valdepeñas, tenía doscientos y ventisiete vecinos, un priorato y un beneficio servidero.

Lo cual supone con relación a la cifra anteriormente conocida, que en el periodo de 1558 a 1623, esto es, 25 años después, hay un crecimiento de 57 vecinos, que sumados a los anteriores, nos da una población de 1021 habitantes
Si se observa la tabla siguiente puede verse que el índice de bautismos, sumados en el decenio, es un muy parecido.

Bautismos correspondientes a los años 1569 a 1630.

Año
1569
1570
1571
1572
1573
1574
1575
1576
1577
1578
Total
Bautis.
50
53
65
63
50
42
50
48
50
70
541
Año
1579
1580
1581
1582
1583
1584
1585
1586
1587
1588
Total
Bautis.
51
39
40
14
39
62
46
43
63
56
453
Año
1589
1590
1591
1592
1593
1594
1595
1596
1597
1598
Total
Bautis.
52
44
34
55
31
41
56
30
53
41
437
Año
1599
1600
1601
1602
1603
1604
1605
1606
1607
1608
Total
Bautis.
41
37
28
41
43
34
39
44
43
24
374
Año
1609
1610
1611
1612
1613
1614
1615
1618
1617
1618
Total
Bautis.
39
45
27
48
52
52
55
46
53
43
460
Año
1619
1620
1621
1622
1623
1624
1625
1626
1627
1628
Total
Bautis.
36
49
58
50
62
56
43
62
58
53
527
Año
1629
1630









Bautis.
50
60








110
Total 2902

Nacen en el periodo, que va de 1.569 a 1.628, como pude verse en la tabla adjunta, 2.902 niños. En los años, que van desde la fundación de Valdepeñas en 1539 al 1569 no tenemos datos de los nacimientos y muertes tanto de niños como de adultos., siendo imposible conocer el crecimiento en este periodo. Sólo cabría hacer un índice o cálculo de posibilidades.
Años 1631 a 1680
En los cincuenta años siguientes podemos observar en las tablas adjuntas, que se produce un incremento de 1209 personas, sacando la diferencia entre muertes y nacimientos. A esta cantidad tendríamos que restar los párvulos muertos en este periodo, de los que no tenemos constancia, aunque, si mueren en este periodo 1030 adultos, podemos deducir que el índice de mortalidad infantil es muy parecido e incluso superior al de adultos.
En este caso el incremento sería de unas doscientas personas. El índice de muertes de adultos aumenta de una manera alarmante, estos es, de 114, en el año 1648. Lo cual supone que el incremento de la población en este periodo es muy escaso o casi nulo, si tenemos en cuenta la emigración.

Años 1631 al 1680
Año
1631
1632
1633
1634
1635
1636
1637
1638
1639
1640
Total
Sepel.
10
27
14
9
19
27
34
22
20
18
200
Bautis.
59
56
30
70
49
61
45
42
27
54
493
Diferencia 293
Año
1641
1642
1643
1644
1645
1646
1647
1648
1649
1650
Total

Sep.
23
22
13
12
16
18
44
104
38
32
322

Bautis.
38
37
35
46
50
40
41
45
56
30
418

Diferencia 96

Año
1651
1652
1653
1654
1655
1656
1657
1658
1659
1660
Total

Sep.
11
14
23
5*
8
18
13
15
26
17
150

Bautis.
41
50
53
39
57
48
61
56
55
44
504

Diferencia 354

Año
1661
1662
1663
1664
1665
1666
1667
1668
1669
1670
Total

Sep.
26
30
14
15
6
23
20
16
9
20
179

Bautis.
42
49
46
45
48
48
50
50
46
40
416

Diferencia 237

Año
1671
1672
1673
1674
1675
1676
1677
1678
1679
1680
Total

Sep.
20
12
9
17
26
25
20
4
22
24
179

Bautis.
58
52
44
44
45
48
48
29
41
47
408

Diferencia 229


Año 1681 a 1700
En este periodo de 19 años hay un crecimiento de 341 personas, sacando la diferencia entre muertes y nacimientos. Mueren 501 y nacen 1078. No están incluidos los niños que mueren, al no tener constancia de ello. Si sumamos las muertes de los niños, que desconocemos, haciendo un cálculo aproximado, teniendo en cuenta que es superior al de adultos, el incremento de la población en este periodo es casi nulo.

