lunes, 20 de octubre de 2008

CAPÍTULO VIII: Las Convulsiones Políticas en Valdepeñas desde la Revolución Francesa hasta 1870



Introducción. Precauciones ante la revolución francesa.

Los ideales de la revolución francesa: Libertad, igualdad y fraternidad empezaron a prender en los intelectuales, aunque hubo un rechazo generalizado a las tácticas empleadas en Francia para implantarlas.
La monarquía española vio los peligros, que podían existir para su misma existencia e intentó poner una barrera en los pirineos para que estas ideas no pasaran a España.
Ningún español podía salir del territorio para educarse en país extranjero sin permiso de su majestad.

La Inquisición, casi moribunda, se convirtió en una aliada del Rey para perseguir las nuevas ideas. Floridablanca prohibió los periódicos, que habían nacido llevados de la mano de los ilustrados.
Estas nuevas ideas estaban bien vistas por una reducida intelectualidad, por una nueva burguesía emergente y por un sector del clero, que terminó decepcionado ante el cariz antirreligioso que tomó la revolución.

A los ambientes rurales no habían llegado estas ideas. El pueblo tenía una devoción a la monarquía casi mítica. La reacción del pueblo ante la invasión francesa fue más bien una lucha patriótica contra unos invasores que contra unas ideas.

Es curioso, que mientras el pueblo luchaba contra un invasor, las Cortes de Cádiz estuvieran elaborando una constitución, que casi en un ochenta por ciento estaba copiando las ideas fundamentales de la revolución francesa.
Estas ideas tardaron en prender mucho tiempo en los ambientes rurales, como veremos a continuación.

I. Primera Etapa
1. La guerra de la independencia
[1]

Conocemos muy pocos datos de la guerra de la independencia en Vadepeñas, ya que desaparecieron las actas municipales de este periodo.
Las actas del año 1813 hacen referencia a la difícil situación en que se encontraba España, ya que de una manera insistente se pide dinero y comida para los hospitales y el ejército.

Ambos pósitos, el real y el pío, quedaron totalmente exhaustos, ya que los franceses arramblaron con todas las existencias.
[2]
El día 11 de febrero de 1813 se publica la Constitución y el día 19 de marzo se celebra una función solemne en la Iglesia parroquial para conmemorar este acontecimiento tan importante, a petición del jefe político.
Durante el tiempo que los franceses estuvieron en España, hubo en Valdepeñas un pequeño destacamento, que terminó con todos los quejigos y encinas existentes en el Chaparral, debiendo el Ayuntamiento tomar la determinación de plantar la zona de olivos. El municipio se queja de los franceses en estos términos: Que en virtud de la última desastrosa guerra y las ruinas que experimentó su destitución, porque hayándose tan próxima a esta villa usaron despóticamente de su arbolado los enemigos,, ya para cocer sus ranchos y también los fogaridos en los quarteles y prevenciones, reduciendo a terreno calmo en cuya disposición permanece.
Siendo tierra de propios, deciden plantar olivos.
[3]

Con el fin de ganarse la simpatía de la gente del pueblo, los franceses vendieron a muy bajo precio algunos bienes de propios y de tierras realengas, con el consiguiente perjuicio al bien común. El Ayuntamiento acuerda nombrar a un agrimensor, que mida las tierras y haga una nueva valoración para que paguen la diferencia que resulte.
[4]
El libro de defunciones nos ha dado la noticia de la muerte del soldado Bernardo Méndez, natural de las Alpujarras, habida en Valdepeñas el día 30 de abril de 1808. Este soldado era del regimiento de Écija, había sido herido en el combate y de paso para su tierra murió en Valdepeñas. Todo el pueblo, acompañado de las autoridades, y cofradías con un gran patriotismo, acudió al entierro mayor, que celebró el Prior con el acompañamiento de los clérigos del pueblo.
En 1810 murió otro soldado, Juan López. Este, dice la partida, era uno de los soldados dispersos por los franceses en Sierra Morena. Herido vino a refugiarse a su pueblo, donde murió el 4 de febrero de 1810. El entierro, por las circunstancias políticas del momento, se hizo más en silencio.

2. La muerte del corregidor de Jaén D. Antonio María Lomas en Valdepeñas

De ella encontramos dos versiones:

1. La presentada en la revista Don Lope de Sosa
[5], firmada por Cazabán. Éste nos dice que el día 30 de mayo de 1808 se recibió en Jaén una carta de Córdoba, en la que se pedía la adhesión de Jaén a la Junta de Sevilla. D. Antonio salió de su casa, situada en la calle de la Audiencia, acompañado de una gran multitud, que gritaba ¡viva Fernando séptimo!. Llegó al Ayuntamiento y después de tratar el asunto con los otros ediles, dice el cronista que reacio e indeciso seguía el corregidor y confuso y sin criterio fijo el Ayuntamiento.
Los ediles se sintieron desbordados por la multitud, que entrando en el Ayuntamiento, con el Duque de Montamar, les obligó a unirse a la Junta de Sevilla.
A partir de este momento el corregidor se sintió muy desplazado, ya que su autoridad se sentía muy disminuida, al estar al frente de la Junta creada en Jaén el Duque de Montamar, que venía a asumir los poderes del pueblo y al no ser nombrado miembro de dicha Junta.

Con estos antecedentes, continúa Cazabán su crónica, que trascribo literalmente: Quince días se mantuvo Lomas en la capital, en esta desairada situación. Acaso para esquivar recelos y sospechas, salió para Alcalá a mediados de junio. De lo que allí hizo, nada se sabe. Sólo se conoce el hecho de que el 20 de junio, en las primeras horas de la mañana, llegó procedente de Alcalá, a la villa de Valdepeñas, escoltándole unos cien soldados franceses. Se dirigía a Jaén para ocuparse en asunto de su ministerio de justicia; pero, manteniéndose, aún, en una neutralidad incompatible con la situación pública, seguía creyendo a los franceses, amigos leales; y exagerada, aunque generosa y fiel, la actitud del pueblo. D. Antonio María de Lomas se detuvo para almorzar en el mesón de la plaza de Valdepeñas. Al saberse en el pueblo su llegada y notar la presencia de los soldados franceses, el público se reunió pudiéndose observar que su actitud no era nada tranquilizadora. Comprendiéndolo así, el Corregidor tomó otra vez su caballo y siguió el camino de Jaén, pero los grupos aumentaron, marchando al par de él y convirtiéndose en verdadero motín, a la salida de la villa, lo que dentro de ella había sido actitud un poco alarmante. Varias voces gritaron:¡Mueran los traidores! ¡Viva el Rey Fernando!. Lomas entonces se bajó del caballo y trató de sincerarse de su conducta, como representante del gobierno. Cuando explicaba los motivos de su ausencia de Jaén y los de su vuelta a la capital, de una finca próxima, llamada la Chirina, salió un gañán de arar, que en tal villa era conocido como el mozo de Porras. Se colocó en el centro del grupo que rodeaba al Corregidor y alzando rápidamente el garrote que llevaba, descargó tan fuerte golpe sobre la cabeza de D. Antonio María de Lomas, que éste quedó muerto en el acto. Como si esto fuese una señal convenida, los amotinados, dejando el cuerpo inerte del corregidor en medio del camino, se lanzaron sobre los soldados franceses, que resistieron unos instantes, pero que se dispersaron enseguida, porque los valdepeñeros, lanzando piedras con sus hondas, hacían caer sobre ellos una lluvia de proyectiles, que no les permitía ni un instante, la defensa.
Aquella tarde llegó a Jaén la noticia de la muerte del Comendador y los soldados dispersos, que cometieron no pocos atropellos, saqueos y muertes, retirándose, para volver poco después y vengar aquel hecho de un modo sangriento, del que quedó triste y muy larga memoria.

Una versión casi idéntica es presentada en la misma revista unos años antes por el Lego de San Francisco. Los textos son coincidentes en todo. Ello es debido, sin lugar a dudas, a que usaron la misma fuente, aunque no sabemos cuál fue esta.

Sólo añade la forma en que llega la noticia a Jaén: Al medio día ha llegado por el Puente de los Escuderos, un hombre de Valdepeñas, que venía con leche y dejando los cántaros en el camino, se vino con noticias solamente. El sudor le chorreaba por encima del estezado de los perniles.
Según ha dicho, en la mañana de hoy, antes de tercia, el Corregidor de Jaén, D. Antonio María de Lomas, que estaba en Alcalá la Real etc.
[6]

Los demás datos de este relato son coincidentes.
Esta versión es sostenida últimamente por Francisco Valenzuela Saavedra
[7]

2. La segunda versión de los hechos ha sido presentada por Manuel López Pérez e Isidoro Lara Martín-Portugués, en su libro entre La Guerra y la Paz, Jaén, en el que intentan revalorizar la figura de Corregidor.
El Corregidor había firmado las actas del Cabildo habido el día 14 de junio de1808.

La razón de no pertenecer a la Junta la explican con la frase: Para no hacer dejadez del poder real. que le había otorgado su corregimiento, nunca por dejadez o falta de patriotismo.
[8]
Para ellos Lomas es matado inicuamente, sin motivo, ya que no era ni un afrancesado ni había estado en connivencia con los franceses.
Rechazan como contradictoria la versión de Cazabán, de que fuera acompañado por cien soldados franceses.
Aportan dos documentos interesantes. Uno, de fecha 27 de enero de 1809, del Archivo Histórico Nacional, de cuatro folios. Francisco Robles, Francisco Espinosa, e Isidro Vázquez, posiblemente vecinos de Valdepeñas por los apellidos, denuncian a la Junta Suprema Central el hecho de que el Reino de Jaén estaba lleno de napoleonistas y que la Junta de Jaén no pone remedio a la situación y además tolera la actuación de determinadas personas afrancesadas con evidente dejadez de sus altas funciones de gobierno.
[9]

A continuación transcriben literalmente otro párrafo del mismo memorial, en el que culpan a D. Pedro de Quesada de la muerte del corregidor: Sabemos por mi cierto, que en un pueblecito de este reino llamado Valdepeñas ay un Don Pedro de Quesada, que éste ha tenido y aún creemos tiene comunicación con un tal Don Juan Esponera, comerciante francés, el qual se ha desparecido y es íntimo amigo de éste tal Don Pedro de Quesada y que por causa de éste sucedió aquel insulto tan grande de la muerte del desgraciado Lomas y de los prisioneros que había a su cargo, pues si no hubiera alojado en su casa a el Lomas y a los prisioneros, que había a su cargo, levantando el grito y ultrajando a los vecinos, estos no se hubieran alborotado ni hubieran hecho lo que hicieron.

A continuación sigue este otro párrafo: De resultas de aber hecho la tropelía de la muerte del Señor Lomas y los prisioneros, por causa del este Señor Quesada, se lebanta una voz diciendo, que vienen los franceses a vengar la injuria de los prisioneros, cuya voz salió de casa del dicho Señor Quesada, de manera que todos desampararon el pueblo, quedando mui pocas personas en él, a el mismo tiempo, que se retiraron de aquí una partida de soldados de a caballo, que se habían retirado a este pueblo, huyendo de los franceses que estaban en Jaén y con ellos se marchó también Don Francisco Javier Quesada, ermano de Don Pedro que a la sazón era alcalde.

De estos textos se deduce que los redactores del memorandum a la Junta Central culpan a D. Pedro de Quesada, hermano de D. Francisco Javier, alcalde y marqués de Navasequilla, de tener amistad con un comerciante francés, culpándolo de la muerte de Lomas.

No aparece en el texto un motivo claro de la inculpación, ya que lo culpan de haber alojado a Lomas y a los franceses en su casa y haber levantado el grito y ultrajado a los vecinos. Esta actuación de Quesada es la que ocasionó el alboroto y la muerte de corregidor y de los prisioneros.
A continuación citan otro documento muy interesante de fecha 21 de noviembre de 1809, como consecuencia de una petición, que hace el Consejo Supremo de España y las Indias al Ayuntamiento de Jaén, en el que consta que Don Antonio María de Lomas salió de la ciudad el 20 de junio de 1808 con el encargo de conducir a Granada ciertos prisioneros franceses, y haviendo hecho noche en la villa de Valdepeñas de este reino sufrió, al salir de ella al siguiente día, muerte violenta igualmente que los franceses que conducía, con cuyo motivo quedó vacante el correximento.

Ante los diversos documentos aducidos y contradictorios vamos a intentar establecer un posible orden cronológico de los acontecimientos con los nuevos documentos conocidos.

1. Sabemos que D. Antonio María de Lomas, corregidor de Jaén, fue enterrado en Valdepeñas el 22 de junio de 1808, como consta en el libro 19, p. 70 de sepelios de la parroquia de Valdepeñas...se ha dicho que traía por tránsito a unos prisioneros franceses, al qual, según noticias, dieron muerte violenta en el día de ayer 21; por cuya razón no recibió los santos sacramentos ni hizo testamento.

2. La trascripción de la partida del sepelio es muy cauta en sus afirmaciones. Da la impresión de que en ese momento iban aún los prisioneros con él y con el sequito.
Según la partida podemos afirmar con certeza que fue asesinado el día 21 y no el día 20 como indican algunos de los documentos citados.

3. Hay dos versiones sobre el momento de su salida de Jaén. Para unos salió el día 15 o 16 de junio, ya que el día 14 había firmado las actas del Cabildo. En esta hipótesis, los hechos hubieran sido estos: Salida hacia Granada con lo soldados y terminada la misión, acompañado de la escolta, duerme en Valdepeñas el día 20 y el 21 lo matan.
Esta versión queda totalmente descartada como veremos a continuación.

3. Para otros-es la versión más posible- emprendió el camino con un grupo de prisioneros el día 20 de junio, camino de Granada, pasando por Valdepeñas.
En esta última hipótesis no sabemos la hora en que salió de Jaén. Tal vez no muy temprano, ya que durmió en Valdepeñas aquella noche. Los acompañantes, durmieron probablemente en el mesón de la plaza y él con algunos oficiales en casa de D. Pedro de Quesada, hermano de D. Javier, marqués de Navasequilla, que era alcalde de Valdepeñas. O todos en casa de los Quesada.

En este mismo día, esto es el 20, entraron los franceses en Jaén, tal vez, después de marchar ellos, para Valdepeñas.
En este razonamiento, podemos preguntarnos..¿Sabía Lomas la entrada inminente de los franceses? ¿Marchó con los prisioneros para que no fueran liberados por los franceses? Conociendo su grave responsabilidad como Corregidor en estos momentos....¿ Por qué no envía a otro con los prisioneros? ¿ No fue acaso una huida para eludir sus responsabilidades?

Estas y otras preguntas podemos hacernos.
Parece ser que en Jaén se hablaba de la inminente entrada de los franceses, ya que una parte muy importante de la población había huido a los campos.
Los franceses enviaron una embajada para que le entregaran víveres y las armas a primeras horas de la mañana. Ante la negativa de la ciudad, a las siete de la tarde del día 20 atacaron y se dedicaron al más vil y cruel saqueo.

El día 21 entró Baste en la ciudad y obligó a la Junta, al frente de la cual estaba D. Fernando María del Prado, a que le sirvieran víveres para el ejército francés. El día 23 se retiró de la ciudad. Esta capitulación del Don Fernando María del Prado fue muy mal vista por el pueblo.

Volviendo al razonamiento anterior, es casi seguro que aquella noche o muy de madrugada llegara a Valdepeñas la noticia de la entrada de los franceses a Jaén.
Ante estos hechos, podemos preguntarnos. ¿ Se enteró Don Antonio aquella noche o muy de mañana que los franceses habían atacado el día 20 la ciudad de Jaén? Es casi seguro que la noticia llegó a Valdepeñas aquel mismo día o la noche anterior. ¿Decidió volverse a Jaén con los prisioneros para atender a sus obligaciones de Corregidor?

Es seguro que decidió volverse a Jaén, ya que el lugar de su muerte, la Chirina, está en esta dirección. Al no poder cumplir su misión de llevar los prisioneros, decidió volverse con ellos y con la escolta hacia Jaén.
A la altura de este razonamiento, podemos preguntarnos. ¿Decidió volverse para entregar a las tropas francesas los prisioneros? ¿ Dicidió volverse para luchar junto con los vecinos de Jaén contra los franceses?

Los vecinos de Valdepeñas, que conocerían también la toma de Jaén... .¿No se sintieron defraudados por el hecho de que el Corregidor no estuviera defendiendo la ciudad de Jaén contra los franceses? ¿La amistad que Don Antonio tenía con D. Pedro de Quesada, que era catalogado por los vecinos como partidario de los franceses, no pudo ser el motivo de que lo tomaran como un afrancesado y colaborador?

Toda la caravana se puso en marcha camino de Jaén a media mañana, a la hora de tercia y a la altura del lugar llamado la Chirina, los valdepeñeros, según la versión de Cazabán gritaban ¡Mueran los traidores! ¡Viva el Rey Fernando!..... Cuando explicaba los motivos de su ausencia de Jaén y los de su vuelta a la capital, de una finca próxima, llamada la Chirina, salió un gañán de arar, que en la villa era conocido como el mozo de Porras. Se colocó en el centro del grupo, que rodeaba al Corregidor y alzando rápidamente el garrote que llevaba, descargó tan fuerte golpe sobre la cabeza de D. Antonio María de Lomas, que éste quedó muerto en el acto.

D. Pedro Quesada posiblemente no iba en ese momento en la comitiva. ¿En que estaba su culpabilidad?
Se afirma de una manera genérica en que se sentían muy indignados por las palabras injuriosas de D. Pedro y por su afinidad con los franceses. De hecho mantendría posteriormente una gran amistad con D. Manuel de la Orden, uno de los afrancesados de más relieve.

En Valdepeñas debió existir un tumulto bastante numeroso. En la carretera que va a Jaén, a la altura de la Chirina, murieron no sólo el corregidor, sino once franceses.
Debió estar alborotado la mayor parte del pueblo con una gran indignación, llamando al Corregidor, traidor.
El 20 de diciembre de 1.808 Pedro Vázquez Garrido, preso en la cárcel real de la Chancillería pide la libertad provisional bajo la fianza de Pedro Gómez, que se compromete a custodiarle y ponerlo a disposición del tribunal, cuando éste así lo pida.
[10]

Posteriormente, sin poder precisar fechas, metieron en la cárcel de la Chancillería de Granada a catorce Valdepeñeros: Juan de Alberjón, Cristóbal Carrillo, Cristóbal Castro Gutiérrez, Pedro de Escabias Robles, Juan Gallego, José Gallego, Pedro José de Martos, José de Milla Contreras casado con Lucía Galán, Alonso de Moral, Francisco Javier Serrano, Vicente Valdivia, Pedro Vázquez Carrillo, Juan Diego de Villén, y Pedro de Zafra.

Ante estos hechos conocidos y aceptando como posible, que fueran cien prisioneros franceses en la comitiva, es posible que un fuerte garrotazo, dado en la cabeza, por el llamado mozo de Porras, terminara con la vida del Corregidor sin poder intervenir la escolta. Cuesta trabajo creer que los Valdepeñeros mataran a pedradas a los soldados franceses, a no ser que la escolta tomara una actitud pasiva o se dejaran intimar por una gran multitud.

Más bien me inclino a creer que fueron los mismos soldados españoles de laescolta, los que mataron a algunos franceses, al intentar estos escapar ante aquel desconcierto. En los libros de defunción de la parroquia no aparece ningún muerto por este motivo ni español ni francés. Es extraño que su mujer Dña María Justa Godino no llevara el cadáver de su marido a enterrarlo a Jaén, aunque podría estar justificado por la situación de guerra, en que se encontraba Jaén en esos momentos.
No consta que los soldados de la escolta hicieran prisioneros en ese momento a los asesinos.
Es probable que las tropas españolas, que custodiaban a los franceses, se quedaron en Valdepeñas y los franceses dispersos y huidos, se fueron Jaén, denunciando los hechos a las autoridades francesas, que en ese momento estaban en Jaén.

La noche del 20 o a la madrugada del día 21 llegaron algunas tropas españolas a Valdepeñas, huyendo de los franceses. De aquí marcharon a Alcaudete, donde estaba Rafael Zanbrano con un contingente de carabineros reales, acompañados del alcalde D. Francisco Javier de Quesada, ante la voz de que los franceses venían a vengar las muertes de los franceses. Una gran parte del pueblo huyo al campo para evitar la venganza de los franceses.

¿Volvieron los franceses a vengar la muerte de sus once soldados?
No tenemos documentación escrita para afirmarlo.
Nos induce a negarlo el hecho de que en los archivos de la parroquia no aparece enterrado ninguno valdepeñero muerto. Los franceses es posible que volvieran armados, a rescatar sus cuerpos y vengar sus muertes, ya que no hay en los archivos ningún soldado inscrito. También es posible, que encontraran el pueblo completamente vacío y no fuera posible la venganza.

Al frente del Ayuntamiento en el momento de la muerte del Corregidor estaban:
D. Francisco Javier García de Quesada, marqués de Navasequilla
y Simón González de Castro.
Estos entregaron las baras de alcaldes ordinarios a Juan Gallego de Martos y a Cristóbal de Castro Gutiérrez.
Las tensiones debieron ser muy fuertes, ya que las actas de los cabildos de este periodo desaparecieron de Valdepeñas, ya que alguien tuvo interés en que desaparecieran.

D. Manuel López y D. Isidro Lara cuentan que volviendo al escrito de acusaciones, vemos que culpa igualmente a D. Pedro de Quesada de abrir un proceso contra varios vecinos de Valdepeñas, algunos de los cuales, están en el momento de redactar el memorial en la cárcel real de Granada por amistades del tal personaje con jueces de la real Chancillería ,e incluso citan la llegada de 24 soldados a Valdepeñas para tomar prisioneros a varios vecinos.
[11]

La denuncia a la Chancillería no sabemos si la hizo la mujer del Corregidor o D. Pedro de Quesada, como se dice en el texto citado.
A finales del 1808 se empiezan a realizar las primeras gestiones con fianzas, pero con la entrada de los franceses en 1810 en Jaén siguieron en la cárcel de Granada, ya que los franceses tuvieron gran interés, en que así sucedieran los hechos.

La causa por la cual se llevó la causa a la Chancillería de Granada tal vez estuviera motivada, porque en estos momentos era oidor en ella un hermano de Blas García de Quesada, casado con Dña María Vicente Dusmet Ladrón de Guevara.