Año
1681
1682
1683
1684
1685
1686
1687
1688
1689
1690
Total
Sep.
19
17
18
38
25
12
23
13
39
29
204
Bautis.
30
40
39
52
53
47
44
45
35
55
440
Diferencia 236
Año
1691
1692
1693
1694
1695
1696
1697
1698
1899
1700
Total
Sep.
18
24
22
20
5
13
27
35
73
60
297
Bautis.
54
68
61
69
68
63
58
61
54
82
638
Diferencia 341

Años 1701 a 1751
En los cincuenta años siguientes, que vamos a analizar, podemos constatar con más precisión el crecimiento demográfico, al constar también el número de defunciones infantiles. El índice de crecimiento de la población es de 851 personas. A esta cifra habría que descontar los niños no contabilizados en los años 1701-1704, que, a una media de 10, nos daría 40 muertos. Queda un índice de crecimiento de 811 personas en este periodo, como se ve estudiando detenidamente el cuadro siguiente. No obstante el índice de muertes de niños puede ser superior.

Año
1701
1702
1703
1704
1705
1706
1707
1708
1709
1710
Total
Adult.
21
31
19
20
14
17
21
24
29
17
213
Parv.
***
***
***
***
9
17
23
18
19
10
96
Bautis.
82
60
61
70
44
58
80
53
42
41
591
Diferencia 282
Año
1711
1712
1713
1714
1715
1716
1717
1718
1719
1720
Total
Adul.
14
15
15
16
8
18
29
18
16
17
166
Párv.
4
16
16
12
9
11

39
13
13
133
Baut.
45
42
41
45
43
52
44
49
45
44
450
Diferencia 151
Año
1721
1722
1723
1724
1725
1726
1727
1728
1729
1730
Total
Adul.
14
20
20
14
23
20
22
19
24
19
195
Párv.
11
9
12
14
14
11
40
27
27
17
182
Baut.
54
61
51
54
67
60
86
61
60
68
622
Diferencia 245
Años
1741
1742
1743
1744
1746
1747
1748
1749
1750
1751
Total
Adult.
**
28
23
24
37
36
37
20
19
114
338
Párvu.
**
21
22
28
31
27
26
100
24
42
321
Baut.
95
92
68
88
71
82
68
57
86
129
836
Diferencia 177

Año 1752 al 1800

En estos cincuenta años se produce un incremento espectacular de la población de 2309. Restando un índice aproximado de muertes 140 muertes de niños, que no constan en los años 1773-78, nos queda un incremento neto de 2.169. La razón de este incremento está en que, aunque crece sensiblemente el número de las muertes de adultos y niños (1644 y 1240) en relación a los cincuenta años anteriores (912 y 732), hay un aumento muy importante de nacimientos (5053) en relación a los años anteriores (2499).

La razón del incremento está en que en este periodo se incrementa el número de nacimientos, por los avances de la medicina, ya que proporcionalmente baja el número de muertes de niños en relación a los adultos.

En este periodo hay un cierto bienestar social, que favorece este crecimiento.

Año
1752
1753
1754
1755
1756
1757
1758
1759
1760
1761
Total

Adult.
91
27
16
25
23
21
19
30
29
39
320

Párvu.
55
44
11
48
13
14
24
77
18
18
322

Baut.
59
87
73
105
102
100
90
110
104
101
931

Diferencia 289

Años
1762
1763
1764
1765
1766
1767
1768
1769
1770
1771
Total

Adult.
40
27
4
25
21
20
41
52
36
30
296

Párvu.
63
28
27
17
8
32
16
16
34
77
318

Baut.
119
115
101
98
99
90
112
108
90
115
1047

Diferemcia 433

Años
1772
1773
1774
1775
1776
1777
1778
1779
1780
1781
Total

Adult.
30
23
47
47
41
22
23
23
25
36
317

Párvu.
45
**
**
**
**
**
**
14
18
***
32

Baut.
97
88
83
89
99
98
91
99
82
78
904

Diferencia 555

Años
1782
1783
1784
1785
1786
1787
1788
1789
1790
1791
Total

Adult.
23
20
24
33
57
24
28
28
38
38
295

Párvu.
**
**
**
24
65
39
28
28
44
14
214

Baut.
85
98
102
77
98
88
134
108
120
97
1007

Diferencia 498

Años
1792
1793
1794
1795
1796
1997
1898
1899
1800
1801
Total

Adult.
36
50
40
46
25
46
51
49
35
38
416

Párvu.
**
**
38
50
13
28
21
54
10
**
214

Baut.
58
101
106
143
148
123
111
142
120
112
1164


Diferencia 534


Años 1802 a 1443

Hay un incremento de 3.449 habitantes, sacando la diferencia entre muertos y nacidos. Teniendo en cuenta que hay catorce años, en que no constan los párvulos muertos, podemos sacar una media de 700 en este periodo. La diferencia estaría en 2.749 habitantes. Lo cual supone un fuerte índice de crecimientos debido al aumento de los nacimientos (7.964).