A finales de diciembre de 1808 Pedro Vázquez Garrido, preso en la cárcel de la real Chancillería solicita la libertad bajo fianza, siendo su fiador Pedro Gómez, como dijimos anteriormente.
[12]

Los presos seguían en la cárcel el 20 de diciembre de 1.809, ya que en estas fechas varios de ellos hacen un poder para su defensa
[13]

En el año 1811 seguían aún en la cárcel, ya que otro grupo hace un nuevo poder
[14]

A la huida de los franceses de Jaén, debieron liberarlos, ya que en el año 1813 aparece en Valdepeñas como alcalde Cristóbal Carrillo, que había sido uno de los presos en Granada y posiblemente sea éste el llamado mozo de Porras. Ascensión a la alcaldía, que se produce al ser expulsados de España los franceses y volver la monarquía absoluta.

Todo sucede, como si no hubiera pasado nada hasta el año 1818, en que la Chancillería les reclama los gastos del largo pleito, que no habían pagado.

Juan Gallego, que había sido acusado de complicidad suplicó a su Majestad, que se cerrase el juicio. El Rey accedió a ello, enviando como comisionado a D. Francisco Javier Berea, que examinó los autos en Valdepeñas y acordó que pagaran las costas.
Los inculpados se ofrecieron a pagar las costas, que le impusieron y fueron las siguientes:
[15]
Cristóbal Carrillo pagó 1.100 reales y le quedaron pendientes 4.052 reales, respondiendo como fianza con un cortijo y tierras de la Solana de Molina.
Pedro José de Martos pagó en el momento 2.300 y le quedaron pendientes 3.600, respondiendo como fianza con una casa en la calle de las Parras.
Vicente Valdivia pagó 1.000 y le quedaron 2.672, respondiendo como fianza con una viña en el Arroyo de las Fresnedas.
Juan Diego Villén dejó debiendo 5.923, respondiendo como fianza con una casa en la calle Bahondillo.
José de Milla Contreras, casado con Lucía Galán, debía 5.706 y puso como fianza una casa en la calle de las Parras y una viña.
Francisco Javier Serrano debía 3.672 y puso como fianza una casa en la calle Encinilla.
Pedro de Escabias Robles debía 3.672 y puso como fianza una casa en la calle Encinilla.

Se obligaron al pago en dos plazos ante D. Fernando Delgado y Burgos, escribano de Cámara de la comisión en la ciudad de Granada.
En el año 1824 por mandato judicial se vendió una viña en el Molinillo propiedad de Manuel Villén Extremera, que aún no había pagado los gastos ocasionados por la muerte de corregidor.
Desconozco los términos de este pleito, que puede ayudarnos a aclarar estos hechos.
[16]
Como conclusión de este tan largo y oscuro camino podemos decir.
Que fue una atrocidad la muerte de Don Antonio, causada en unos momentos de tensiones.
Que tanto Don Antonio como Don Pedro tal vez fueron excesivamente conciliadores por miedo a sufrir tanto ellos como su pueblo las represalias de los de los franceses, que estaban a las puertas de Jaén. Hecho que se repite en otros muchos casos y que sucedió a otros muchos vecinos de Jaén.

En Valdepeñas como en otros pueblos de la provincia se respiraba un ambiente de nacionalismo exaltado en la lucha contra los franceses. El pueblo quería una actitud mas enfrentada de sus gobernantes contra los invasores y veían en ellos una excesiva blandura, consideración y miedo.
Por este motivo creo que más que afrancesados, desde un punto de vista ideológico, fueron complacientes con ellos para evitar males mayores. El motín del pueblo debió ser muy extenso, dado el gran número de Valdepeñeros, que meten en la cárcel.
Tampoco conocemos el número de Valdepeñeros, que se lanzaron a la sierra como guerrilleros. Las noticias que hay son escasas.

Solo tenemos constancia de uno de los guerrilleros de Valdepeñas, que lo ahorcaron en la plaza de Santa María y otro llamado Francisco de Liébana que fue fusilado en Lucena y enterrado en la iglesia parroquial de San Mateo.
[17]

Tal vez existieran muchos más guerrilleros de aquellos que intervinieron en la revuelta del Corregidor y , por temor a las represalias, se lanzaran a la sierra.
El excesivo silencio en los documentos oficiales es difícil de explicar.
Es también muy expresivo el hecho de que en el Ayuntamiento de Valdepeñas desaparecieran las actas de este periodo, siendo alcalde en ese momento Don Francisco Javier de Quesada, hermano de Don Pedro.
No tenemos noticias escritas de la actitud del Obispo Melo de Portugal, que en estos momentos, se encontraba en Valdepeñas.
Hay una tradición oral, no escrita, que afirma que salió a la cruz del humilladero a recibir a los franceses, acompañado de las autoridades locales, suplicándole que respetaran al pueblo. Los franceses, según esta tradición, así lo hicieron.
Durante la presencia de los franceses en España, hubo en Valdepeñas un destacamento, como consta en las actas capitulares.

3. Fernando séptimo en Valencia

El pueblo se alegra de la noticia que le trasmite el Comandante General de la provincia por la grata noticia de que el Rey se encuentra en Valencia, después de su largo destierro en Francia.
El ayuntamiento acuerda celebrar tres días de fiesta con cohetes, danzas y otros regocijos.
En el día de San Fernando se celebrara una solemne función en la parroquia, teniendo otros tres días de regocijo.
[18]

Los regidores acuerdan hacer una suscripción pública para confeccionar un cuadro de Fernando VII, que presidiera la sala capitular de sesiones. No sabemos a qué pintor lo encargaron.
Recibido el cuadro, se organizaron unas grandes fiestas acompañadas de fuegos artificiales

4. Reposición del Ayuntamiento de 1.808.

Los Valdepeñeros había matado en un motín al corregidor de Jaén y con este motivo había problemas con el Ayuntamiento, que se había formado al terminar la guerra de la independencia, ya que algunos de ellos habían sido encarcelados en Granada, como ampliamente explicamos al estudiar la muerte del Corregidor.
Para evitar estos inconvenientes el Jefe político manda que se reintegren al ayuntamiento los que se encontraban en el mando en el año 1808. Se celebra una sesión el día 22 de agosto para poner en práctica la predicha orden y son repuestos los siguientes:
D. Francisco Javier de Quesada
D. Francisco de Paula Pernia
D. Juan Peinado Cortés
D. Andrés Serrano
D. Cristóbal de Castro
D. Pedro de Abril.

Una vez constituido el Ayuntamiento, se procede a la elección de los oficios existentes en el municipio, cuya lista trascribo como curiosidad: Alcalde de la Santa Hermandad, Fiel, Alguacil Mayor, Padre General de menores, Promotor Fiscal, Contador, Mayordomo de propios, Depositario del posito real, Guardas de campo, Toldero de la sal, Fieles públicos de campo para apreciar las fincas, Receptor de bulas, Diputado de yeguas, Diputados de ganado etc.
[19]
Es curiosa la lista de oficios, que nos da una idea de los puntos de interés más importantes, por parte del municipio.

5. Dificultades económicas y toque de queda
Al terminar la guerra, algunos de los colaboradores con los franceses se tiraron a la sierra y el alcalde se vio obligado a prohibir la salida de las casas, después de las diez de la noche, imponiendo una multa de cuatro ducados, a no ser que la salida estuviese justificada por una causa muy grave (8 dic.1814).
En el mismo bando el alcalde prohíbe los juegos de naipes, que se habían permitido en el pueblo con la invasión francesa.

En 1818 el Obispo D. Andrés Esteban hace la visita pastoral al pueblo, confirmando un nutrido grupo de niños, ya que no se había administrado el sacramento desde la muerte de Fray Melo de Portugal.
[20]
Eran tantas las dificultades económicas, y la carencia del pan, que los regidores en pleno acuerdan prohibir a los panaderos, que lleven pan a Jaén y a los pueblos cercanos, ya que tienen desatendido al pueblo.
[21]
Es una pena que se hayan perdido las actas correspondientes a los años 1820 al 1823, ya que no podemos conocer la revolución liberal que se produjo estos años. La pérdida fue sin lugar intencionada.

II. La nueva revolución liberal (1833-1844)

1. La Junta Provincial (1834-1840)
A la muerte de Fernando VII, María Cristina, su esposa y regente se alió con los liberales para defender el trono.
En enero de 1834 (hasta junio de 1835) accedió al poder un liberal. Los liberales se proponen cambiar la iglesia del antiguo régimen, por una iglesia más acomodada a sus propósitos, ya que no admitían la teocracia del antiguo régimen..
Dentro de los liberales se detestan dos tendencias: Los moderados y los radicales, que van a estar en una lucha casi permanente. Los carlistas son la tercera fuerza, que declaran la guerra a los liberales, que apoyaban a Isabel II, que aún era menor de edad, siendo regente su made María Cristina.

Entre 1.834 y 1.840 hay una lucha subterránea larvada entre ambas familias liberales y los carlistas
El ayuntamiento de Valdepeñas, en la guerra con los carlistas, sigue las incidencias de la ciudad de Jaén, apoyando totalmente a la Reina.
D. Francisco Martínez de la Rosa, al ser nombrado primer ministro, ordena el cierre de todas las casas religiosas en las que se hubiera producido alguna deserción, a favor de los carlistas, ya que los frailes y regulares apoyaban en su mayoría al pretendiente al trono de España D. Carlos, hermano de Fernando VII.

Suprimió igualmente los nombramientos de canonjías y otros oficios sin cura de almas.
El gobierno liberal tuvo serios problemas con el Papa Gregorio XVI, ya que éste se negó a reconocer a ninguno de los dos contendientes. Ello produjo una persecución de la Iglesia hasta el extremo de que el Nuncio se debió marchar a Roma en Agosto de 1.835.
Los liberales radicales no estaban de acuerdo con la actuación demasiado blanda de Martínez de la Rosa, y nombraron al Conde de Toreno, que estuvo en el poder muy poco tiempo, desde junio a septiembre. Le sigue Mendizábal en septiembre de 1835 apoyado por los radicales.
Este, agobiado por las deudas, intenta una reforma tributaria, suprime el diezmo, y reorganiza profundamente los gobiernos provinciales y municipales.
A las luchas intestinas entre los liberales se une la guerra carlista.
Éstos, al frente del General Miguel Gómez, natural de Torredonjimeno, atravesaron la provincia en varias ocasiones, arrasando a los pueblos y llevándose grandes cantidades de víveres para abastecer al ejército.

Se crean en Andalucía las Juntas revolucionarias a las que pertenecen dos miembros por provincia. En Andujar está la junta central, al encontrarse esta ciudad en una situación geográfica privilegiada.
La Junta de Jaén es presidida por el Conde del Donadío y actúan como vocales Miguel Aguayo, Dionisio de Echegaray, José Gutiérrez y José Cerecera.
[22]

Con el nuevo cambio se constituye en Valdepeñas un nuevo Ayuntamiento el día 10 de octubre de 1835.
[23]
El día uno de enero de 1836 nombran los subalternos.

2. Supresión de los monasterios y venta de sus bienes .

El día diecisiete de julio de 1834 las turbas incontroladas mataron en Madrid a 74 religiosos: Jesuitas, Franciscanos, Dominicos y Mercedarios y destruyeron sus residencias, ya que les acusaban de haber envenenado las fuentes de Madrid.
El cólera hacía estragos en Madrid este año y el hambre y el miedo a la invasión carlista creaba miles de tensiones en el pueblo.
La estabilidad política era cada vez más difícil de mantener.
El 11 de octubre de 1835, fiesta de Santiago, Mendizabal, por un decreto, suprime todos los monasterios y conventos del reino.
El intendente de rentas de la provincia, en fecha 30 de enero de 1836, inserta un decreto de fecha 25 de enero de S. M. la Reina Gobernadora, en el que manda que los edificios que fueron monasterios y conventos se destinen al pago de los acreedores del estado para comodidad y ornato de los pueblos.
[24]
Otro de 19 de febrero por el que se saca a subasta publica todos sus bines.