Los muertos adultos y de párvulos son 2.516 y 2.665.


Años
1802
1803
1804
1806
1807
1808
1809
1810
1811
1812
Total
Adult.
43
49
29
49
59
50
55
41
21
32
428
Párvu
**
**
**
**
**
**
**
**
**
**
**
Baut.
118
101
111
98
136
105
114
120
118
116
1137
Diferencia 709
Años
1813
1814
1815
1816
1817
1819
1820
1821
1822
1823
Total
Adult.
68
23
52
**
54
66
50
56
**
39
408
Párvu.
**
**
8
47
19
71
20
42
**
52
259
Baut.
144
134
134
125
122
140
173
177
175
206
1530
Diferencia 883
Años
1824
1825
1826
1827
1828
1829
1830
1831
1832
1833
Total
Adult.
41
46
52
34
42
53
54
74
67
45
508
Párvu.
81
37
50
28
49
55
59
86
33
50
528
Baut.
150
170
204
156
195
211
150
156
165
168
1725
Diferencia 689
Años
1834
1835
1836
1837
1838
1839
1840
1841
1842
1843
Total
Adult.
276
50
50
56
84
62
57
43
45
43
766
Párvu
102
36
30
90
50
49
53
20
44
36
510
Baut.
160
183
151
151
162
153
178
171
172
179
1660
Diferencia 384

Años
1844
1845
1846
1847
1848
1849
1850
1851
1852
1853
Total
Adult.
34
39
47
44
39
33
41
33
53
47
410
Parv.
41
55
53
47
60
133
94
55
66
114
718
Baut.
163
187
191
190
202
191
200
231
144
213
1912
Diferencia 784

Años 1.854 a 1.873

El índice de crecimiento es de 1818 en estos 19 años. Los nacimientos 4.684 y los muertos 1462 y 1765.


Años
1854
1856
1855
1857
1858
1859
1860
1861
1862
1863
Total
Adult.
61
43
163
53
33
41
38
52
55
57
596
Parv.
64
33
114
73
100
83
62
69
110
76
784
Bautis
242
266
202
224
249
255
221
210
240
223
2332

Años
1864
1865
1866
1867
1868
1869
1870
1871
1872
Total
Adult.
55
31
65
100
67
57
61
45
26
507
Parvu.
169
108
202
45
106
91
79
116
65
981
Bautis.
373
257
228
235
246
268
230
246
269
2352
Diferencia 864
En el año 1855 mueren de cólera 114. Empieza el día 23 de julio.


CONCLUSIONES

1. La media de nacimientos al año, desde el periodo 1569 al 1630, es de 47, 57. En el año 1553, como comentábamos en la nota primera, tenía Valdepeñas 170 vecinos y en 1623, 226. Con estos datos observamos que el índice de natalidad es bastante alto. Por la excesiva mortalidad, especialmente infantil, cuyo portecentaje exacto desconocemos, solo hay un aumento en 56 vecinos. No obstante pueden influir otros factores.

2. En el periodo que va desde 1631 a 1680 (49 años) nacen 2339 niños, que divididos entre 49, nos da una media de 45, 69 nacimientos al año. Hay que tener en cuenta que, a pesar de que la población ha aumentado en este periodo, el índice medio de nacimientos disminuye en 1, 88 en relación al periodo anterior. Esta disminución posiblemente sea debida a dos factores: El descenso del bienestar económico en España y la emigración.
Las muertes de adultos son 1028. Desconocemos las de los niños, aunque estadísticamente es seguro que fueron superiores. Con lo cual podemos concluir que el índice de crecimiento de la población es muy escaso.

3. Si sacamos el índice de nacimientos en los años 1681 a 1700 (19 años), dividendo los 1078 nacimientos habidos en estos diecinueve años, podemos observar que el índice de crecimiento es de 45, 69 nacimientos al año. Lo cual supone un incremento del índice en 11, 04. Hecho que es explicable al haber más vecinos. El índice de crecimientos es casi nulo por las muertes y por la emigración. Sabemos que en este periodo se trasladaron a Fondón (Granada) más de 100 vecinos para repoblar este pueblo, después de la expulsión de los moriscos de las Alpujarras.