El alcalde responde que no hay monasterios ni conventos en el pueblo.
Unos meses después, el día 4 de marzo, se lee un real decreto de S. M. la Reina Gobernadora, ya que en virtud de la exposición que hizo en las cortes el Excmo. Sr. D. Juan Álvarez y Mendizábal, Secretario de estado y despacho y Presidente del Consejo de ministros, se ha servido declarar en venta todos los bienes raíces de la comunidades religiosas extinguidas y los demás que hayan sido adjudicados a la nación. Todo ello con el fin y objeto laudable de disminuir la renta pública consolidada y entregar al interés individual la masa de bienes y rentas, ya que de esta manera la agricultura y el comercio sacarán más ventajas.

En Valdepeñas hay sólo una propiedad religiosa. Se cita al alcalde en el juzgado del Castillo para hacer un deslinde en el cortijo de Cerezo Gordo, propiedad de Sor Jesús de Barrionuevo, que había pasado al Estado. Esta finca era la dote, que sus padres le habían entregado al entrar en el convento. Al haber pasado esta finca al Estado, va, en representación del ayuntamiento, Francisco Villén, regidor. El lindero, Jerónimo de Torres, con perjuicio del Estado, quería aprovecharse y ensanchar los límites de su finca.

Con la desamortización desaparecen los centros de los religiosos dedicados a la caridad y muchos centros de enseñanza dirigidos por los religiosos.
En mayo de 1836 los moderados el poder.

3. El contrabando

A consecuencia del hambre y de la escasez de alimentos, empieza el contrabando. Muchos habitantes del pueblo iban a Jaén a vender, a altos precios, los alimentos del terreno. El comandante de Carabineros comunica al alcalde, que se castigue a los muchos, que están dedicados al contrabando, a tenor del artículo 18 de la ley penal del tres de marzo.
[25]
En varias ocasiones, en estos años de la guerra, se hace la misma denuncia.

4. Los impuestos para la guerra.

El pueblo estuvo continuamente saqueado con motivo de los gastos de la guerra. Además del pago de los impuestos ordinarios, le obligaron a entregar trigo, cebada y víveres para la guerra en multitud de ocasiones, casi siempre con amenazas.
Los depósitos de los Pósitos fueron vaciados en muchas ocasiones.
El comandante General, con amenazas, manda que le remitan 50 fanegas de trigo de los Pósitos. El Alcalde responde que están completamente vacíos y esquilmados. No tenemos trigo, ni para atender a las necesidades más vitales de la población, responden los regidores.
[26]
Tampoco pueden pagar en el mes de enero la parte, que corresponde al pueblo de los doscientos millones repartidos entre los pueblos para la guerra.
[27]

En el mes de mayo el Intendente de rentas vuelve a reclamar lo correspondiente a la cuota de los 200 millones para la atención al valiente ejercito que con tanto ardor y entusiasmo pelea. El Ayuntamiento, al no tener dinero, autoriza la venta de algunos bienes de propios para pagar estas deudas.
[28]

En vista de que los escritos dan poco resultado, el Jefe político comisiona a José Sánchez para que venga a Valdepeñas y se lleve 8.000 reales, que son muy necesarios para los gastos de guerra, a cuenta de las contribuciones, que el Ayuntamiento debe pagar.
[29] El alcalde debe pedir en préstamo este dinero.

La situación económica del ayuntamiento es tan desesperante, que se ve obligado a suprimir los sueldos del corneta y tambor de la G.N. de la villa, al no existir en las arcas municipales ni un real.
[30].
El Gobierno central ha acordado constituir un ejército de reserva y se asigna al pueblo la contribución de 3.215 reales para este fin.
[31]

En vista de la situación de banca-rota, en que se encuentra el Ayuntamiento, el Jefe político manda que el alcalde cite a los más pudientes, para sacarles dinero para la guerra.
El alcalde los cita y se confecciona una lista, con las cantidades, que cada uno debe contribuir.
Se levanta un motín y se niegan a pagar, ya que no pueden soportar tanto acoso, al estar en la ruina. El Ayuntamiento les da de plazo tres días con la amenaza de apremio.
[32]

La guerra en el año 1839 sigue adelante. Al ayuntamiento le asignan en el mes de mayo para gastos de guerra la cantidad de 11.876 reales al mes.
Los regidores quedaron casi pasmados de la cantidad, haciendo cábalas para ver la forma de pagarlos.

5. Los bandoleros

Continúa la guerra con los carlistas. Muchos de ellos, en medio del desconcierto de la guerra, se ven obligados a huir a la sierra, dedicándose a extorsionar a los habitantes de los cortijos y a robarles las subsistencias de pan, jamones y aceite. El comandante accidental del regimiento de Murcia, en un oficio dirigido al alcalde, le pregunte, si en la sierra hay alguna facción o banda de bandidos. El alcalde responde que en este momento no se ha detectado ningún grupo, aunque hace tiempo estuvo en estas sierras el rebelde Gómez.
[33]

Al poco tiempo, empiezan a merodear algunas bandas incontroladas por la sierra y de acuerdo con los pueblos vecinos se crean unas patrullas de la Guardia Nacional, integradas por paisanos, que debían recorrer diariamente la sierra
[34] y acompañar la caravana de correos, ya que, en algunas zonas, se habían producido varios robos.[35]

6. Petición de tierras

Al terminar la guerra de la Independencia, por los servicios prestados contra de la invasión francesa, muchos vecinos de Valdepeñas fueron gratificados con la entrega de algunas tierras pertenecientes a los propios.
En el trienio liberal (1.820-1823) le fueron arrebatadas aquellas tierras, que habían recibido legítimamente.
En defensa de sus derechos acudieron al Gobernador de la Provincia para que le devolvieran las tierras. Este respondió que, hasta se resuelva el nombramiento de las nuevas cortes, no se puede responder a la solicitud de Diego Infante y otros vecinos para que se les repusiese en el disfrute de las suertes que les fueron concedidas en la anterior época constitucional por sus servicios en la guerra de la independencia.
[36]

7. Los carlistas cerca de Valdepeñas

El Ministerio de guerra, en fecha seis de marzo, pide que se fortifique una casa en el pueblo, desde la que se pueda hacer frente al enemigo.
El Ayuntamiento elige el Palacio del Obispo, con la anuencia del caballero Comandante de armas, como el mejor sitio, ya que desde él se dominan tres calles. Desde el huerto, con las oportunas fortificaciones, se puede batir la calle principal y hacer frente al enemigo.
Los regidores responden al jefe político, que es inútil hacer estas obras de fortificación, si no les provee de las suficientes armas y municiones. En el pueblo sólo hay doce escopetas y mal podría conseguirse lo que propone el jefe militar, si no se suministran las armas.
[37]

El 25 de junio el Jefe político comunica que los facciosos han invadido Villanueva de la Reina y Jabalquinto. Después de una larga discusión predomina la idea de fortificar la plaza en lugar del palacio Episcopal. Esta nueva solución les parece más eficaz y económica, ya que, cerrando la plaza desde los distintos ángulos, sería difícil la entrada del enemigo en la plaza y relativamente fácil la huida por los corrales de las casas. Desde la torre de la Iglesia es fácil instigar al enemigo. Desde la casa consistorial y desde el pósito, una vez fortificados, se puede batir fácilmente al enemigo.

Los obras empiezan el 29 de junio, día de San Pedro. El jefe político promete en el mes de julio enviarles lo antes posible las armas y municiones solicitadas.
Para la defensa enviaron, por fin, al alcalde 41 fusiles y cinco carabinas.
[38]
Se decide establecer el toque de queda desde las diez hasta la salida del sol.

8. Requisa de Alhajas y bienes preciosos

El Ayuntamiento recibe una orden superior, en virtud de la cual se manda poner en depósito los caudales de oro y plata, alhajas y objetos preciosos, que existen en las catedrales, colegiatas, parroquias y santuarios. Se crea una comisión integrada por Pedro José Martos y Juan José Gallego Valdivia, regidores, y por el Párroco D. Cristóbal José de Tapia y el Viceprior Esteban Tello. Es función de esta comisión efectuar un inventario de estos bienes.
No sabemos los bienes, que entregaron tanto de la parroquia como de la ermita de Chircales.
[39]
No debieron ser muchos, ya que la mayoría de ellos se conservan en la actualidad. Tanto los clérigos como los regidores estarían de acuerdo, en no desprenderse de estos bienes preciosos, que sus antepasados habían conseguido con tanto esfuerzo.
Por este motivo, me da la impresión que los ocultaron.

9. Requisa de los caballos

El Ayuntamiento recibe una orden en la que se manda que se haga un inventario de los caballos, yeguas y potros que hay en el pueblo. Se encarga de hacer el censo a Brígido de Zafra.
[40]
No consta en el acta, el número de caballos que se llevaron, aunque debieron ser bastantes. Calculo que unos cincuenta.
Como compensación enviaron al alcalde 3.000 reales.
Hubo una protesta generalizada de los dueños de los caballos, ya que les pareció muy escasa la cantidad pagada por cada caballo. Se quejan de que han sido expoliados.
[41]
Al poco tiempo hay una nueva petición de caballos, aunque en esta ocasión prometen pagar el precio convenido. No se vendió ninguno caballo, ya que nadie se fiaba de las promesas del gobierno.[42]
En venganza de este silencio, un representante del ejército, vino al pueblo y sobre la marcha requisó 12 caballos con gran disgusto del Ayuntamiento y sobre todo, de los dueños, sin darles ni un céntimo.
Valdepeñas se quedó sin caballos, que eran tan útiles para transitar por la sierra.

10. Publicación de la Constitución de 1837

Se publica la Constitución el día 13 de julio de 1837. Con este fin se hace en la plaza un tablado, en el que se colocan los retratos de la Reina Madre y de su hija Isabel. Se hace una placa con el nombre de la Constitución y encima se coloca un dosel.
Se convoca al pueblo, con repique general de campanas, para que asista a este gran acontecimiento.
Previamente a la inauguración, los regidores en pleno se dirigen a la Iglesia Parroquial y prestan el juramento de cumplirla. A continuación el prior dice la misa del Espíritu Santo con una breve exhortación. Terminada la misa, se canta un Te Deum.
De nuevo en la plaza, el alcalde descubre la placa y pronuncia un discurso, en el que exalta los valores de la nueva constitución.
A continuación ofrece a los asistentes un corto refrigerio en demostración de alegría y júbilo.
Se invita al comandante de la guardia Nacional de esta villa para que asista al acto y hagan las descargas acordadas con los vivas de ordenanza.
[43]


11. El Cristo de Chircales y la invasión carlista

Ante la inminente invasión carlista, el pueblo se amotina, y en contra del Prior y del Ayuntamiento, decide trasladar al pueblo la imagen del Cristo de Chircales. Ni el Alcalde ni el Prior, por el miedo a una seria revuelta, se opusieron a ello, aunque sabían que era necesaria la oportuna autorización del Obispo. El Cristo estuvo en el pueblo hasta el momento, en que desapareció el peligro de la invasión carlista.
Enterado el Gobernador eclesiástico, de que no se había solicitado la autorización pertinente, escribió una carta al Alcalde, protestando de esta falta de consideración.
El alcalde le responde que tanto el Prior como él se vieron obligados a ello para evitar un tumulto popular y serios problemas.
Pide disculpas al Gobernador, ya que siempre le ha manifestado su afecto y respeto.
El traslado a su ermita se hace el día 31 de junio con la asistencia del todo el pueblo, que le acompaña en procesión hasta extramuros del pueblo para reintegrarlo en su ermita.
[44]

12. Nueva ley electoral

Publicada la Constitución, se publica la nueva ley electoral y se procede a las elecciones.
El ayuntamiento trabaja con rapidez en la confección de las listas de votantes.
[45]
. Éstas se exponen al público para las oportunas reclamaciones, dando de plazo desde el 1 al 15 de septiembre.[46]
Las elecciones las ganan los radicales y el resultado de ellas, en sobre cerrado, es llevado a Jaén por D. Mariano Mouton.[47]

13. Supresión del diezmo

Durante el gobierno radical de Calatrava (1836-agosto de 1837) se prohíbe al clero viajar, sin licencia del Gobernador y del Obispo, se suspende la provisión de beneficios y se prohíbe a los Obispos ordenar nuevos presbíteros

En todos los pueblos de la diócesis existía una casa, llamada de tercia, en la que la Iglesia cobraba los diezmos. Las tercias fueron suprimidas en el trienio liberal (11820-1823) y restituidas posteriormente por Fernando VII.
Los radicales, el 29 de julio de 1837, suprimen de nuevo la contribución de diezmos y primicias y las demás prestaciones de las mismas. El Pregonero del pueblo lo proclama el 28 de agosto de 1837.
Se recibe una carta de fecha 29 de agosto del Dr. Eufrasio Gómez, prebendado de la Catedral, que es dueño del Hoyo, pidiendo un deslinde con las fincas vecinas. El Ayuntamiento nombró como peritos a Juan Martínez Jiménez y José Peinado Martínez.

14. Periódico sedicioso

Las autoridades provinciales están muy preocupadas por un periódico, que circula por algunos círculos intelectuales. El periódico se titula Correspondans d´la Espagne, journal de la Frontiére.
El Gobernador pregunta, si ha llegado al pueblo este periódico y por qué vías.
El Señor alcalde y los regidores, que no sabían francés, se extrañan de este inocente e intempestivo oficio del Señor Gobernador.
[48]
Le responden diciendo que en el pueblo no existe peligro de contaminación ideológica, ya que no hay nadie que entienda este endiablado idioma.

15. Reclutamiento de soldados para la guerra

Se pide la lista de solteros y viudos de 17 a 40 años.
La guerra con los carlistas está en pleno apogeo y es necesario reclutar nuevos soldados. El jefe político pide otra lista de mozos entre los 18 a 25 años. El Párroco con los corregidores tiene una reunión, con el fin de confeccionar las listas solicitadas de mozos, teniendo en cuenta los libros de bautismo y defunciones de la parroquia.
[49]

El 28 de febrero deben presentarse en Jaén todos los quintos incluidos en las listas, sean o no útiles.
Muchos soldados murieron en esta lucha fraticida.

16. Creación del ejército de reserva
Se crea definitivamente un ejercito de reserva con el fin de hacer frente a las posibles contingencias. Se invita a los mozos a que se inscriban en él, cobrando un sueldo de dos reales. Al frente de él está el Excmo. Sr. D. Ramón Narváez.
[50]


17. El hambre en Valdepeñas

Con tantos impuestos y malos años, el hambre se extiende por Valdepeñas. El Ayuntamiento decide repartir pan entre los necesitados, invitando al pueblo a que colabore con sus donativos a este efecto.
El Ayuntamiento reparte muchas raciones de pan y de aceite entre los necesitados.
El Prior entrega 8 fanegas de trigo con este fin.
[51]
A ello se une la aparición de la langosta en la Cañada de Padilla el 20 de abril de 1.842.

18. Peticiones para el ejército

El jefe político pide varios jergones para el ejército residente en Jaén, ya que muchos soldados deben dormir en el suelo.
Todo el pueblo se movilizó para gestionar la petición, con el fin de que los soldados pudieran dormir bien, ya que eran los defensores de la patria.
A los pocos días, el Presidente de la Diputación da las gracias al pueblo por haber enviado
[52] 101 cabeceras y 85 mantas.

19. Elección de nuevos regidores y problemas que se plantean.

El nuevo Ayuntamiento, elegido por compromisarios, está integrado por los siguientes señores.
Alcaldes: Matías González y Diego Marchal Carrillo
Regidores

José Peinado
Gil de Torres
Manuel de Castro Ruiz
Francisco de Soler Castillejo.
Juan Extremera Lemus
Luis Sánchez.

No asisten a la toma de posesión Juan Extremera Lemus y Luis Sánchez, sin duda, porque no estaban de acuerdo con el movimiento radical.
No aceptan la elección Manuel de Castro y José Peinado, aduciendo el primero, que no sabe escribir y el segundo, que está muy enfermo. Se trata evidentemente de una excusa.
Los demás juran, aunque muchos de ellos no estaban de acuerdo con el movimiento radical. El hecho de no aceptar el cargo, les ocasionaría serios problemas.
[53].
Al final terminan todos capitulando, ya que no tenían otra alternativa, si no querían exponerse a males mayores.

20. Grave incidente con el ejército

El Comisario de guerra del cuartel General del ejercito de reserva pide al ayuntamiento 600 raciones de pan y 50 de piensos para la caballería con la amenaza de que en otro caso pasará a ese pueblo la fuerza armada y exigirá duplicadas en el día las dichas raciones.
[54]
El Ayuntamiento responde que no puede acceder a esta petición, ya que no tiene ni un grano de trigo.
Se justifica aduciendo que han ayudado con anterioridad al Cuartel General de la capital y al Batallón de Lorca, estacionado en Alcalá la Real. En más de una ocasión han debido ayudar al ejército estacionado en Martos. Últimamente han enviado el 26 de abril 2.745 reales para los gastos de la guerra.
El alcalde aconseja al Comisario, que venga un representante suyo y compre a los particulares las existencias que puedan tener.
Los habitantes del pueblo lo están pasando muy mal y sus graneros están vacíos. El único que puede tener reservas es D. Blas de Quesada y Aguilera, marqués de Navasequilla.
El Ayuntamiento escribe a D. Pedro, que ha marchado a Jaén y se ha llevado las llaves de sus graneros, para que le ayude al pueblo a salir de esta seria amenaza.
[55]
Don Pedro no responde y el pueblo está asustado, temiendo que el ejército venga de un momento a otro y arrase sus casas, con lo poco que les queda para supervivir.
Ante el miedo de una invasión, el alcalde envía una comisión, integrada por Juan José Extremera y Juan de Dios Luna, regidor y secretario, para que vayan a Jaén a explicar la situación económica del municipio.
El Comisario los tranquiliza, al decirles que se ha acordado bajar la petición a 300 reales diarios de pan. EL Ayuntamiento se compromete a enviarlos, como un mal menor.
El alcalde ha solucionado un serio problema.

21. Venta de los bienes de beneficencia.

Se pide al Prior relación de los bienes de beneficencia de la Parroquia para Jaén.
[56]
La parroquia sólo poseía el Hospital, que debió venderse en esta ocasión y algunos bienes rústicos, que se le habían asignado a él en la fundación del pueblo.

22. Circulación de moneda falsa

Se comunica que hay en circulación moneda falsa y que si se descubre alguna en el pueblo, que lo comuniquen, la requisen y hagan las gestiones para comprobar quien la ha introducido.
[57]
Se procede a la elección de nuevo ayuntamiento al principio del año.[58] y [59]
Don Blas de Quesada y Dusmet no acepta ser alcalde, ya que está al frente de la administración del Duque de Albuquerque en Huelma.
El Gobernador no acepta su negación.
A los pocos días es removido D. Antonio Peinado Espinosa, por orden superior y es sustituido por Ramón Rojas y Salazar. Quesada insiste en su petición de dejar la alcaldía.
[60]
Al no atender a su petición, Quesada pide permiso de un mes para atener sus negocios propios.

23. Difícil situación política

El alcalde, por orden superior, con un pregón, prohíbe que por la noche, a partir de las diez, nadie salga de sus casas, por los muchos robos que se están produciendo, especialmente en los cortijos del término.
Nadie puede viajar sin pasaporte, ni albergar en la casa a nadie que sea desconocido.
Las tabernas deben cerrase al toque de ánimas.
Estas normas tan tajantes responden a que en la noche del 18 se escaparon de la cárcel de Jaén unos presos. Temen que se hayan refugiado en la sierra de Valdepeñas. El Jefe político comunica al alcalde, que son muy peligrosos. El alcalde pide municiones para hacer una batida en la sierra, ya que ni el Ayuntamiento ni los estancos tienen municiones.
Ante la urgencia piden prestadas municiones a los escopeteros.
Se cita a los mayores contribuyentes para que colaboren a los gastos de la guerra.
[61] y [62]


24. Fin de la guerra

El día quince de septiembre de 1839 se recibe una comunicación en la alcaldía, dando cuenta de que la guerra ha terminado. En señal de júbilo se tocan las campanas y se canta un Te Deum en la Iglesia parroquial. El Vice- Prior D. Esteban Tello oficia una misa solemne en acción de gracias por la victoria.
El 13 de noviembre se dice una solemne misa, con sermón, por el buen éxito de los acontecimientos del norte. A continuación se celebra una corrida de toros, con máscaras, bailes y fuegos artificiales.
En la guerra han muerto 39.701 soldados; 5.096 heridos; 19.666 prisioneros; 10.629 caballos.

25. Nuevo Ayuntamiento
[63]

Nuevo Ayuntamiento
Diego de Castro Zafra
Manuel López Rivilla

Antonio Peinado Espinosa
Antonio Cabrera
Gabriel Gutiérrez

Síndicos
Francisco Javier de Castro
Esteban Jiménez.
Diego de Castro Zafra protestó su elección ya que es opuesto a las actuales leyes.
26. Juego de naipes
[64]

En la guerra de la independencia se permitieron los juegos de azar en todos los pueblos. Fueron de nuevo prohibidos, una vez que Fernando séptimo, optó en 1823 por una monarquía absoluta.
Los radicales vuelven a autorizarlos en 1840 en estos términos: Se concede derecho de boya de Naipes a Pedro Pascual Anguita.