4. En el periodo que va de 1701 a 1751, la media de nacimientos al año es de 51, 98. Hay una disminución, en relación al año anterior de 4, 75, a pesar de existir más vecinos. El incremento podemos situarlo en unas 800 personas. Por el Marqués de la Ensenada sabemos que Valdepeñas tenía el año 1752, 927 vecinos En este año nacieron 124 niños.. No obstante, quiero que el lector caiga en la cuenta que desde la fundación a 1.752 han trascurrido 220 años (1539.1752) y que la población de Valdepeñas ha ascendido de 160 vecinos a 927, o lo que es lo mismo, ha crecido en 760 vecinos.
La situación económica en este periodo es pésima.

5. A partir de 1752 se produce un incremento muy importante en el número de habitantes. Las causas, entre otras, que determinan este crecimiento son estas: El aumento de vecinos o familias, la entrada en vigor de unas medidas más estrictas de sanidad, el nacimiento del comercio y la mejora en las técnicas de producción. Las condiciones económicas, a consecuencia de las múltiples guerras, son desastrosas. Aumenta el número de jornaleros y los los llamados pobres de solemnidad, como hemos explicado en otro lugar. El lector, por curiosidad, puede comprobar en las tablas de nacimientos y muertes, que hay una diferencia muy sustantiva entre los nacimientos de un año a otro, debido a que en los años de esterilidad hay una sensible baja de nacimientos. La diferencia entre los nacimientos y muertes estaba muy igualada en los periodos anteriores. A partir de 1752 hay un saldo muy positivo a favor de los nacimientos, a pesar de que la mortalidad infantil sigue siendo muy alta. Saldo que se va aumentando con el decurso del tiempo.
En la actualidad, el pueblo está perdiendo habitantes debido a dos factores: el escaso índice de nacimientos y la emigración.
En un próximo estudio abordaremos este tema para completarlo en el tiempo.

[1] AMV actas capitulares, del año.1852, p.71.

[2] Citado por Herrera y Esteban León, Don Vicente Molina, Diputado liberal y progresista por Jaén en la primera mitad del siglo XIX, en Senda n. 20, p. 44.
[3] AHDJ. , actas del, 4 de febrero de 1825. P. 39

[4] AHDJ. , Actas, del 8 de febrero de 1825, p. 25 vto.

[5] AMV, Actas municipales, del año 1869, 12 agosto

[6] Los datos de los oficios han sido tomados de los libros de bautismo de la parroquia. En paréntesis aparece el año en que aparece dicho oficio.
[7] Los principales contribuyentes en 1852 para la construcción del nuevo Hospital de Jaén son los siguientes: Don Blas de Quesada y Dusmet (50), D. Francisco de Paula Quesada, alcalde (40), D. Pedro de Quesada y Salazar (20), Juan Extremera Serrano (20), Ramón Rojas (20), José del Moral (10), José Torres (7), Francisco de Paula Peinado (7), Matías González (6).

[8] Lugia, n. 20, p. 17.
[9] Lugia n. 20 p. 14.
[10] AHDJ, Valdepeñas de Jaén, civil 1.720
[11] AHDJ. Valdepeñas de Jaèn, civil, 1752
[12] Serafín Parra Delgado, Curiosidades de nuestro archivo, Maestros de primeras letras en el siglo XVIII, en Lugia n. 39, p. 29.

[13] AMV, actas, del 26 de abil de 1.839
[14] AMV, actas, del año 1850, f. 18 vto

[15] AMV, actas, del año 1850, f. 46.
[16] AMV, actas, del año. 1871 folio 55.
[17] Serafín Parra Delgado, Esclavitud /s. XVI-XVII), en Lugia n. 23, p. 4.

[18]Jaén, siglo XVII, Coronas, p. 192.

[19] Por otras fuentes conocemos el número aproximado de vecinos del pueblo. No obstante ello no nos lleva a conocer exactamente el número de habitantes, ya que es difícil conocer el indice multiplicador, dado el crecido número de habitantes por matrimonio. Conocemos los siguientes datos .En 1558, al concederle el título de villa, tenía 170 vecinos. Ximénez Patón, en 1623 dice que Valdepeñas tenía, dosicientos y ventisiete vecinos, un priorato y un beneficio servidero.El Marqués de la Ensenada en el año 1752 Valdepeñas afirma que tenía cuatrocientos veintisiete vecinos ,cabezas de casa.D. Francisco Tomás de Porcuna, prior, en su correspondencia con el geógrafo D. Tomás López en el año 1781 sostiene que tenía seiscientos ventiun vecinos.En 1785, según Conde de Santa Coloma, 600. En el año 1789, según Espinat, Valdepeñas tiene 550 vecinos. En 1851 Valdepeñas 1000 vecinos, como aparece en las actas del Ayuntamiento. Como se puede ver en el estudio adjunto, hay una cierta coincidencia, ya que no hemos podido tener en cuenta otros factores.