27. Un Obispo intruso

Desde el año 1834 a 1840 no se nombraron nuevos Obispos, por las tensiones existentes entre el Papa y los liberales. A doce Obispos los enviaron al destierro, otros habían muerto o estaban muy viejos. Sólo quedaban cubiertas 12 diócesis a finales de 1840.
Con este fin los radicales elegían obispos adeptos a sus ideas, que no eran aprobados por Roma. Obligaban a los cabildos a nombrarlos Gobernadores eclesiásticos.
Uno de estos, D. Antonio Martínez Velasco, destituyó del cargo de colector de la parroquia, por su mala administración, al presbítero D. Francisco García. Quedó alcanzado en 540 misas y 1427 reales con 17 maravedíes. La destitución la firma el Obispo electo, sede vacante, D. Antonio Martínez Velasco, canónigo de Valencia, unos días antes de la muerte del Párroco. La destitución tiene un gran interés, ya que es uno de los pocos actos jurisdiccionales que hizo en Jaén este Obispo intruso.
[65]
l
El mismo Obispo, por decreto dado en Jaén a 23 de marzo de 1840 habilita para firmar las partidas, que dejó en blanco el Prior D. Cristóbal de Tapia, que acababa de morir.
Por los rasgos indefinidos y titubeantes de la firma se deduce que se trata de una persona mayor.
[66]

28. Espartero accede al poder

El retorno de los moderados al poder en 1839 produjo cierta tranquilidad y paz social. Muy pronto empezaron los desórdenes y las revueltas en las grandes ciudades, empezando la revolución de Espartero.
Terminada la guerra carlista el 6 de julio de 1840, accede al poder el general Espartero.
Con la oposición del General se rechaza la ley de los ayuntamientos, en la que se proponía el nombramiento real de los alcaldes.
Espartero se subleva, y la regenta se ve obligada a abdicar y marcha a Francia.
A Espartero lo apoya el ejército, las milicias locales y sobre todo los liberales radicales.
Su política con la Iglesia fue calamitosa.
En oficio cursado al Ayuntamiento el día 10 de mayo de 1.841 el Jefe político comunica el nombramiento de las Cortes a favor Baldomero Espartero, Duque de Victoria y Morella.
El Alcalde manda tocar las campanas y anuncia el acontecimiento por un edicto y un pregón.
Entre los años 1.841 y 1.843 Espartero intenta llevar a cabo la idea radical de una iglesia subordinada al Estado y al servicio del liberalismo.
El ayuntamiento manifiesta su adhesión a la nueva Junta Provincial. Se encarga a Fernando Cabrera para que proceda a una suscripción voluntaria para atender las necesidades de la Nueva Junta.
[67]
Se reorganiza la Milicia Nacional. En Valdepeñas hay dos compañías desde el mes de mayo como manda la real orden. Es comandante Blas de Quesada y Dusmet. El Ayuntamiento manda, que se entreguen las escopetas existentes en el pueblo bajo la multa de 4 ducados.
Comunican al Alcalde, que han dimitido los siguientes ministros, D. Francisco Armero, D. Modesto Cortazar, D. José Aloyse y D. Fernando Artela. Son sustituidos por D. Vicente Sancho, D. Álvaro Gómez, D. Francisco Cabello, y D. Domingo Jiménez .

29. Reorganización de las milicias locales

D. José González promete pasar a los pueblos, que forman el batallón llamado del Castillo de Locubín, a entregar nuevos fusiles y nombrar los jefes.
En la actualidad sólo hay cuarenta fusiles.
Los vecinos no han entregado las escopetas y se vuelve a dar una nueva orden.
El domingo nombran capitanes de la milicia a Ignacio Ruiz y a Francisco Villén Peña.
El comandante de la milicia pide dinero al Ayuntamiento para comprar algunos rifles.
Hay tan poco dinero, dice el alcalde, que su dinero no alcanza ni aún para el haber de un tambor.
No obstante le promete hacer un presupuesto para el próximo año, cuyos términos son éstos:
[68]
6 fusiles, que completan los 40 existentes, cuyo coste es de 600 reales.
50 cananas 800
50 mochilas de lienzo 200
100 paquetes de cartuchos 1.000
200 piedras de chispas 20
Total 2.620 reales

30. Destitución de los no adictos al régimen

Con la venida de Espartero se abre un abismo entre los radicales y moderados. Con ansias de venganza excluyente, el alcalde lee una orden inserta en el Boletín n. 78, por la que la Junta Provincial del Gobierno manda que sean destituidos de sus puestos todos los que no sean adictos al pronunciamiento verificado.
El ayuntamiento responde: Que no puede menos que conocer la opinión de todos sus dependientes, haciendo justicia de manifestar el íntimo convencimiento en que se encuentra, sí de la aptitud de ellos como su devoción constante por la independencia nacional y que en este supuesto no hay necesidad para la remoción, separándolos de sus destinos, que actualmente ocupan, dejando por lo tanto de hacer la menor novedad.

Es ejemplar la actitud conciliadora de los regidores, ya que aún no se ha producido en el pueblo la ruptura radical entre los dos bandos, que existen en el mundo urbano. Entre otras cosas, porque el proceso de ideologización no se ha producido en el mundo rural. Sólo aparece una devoción casi ciega a la monarquía.

31. Monumento a Espartero

Espartero ha sido el héroe de la guerra carlista. Nadie le hace sombra. Su triunfo le lleva a una egolatría, que lo trasforma en un tirano, que gobierna, sin tener en cuenta las cortes, con un poder casi absoluto.
Se abre una suscripción para erigir en Logroño un monumento, que perpetúe la memoria de las glorias del General. Se encarga de recolectar los donativos a Manuel Martínez, uno de los regidores.
No consta en las actas el dinero recogido.
[69]

32. Remoción del Ayuntamiento

La revolución entrante debía cambiar todos los órganos del Estado con el fin de mantenerse en el poder.
El Jefe político manda la remoción de todos los miembros del Ayuntamiento.
El 11 de octubre se reúnen las Juntas parroquiales y el trece se hace la elección.
Ésta se hace por medio de quince compromisarios.
En la reunión del día 13 de octubre, el Ayuntamiento se queja, parece ser, de una manifestación escrita, habida en Jaén contra los partidarios de Espartero: En consecuencia a los sucesos acaecidos en la capital el día 6, tuvo a la vista el ayuntamiento un ejemplar que se le ha proporcionado y si bien por ello se llena del más profundo sentimiento, no puede menos de aprobar la noble firmeza con que se ha sabido contrariar las exigencias y ocultas ambiciones.

33. Nuevo Ayuntamiento
[70]

Esta integrado por los siguientes señores:
Antonio Martínez
Pedro Tello
José de Castro Martos
Juan José Estepa
Patricio Cano
Francisco de Paula Peinado
Diego Marchal Carrillo

No se presentaron Antonio Peinado Espinosa, elegido alcalde primero, Manuel de Torres y Almazán, regidor, Francisco Carrillo Cabrera, regidor, Juan Valdivia Barranco y Narciso García.
Este plantón, al movimiento revolucionario, era muy serio, ya que podía tener muy serias consecuencias. Demuestra por otra parte, que no tenían los revolucionarios muchos partidarios en el pueblo y que estaban cansados de tanta guerra y extorsiones.
Se dio posesión a los presentes, que juraron.
A los no asistentes se les citó para otro día, el 5 de octubre. Concurrieron, por temor a las represalias, Manuel Torres, Francisco Carrillo Cabrera, y Juan Valdivia.
No concurrieron Antonio Peinado y Narciso García, que comunicaron diplomáticamente, que se hallaban enfermos.
Terminaron por prestar juramento, ante las múltiples presiones.

34. Arreglo del reloj

En medio de esta tensión política, los regidores tienen que bajar a la tierra y preocuparse de cuestiones menos importantes. Las horas del día las marcaba el reloj y sin el sonido de su melodiosa campana, todos andan desconcertados. Pensad que nadie tenía relojes de pulsera ni de bolsillo y sin reloj todos andaban a ciegas.
Con los apuros económicos que tenía el Ayuntamiento, el presupuesto era de 4.067 reales. Don Antonio Martínez el alcalde estuvo a punto de caerse para atrás.
[71]
Al fin, no tuvo más remedio que arreglar el reloj, por temor a las protestas de los vecinos.

35. Actitud negativa de Espartero para la Iglesia

El ministro de gracia y justicia presenta un proyecto, en el que se pide una revisión general de la Iglesia sin contar con Roma. Se propone trazar un mapa eclesiástico para modificar las demarcaciones de la diócesis y crear dos diócesis nuevas ( Madrid y Barcelona) y suprimir 17 diócesis pequeñas, creando otras trece nuevas.
Eliminó tres mil canonjías y capellanías en los Cabildos Catedralicios. El número de párrocos quedó reducido en 22.000.
Todos recibirían, según una escala compleja de 2.000 a 8.000 reales mensuales y la jerarquía de 50.000 a 90.000.
[72]
Se pide a todos los clérigos un certificado de lealtad, expedido por el Gobernador civil y Obispo para ser canónigo, párroco o poder confesar y predicar. Muchos presbíteros, que se negaron a prestar dicho juramento, fueron perseguidos y encarcelados.
El Párroco de Valdepeñas no tuvo más remedio que prestar el juramento.
Posteriormente,
[73] el 20 de enero de 1.842, el ministro de Gracia y Justicia, Alonso, presentó un proyecto de separación de Roma. El Papa Gregorio VI escribió una encíclica, pidiendo rogativas por la Iglesia de España. La Encíclica molestó al Gobierno hasta el extremo que prohibió su publicación.
La relaciones de los liberales con el Papa Gregorio XVI (1831-1846) habían sido muy tensas desde la toma de posesión de Martínez de la Rosa, ya que, manteniendo una cierta neutralidad, se negó a apoyar a Isabel II y Carlos.
En el ámbito eclesiástico sentó muy mal esta propuesta del ministro hasta el extremo de que fue rechazada en las cortes y tuvo una amplia oposición en todos los ambientes tanto eclesiásticos como liberales moderados.

36. El Puente Romano

El Ayuntamiento es consciente de la importancia del puente romano existente en el pueblo, y desea que se conserve a toda costa.
Los vecinos D. Francisco Villén y D. Bernardo Martos han colocado un canal en los muros del Puente de la era con el fin de regar las vegas de la terrera.
Esta obra puede perjudicar a la estructura de puente y todos los regidores unánimemente acuerdan que ambos destruyan la obra nueva hecha.
[74]

37. Presupuesto del Ayuntamiento del año 1842
[75]

Es curioso conocer el presupuesto del Ayuntamiento en estos momentos, ya que ello nos da una idea de la situación económica del pueblo y los distintos frentes a que debían atender.
Se acordó, para redondear el presupuesto, vender la dehesa de la Jarica y el arbolado de encinas y quejigos de la Navilla del Consejo de la dehesa de la Montesina, que es lo único que queda por enajenar.

Ingresos
Por censos 22.981
Quita parte de aguardiente y licores 2.600
Se exceptúa lo entregado a S.M. 756
Por obligaciones 42.590
Arrendamiento de la Jarica a Francisco Valderas 600
La morenilla a Diego de Castro 630
La Pandera al mismo 750
Neverías a José Moral 1.100

Gastos
Sueldo de la Secretaría 4.400
Porteros y alguaciles 680
Depositario por el 15 al millar 650
Encargado del reloj 120
Idem del peón público 165
Idem del oficial tablajero 300
Gastos ordinarios y extraordinarios 8.175
Papel sellado y pagos de escritorio 800
Correo 450
Suscriciones al Boletín y Gaceta 570
Sueldo al Maestro de primeras letras 3.148
Para la Maestra de niñas 924
Asignación al médico titular 2.500
Al cirujano 880
Al Boticario 500
Para reparación de la casa capitular 400
Para puentes y caminos 1.500
Gastos de alumbrado y limpieza 500
Gratificación al conductor de la correspondencia 1.100
Premio a los matadores de animales dañinos 800
Para veredas y otras urgencias 100
Para elecciones municipales y provinciales a cortes 400
Para peritos apreciadores de bienes rústicos 96
Por gastos de reemplazo 500
Por imprevistos 450
Por funciones de Iglesia 900
Socorro y conducción de presos pobres 550
Para la casa cuna 202
Gastos de la milicia nacional 400
Salario del tambor 1.100
Conservación de la caja 30
Recomposición de armamento 200
Para uniformar milicianos que no pueden hacerlo 6.000
Gastos Diputación Provincial 2.000


38. Enajenación de los bienes del clero secular
[76] .

Por razones de fiscalidad, se venden los bienes del clero secular, como habían hecho anteriormente con los bienes de los regulares. La única razón esgrimida por Espartero fue la necesidad de sanear las arcas estatales. El alcalde leyó una circular de fecha 22 del corriente a la que acompaña la legislación y decreto de 15 del mismo mes expedido para la enajenación de los bienes del clero secular.
[77]
El ayuntamiento, junto con el Párroco, hace una lista de los bienes pertenecientes a la parroquia (en calidad de censos y bienes muebles e inmuebles), a la fábrica, a las cofradías, a las ermitas, que son a continuación enajenados sin la menor compensación económica.
Hubo en el pueblo una oleada de protesta, ya que los bienes que habían juntado las cofradías con mucho esfuerzo, las ermitas que se habían mantenido con la cooperación del pueblo, y los bienes de la parroquia, que se los dieron en el momento de la fundación, les fueron arrebatados sin contemplación.
A los regidores tampoco gustó la decisión.

El clero cae en la más terrible miseria. En épocas anteriores, hubo en el pueblo un párroco y dos coadjutores. A partir de este momento queda sólo un párroco interino, que apenas puede vivir.
Las cofradías, cuya función era tributar el culto a sus patronos, quedan reducidas a unas simples asociaciones, sin vida, que terminan desapareciendo casi en su totalidad.
La ermita de Chircales es despojada de todos los bienes, como hemos explicado en otro lugar.
A los pocos días, el 13 de octubre, el Intendente pide los expedientes de los bienes del clero secular, junto con las escrituras.
El principio del respeto a la propiedad privada esgrimido por el liberalismo, es pisoteado contra toda razón.
Las cofradías se habían retrasado en entregar la relación de sus bienes, y el Intendente la reclama con urgencia el día 19 de diciembre.
Se manda a los hermanos mayores y administradores procedan en conformidad con el inventario adjunto, a formar el inventario de los bienes y a recoger todos los documentos, que tengan relación con ello para enviarlos al intendente.
[78]
No obstante lo liberales favorecieron las procesiones de Semana Santa y el Corpus Christi, por lo arraigadas que estaban en el pueblo. Espartero presidió la procesión del Corpus en Madrid en el año 1.841.

Con Espartero se terminaron todas las asociaciones dedicadas a la caridad, ya que todos los bienes de la Iglesia, dedicados a esta finalidad, habían sido vendidos, sin crearse una beneficencia eficaz hasta los años posteriores. El Hospital y sus bienes fueron también vendidos.

39. Culto y clero
[79]

Ante la presión del pueblo, Espartero, para compensar esta incautación, dio una ley llamada de culto y clero, en virtud de la cual asigna una cantidad mensual al clero como compensación de la cantidad, que se le había sustraído.
Las disposiciones que dan son las siguientes: Para los gastos de conservación y reparación de las Iglesias parroquiales y sus anejos y lo del culto en la misma, se destina la parte de los derechos de estola y de pie de altar, que hasta ahora se han exigido con demás recursos, que han tenido igual destino, excepto el producto de las propiedades, derechos y acciones, que las leyes han aplicado y aplicaren en lo sucesivo a otras atenciones.
Lo que faltare para cubrir estos gastos, según las prácticas religiosas aplicadas en cada pueblo, se completará por un reparto entre todos los vecinos que tengan residencia en cada pueblo, en proporción a sus haberes.
A cada Párroco le corresponderían unos tres mil reales, aunque de hecho, en este periodo, todo quedó en promesas, ya que no aparece en las actas la entrega de ninguna cantidad al párroco, a pesar de que las relaciones del Párroco fueron siempre muy correctas con los liberales.
El Párroco debió vivir de los llamados derechos de aranceles y pie de altar.
El Ayuntamiento vio los problemas económicos de la parroquia, especialmente el arreglo de los tejados e intentó solucionarlos, pero no pudo acudir en su ayuda, dada la pésima situación económica, en que se encontraba. El Párroco suprimió los oficios del organista, campanero, sacristán y otros subalternos. El Párroco es interino y los dos presbíteros que le ayudaban, naturales del pueblo tienen que abandonarlo, marchando uno de ellos a Madrid y el otro a Granada.

El Ayuntamiento, en todo el periodo examinado no entrega lo asignado a la parroquia.
[80]
40. Rebelión contra Espartero [81]

El jefe político da noticias al ayuntamiento de las ocurrencias y descubiertos planes de conspiración contra el actual orden de cosas en Pamplona, Madrid, y otras provincias.
El Ayuntamiento responde con estas palabras: Que confía bastante del carácter pacífico de estos habitantes y de su sincera adhesión a los principios constitucionales. Es necesario explicar al pueblo que el fin que se proponen no es otro que el sumirnos en el despotismo, lo cual debe evitarse a todo trance, exponiendo hasta las vidas, si fuera necesario.

Los regidores son excesivamente valientes y comprensivos con Espartero.
Espartero cayó en julio de 1843.

41. Conflicto con la Cofradía de ánimas
[82]

El Alcalde segundo Antonio Martínez pide se suprima la póstula de la Cofradía de ánimas, ya que en ella se cometen arbitrariedades y otras cosas que repugnan a las leyes.
Estos abusos no son propios de Valdepeñas, sino que se repiten en otros pueblos de la provincia.

Se establece entre los regidores una larga discusión.
Uno dice que le consta que desde hace tres años no hay abusos, ya que la demanda se ha reducido a lo que cada uno hecha de su voluntad en la urna y sin coacción.
Otro insiste en que no se debe suprimir, ya que con este dinero se aplica todos los domingos a las doce una misa por las almas del purgatorio. A esta misa vienen de todos los caseríos del pueblo para aplicar la misa por sus difuntos. Habría una gran protesta.
Otro hace constar que el pueblo compuesto en su mayor parte de personas sin suficiente criterio para descubrir la esencia de las cosas y había de creer que la prohibición de la póstula era hija de espíritus irreligiosos y echar su origen en el ilustrado gobierno que nos rige.
.
El alcalde insiste en su propuesta y ruega que se pidan las Bulas pontificias de su erección y la aprobación regia de la cofradía.
La cofradía no puede presentar estos papeles, entre otras cosas, porque quien aprueba las cofradías es el Obispo y no el Papa.
A los postulantes, les obligan a devolver el dinero cuestado y en consecuencia desapareció la Cofradía.

42. Caída de Espartero

En Jaén en Mayo, como en otras provincias, no hubo levantamiento contra Espartero. La provincia optó por la legalidad. El batallón provincial intentó sublevarse contra Espartero, pero la rebelión no tuvo éxito.
La provincia fue lugar de paso, y se vio obligada s suministrar alimentación a las tropas de ambos bandos, que pasaban por Jaén.
Los insurgentes, desde Granada, se dirigieron a Jaén por la sierra, en número de 2.000. Con las avanzadillas en los Villares, se entrevistaron con las autoridades y se limitaron acopiar comestibles.
Los insurgentes nombraron comandante General de la Provincia a Gonzalo de Villalba y nombraron una nueva junta, a la que se adhirieron los pueblos de la provincia, entre ellos Valdepeñas.
En junio cae Espartero. El 10 de julio toman nueva medidas para el gobierno de los pueblos de la Provincia.
Espartero fue desterrado.
Sus ambiciones y poco tacto le habían creado muchos enemigos en el ámbito eclesial e incluso dentro de su partido. Sus adversarios clamaban ¡ Viva la religión y la libertad!
Nerón y Tiberio no hicieron tanto como Espartero, clamaban muchos clérigos.

43. Conflicto del Ayuntamiento con el santero de Chircales.

El Ayuntamiento quiere echar del Santuario de Chircales al santero, Javier Melero.
[83]
Este acude al Gobernador Eclesiástico, protestando de la decisión del alcalde al entrometerse en un asunto que no le compete. El gobernador eclesiástico protesta y solicita que explique el alcalde las causas de su decisión.
El Ayuntamiento responde que la actuación del santero no está en armonía con la fe que profesa. La corporación, responde, debe responder ante S. M. de todas las alhajas y efectos, que se conservan en dicho templo.
Por otra parte existe una desavenencia entre la familia de Pedro Miguel Medel, que es el dueño de las fincas adjuntas al Santuario y el interesado. Han sido tales las tropelías cometidas por el santero contra la familia Medel y su yerno, que el 22 de junio se ha instruido contra él una causa criminal, ya que fue herido por el Melero.
Está deseando que el Medel abandone o venda sus fincas para que nadie fiscalice las injustas cuentas, que ejecuta, valiéndose para ello de los más reprobables medios, que predisponen a la superstición a los más incautos y sencillos aldeanos y no fomentan el culto a la divina imagen.

Si sigue allí, puede comprometerse el orden público, la tranquilidad y la paz.
El santero fue destituido.

44. Mayores contribuyentes

Blas de Quesada y Aguilera
Antonio de Castro Martos
Diego Romero
Francisco de Paula Peinado
Bernardino Párraga
Juan Peinado Gutiérrez
Gabriel Tello
José del Moral
Juan de Extremera Serrano
Juan María de Vilchez
José Torres
Antonio Martínez
Faustino Ruiz
Francisco de Sales Castillejo
Manuel de Castro Ruiz
Antonio Martos Cobo
Pedro de Quesada Salazar
Ramón Rojas
Luis Sánchez
Pedro de Arias
Juan de Olla
Francisco José Estepa
Francisco Nieto Moreno
Manuel López Rivilla
Juan de Mesa
Pedro Cortés
Blas de Quesada Dusmet
Antonio Peinado Garrido
Juan Gallardo Moya
Juan Pablo Cabrera
Manuel de Quesada
Gil de Torres
Alfonso Serrano
Rafael Torres
Antonio Peinado Espinosa
Pedro González.

El ayuntamiento convoca a los citados para que paguen la cantidad, que la comisión formada, ha asignado a cada uno de ellos.
Se niegan en redondo a pagar los 87.614 reales, con que debe contribuir el pueblo a gastos para la guerra.
[84]
Estuvo a punto de producirse una revuelta.
Don Lucas de Luna, secretario del Ayuntamiento, se ofrece a prestarlos al Ayuntamiento, si éste se compromete, mediante documento publico, a devolverlos en su momento.
El intendente aprueba la operación.

45. Tranquilidad con la política con lo moderados

Con el gobierno de los moderados todo marchó muy tranquilamente desde el año 1.844 a 1854.
Esta paz sólo se vio alterada por el bandolerismo.
En el año 1.845 empieza a actuar la guardia civil, ya que las milicias propugnadas por los radicales no son del agrado de los moderados.
Por este motivo el 1 de febrero de 1844 se suprimió la Milicia Nacional.

46. Opción capitalista

Los liberales estaban en contra de los monopolios. En Valdepeñas, desde el año 1540 se había concedido a Joanin Leclerque el monopolio de los molinos de harina, por los que debía pagar setenta fanegas de trigo al Ayuntamiento. Al anular este monopolio los liberales, por orden de seis de marzo del año 1.852,
[85]surgen muchas peticiones para construir nuevos molinos. Se opone a ello D. José Gamboa, que es el heredero de esta exclusiva. El pleito es muy largo, llegando a acudir al Rey, como vimos al hablar de los molinos.
El alcalde le comunica, que nombre dos peritos para señalar un canon por la ocupación de los sitios, que son de propios.
[86]
Las peticiones para construir nuevos molinos se desencadena, ya que debía ser un negocio muy rentable. Al romperse el monopolio, en virtud de la ley de la competencia, debía ser menos negocio, ya que la mayor parte de lo peticionarios no llegaron a construirlos, aunque tuvieron autorización para ello.
En el mes de enero Pedro González solicita permiso para construir un molino en un terreno de su propiedad. El ayuntamiento le responde, que no tiene poderes para conceder esta autorización. Acude al Gobernador, que previa una larga tramitación, accede a su petición.
[87]
D. Aniceto Extremera pide información al Ayuntamiento para construir un molino en la Fuente de los Chorros, ya que el agua sería suficiente para mover una piedra.[88]
D. Antonio Peinado Espinosa y D. José del Moral piden construir otro molino en el Estanquillo, tomando el agua del caz de riegos.[89]

Es interesante la defensa del Ayuntamiento, a favor de la libertad de que cualquiera pueda montar nuevos artefactos, ya que ello va en beneficio de bien común, en perjuicio del desarrollo de la industria y de la conveniencia pública
[90]
En virtud de este mismo principio tenían libertad los propietarios para talar los montes de su propiedad. Debieron rectificarla con una ley de montes más severa, dadas las consecuencias negativas que tuvo, como hemos visto en otro lugar.
De nuevo llama el ayuntamiento a los mayores contribuyentes para sacarles dinero. La lista cambia de la anterior.
[91]

47. Alzamiento de Odonell y vuelta de los radicales
[92]

Se dio cuenta de una comunicación del Boletín oficial n. 92 por la que, con fecha de 14 del corriente (julio) de 1854, desde Bailén, se trascribe la alocución que el ministro de la Guerra dirige a los habitantes y autoridades de Andalucía con motivo del alzamiento de los Generales Odonell y Dulce.
Las tropas rebeldes se presentaron en Jaén el día 12 de julio de 1854.
A su llegada a Jaén el General O’Donell firma un bando, en el que justifica su alzamiento, ya que era necesario bajar los impuestos, instaurar la milicia, y celebrar las libertades etc.
El 15 de julio entran en Jaén las tropas legales al mando del general Blazer.
El 19 de julio de 1854 se rebela en Jaén el coronel retirado Antonio Romero Hidalgo, en favor de los insurgentes.
Se crea la Junta provincial, que él mismo preside.
El 21 de julio comunica a los alcaldes, que se ha proclamado la constitución de 1837.
Pide para la milicia nacional 6.000 fusiles.
El General Serrano lo nombra Gobernador Civil de la Provincia.
Subió Espartero de nuevo al poder, pero debió ceder el puesto, al apoyar la Reina a O’Donell.
El ayuntamiento de Valdepeñas apoya totalmente la revolución. Son interesantes las manifestaciones de D. Pedro de Quesada, marqués de Navasequilla, el cual manifestó a la corporación que ya le constaba extraoficialmente el patriótico alzamiento efectivo del día 22 por el que se había proclamado la constitución del año 1.837 y se había nombrado una junta provisional de gobierno identificada con estos principios, a la que tenía la honra de pertenecer en concepto de Presidente, para que puesto de acuerdo con la provisional de Jaén secundara las disposiciones de aquella, estando conformes con su programa de Gobierno del día 20 y que esta Junta, estando convencidos de que el personal del Ayuntamiento gozaba de idénticos principios políticos decretó entre otras cosas el que continuara ejerciendo en el circulo de su atribuciones sin perjuicio de la dirección que competía a las juntas por su institución popular.
Es interesante el dato de que el Marqués se atribuye la presidencia de esta junta provincial.
El ayuntamiento decide pasar en cuerpo a manifestar su apoyo a la junta Provisional.

El día quince de agosto quedó constituido el nuevo ayuntamiento, siguiendo las peticiones de los revolucionarios:
D. Ignacio Ruiz Calvo, primer alcalde
D. Ramón Martínez, segundo alcalde
D. Pedro Tello Alcalde, primer regidor
D. Juan Manuel de Castro, segundo regidor
D. José Pío de Castro, tercer regidor
D. Juan Gago, cuarto regidor
D. Pedro Extremera Serrano, quinto regidor
D. Juan de Arias Galán, sexto regidor
D. Manuel Galán Extremera, séptimo regidor
D. Cristóbal Serrano Aceituno, octavo regidor
D. Juan Francisco de Paula Peinado, sindico
D. Antonio de Martos Cobo, segundo síndico

El 20 de agoto se procedió al alistamiento de la Milicia nacional, compuesta de mozos de 20 hasta 50 años. Y la segunda de casados de las citadas edades que paguen cincuenta reales de contribuciones directas.


III. Desde la revolución hasta la restauración (1.868-1.874)

1. Suma pobreza en 1.868.

A partir del año 1.866 se desató una de las mayores crisis, que trajo consigo una fuerte recesión económica.
Las luchas intestinas por el poder, los abusos y los excesivos impuestos habían traído el hundimiento de la economía, la sequía y el hambre irrumpieron en todos los pueblos.
El acalde del pueblo, de una manera casi desesperada, transcribe en las actas de 1 enero esta situación. Agotados los recursos primarios con que contaba el Ayuntamiento para el socorro de la clase proletaria y no habiéndose recibido la autorización, que se tiene pedida al Señor Gobernador de la Provincia para invertir en el mismo objeto cien escudos del artículo de imprevistos del presupuesto municipal vigente, encontrándose dicha clase en situación bastante apurada y aflictiva por la falta de trabajo con que atender a sus necesidades vitales, tanto que un gran número de individuos se me han acercado implorando auxilio. Se está en el caso de atenderlos y hacerles más llevadera la deplorable época de carestía, que desgraciadamente atravesamos.
[93]
La llamada era verdaderamente escalofriante. Se acordó crear una comisión integrada por alguno de los miembros del Ayuntamiento y por algunos de los mayores contribuyentes. (el alcalde Antonio Peinado, Pedro de Quesada, Santiago Cortés, José María de Luna Torres, Francisco Martínez, Ramón Martínez, José del Moral y Matías González)

La comisión acordó distribuir a los jornaleros entre los mayores contribuyentes del pueblo y darles trabajo, pagándoles de sueldo tres reales.
Lograron solucionar el problema con buena voluntad.
El entonces Obispo de Jaén Antolín Monescillo clamaba en el mismo sentido, ya que la misma tragedia se palpaba en los demás pueblos: Nos vemos rodeados de gentes desvalidas y necesitadas, así del sustento como del abrigo, cuya lastimosa situación reclama actos heroicos de cristiana decisión y de amoroso desinterés. Piden trabajo los pobres para comer el pan de cada día; viven resignados; invocad la caridad en nombre de Dios.
[94]

Ello llevó a un gran descontento y a la sublevación en la bahía de Cádiz, en septiembre de 1868, capitaneada por los generales Juan Prim, de los progresistas, Francisco Serrano, de la unión liberal, y Topete. Tras la derrota de las tropas leales a la Reina, ésta abandonó su residencia de verano en las provincias vascas para dirigirse a Francia.
Nace un movimiento de tipo federalista, que tuvo poca incidencia. En Valdepeñas aparece un brote de esta ideología traída desde Granada por Francisco Pérez Calabozo, el cual terminó en la cárcel.
[95]
Consolidada la derrota de los ejecitos reales, los revolucionarios clamaban desde todos los rincones: ¡Viva la libertad y abajo los Borbones!
La actividad política es febril. Se crean Juntas revolucionarias en todos los pueblos, que fueron suprimidas al poco tiempo por decreto, que fueron sustituidas por los nuevos ayuntamientos, que debieron formarse.

Por todos los rincones de España se predica el programa revolucionario: La libertad, el sufragio universal, la democracia, la libertad de enseñanza y libertad de cátedra, libertad económica, libertad de prensa y asociación, libertad de cultos, promoción de las actividades económicas y educativas etc.
Con la Iglesia tuvo sus problemas al abolir el fuero eclesiástico, al implantar la libertad de cultos y al expulsar a los jesuitas. La libertad religiosa, aprobada en las cortes el día cinco de mayo de 1869, levantó ampollas en el mundo eclesiástico y crispó la vida religiosa.
Nace en España el anticlericalismo y el secularismo, al pedir los republicanos de la coalición la separación total de la Iglesia y el Estado con todas sus consecuencias.

La revolución nació con un signo anticlerical. Suprimen las comunidades religiosas establecidas desde 1837, y enajenan los nuevos bienes adquiridos por las comunidades religiosas. En octubre de 1868 los jesuitas deben dejar sus residencias en el plazo de tres días y sus bienes son enajenados.

El pueblo, que había vivido tantas dificultades, y tantas promesas incumplidas, y había sufrido tanta corrupción política, vio con ilusión este nuevo programa político.

2. Venganza de los revolucionarios

Al llegar los radicales al poder, su primer propósito fue quitar de en medio a todos aquellos, que no estuvieran en comunión con sus ideas.
Comenzaron destituyendo a dos municipales, Francisco Lendínez y Marciano Garrido, ya que tenían suma intimidad con personas que contrarían el glorioso movimiento, que ha restablecido la libertad a la Nación y por otra parte la apatía que se nota en el desempeño del cargo que les fue conferido.
[96]

A los pocos días se destituye al depositario Don Luis Díaz, en atención a que se tenían noticias de que coadyuvaba en contra del glorioso movimiento que ha devuelto a la nación la libertad e independencia, sacándole de la esclavitud en que vivía.
[97]
.
En la sesión del mes marzo de 1869 se vuelve a tratar de la destitución de D. Luis Díaz Grillo, que era a su vez médico.
[98] Le acusan de que en el año 1.855, durante el cólera, se ausentó de la ciudad con la excusa de que estaba enfermo, muriendo como consecuencia de ello uno de los dos médicos que vinieron a sustituirle, D. Rafael Cevallos. En el momento el tifus era el azote del pueblo.
A los pocos meses fue repuesto de nuevo en su cargo, ya que éste tenía un gran prestigio en el pueblo, como médico.
[99]

La destitución se extiende a D. José María de Luna Torres, encargado en el fielato de la carnicería de esta villa, que fue relevado de su cargo en razón a que no siendo sus ideas políticas las mas acomodadas a la situación actual, no debía ejercer el repetido cargo.
[100]
Al poco tiempo fue restituido a su cargo.

3. Cambio de nombre de las calles
[101]

La revolución estaba dispuesta a cambiarlo todo. Decidió cambiar el nombre de las calles principales del pueblo, con unas denominaciones, que son muy curiosas y se refieren a la revolución que está en marcha:
Las calle de las Parras, Estepa, Animas, Quesada, Obispo y Frailes en lo sucesivo se llamarán Libertad Nacional, Progreso, Libertad, Topete, Riego, y Mendizabal.
Los nombres duraron lo que duró la revolución, como suele suceder siempre en estos casos.

4. Reorganización de las milicias

Las milicias habían sido suprimidas por los moderados y creado la Guardia civil.
El 23 de octubre se acordó nombrar un cuerpo de policías locales, que se titularían voluntarios para la libertad, admitiendo sólo a aquellas personas, que por su civismo, desearan formar parte.
El Alcalde comunica que, en el pueblo no se crearon las milicias de voluntarios de la libertad.
[102]
Se acuerda legalizar los bienes de propios usurpados.

5. Nuevo Ayuntamiento popular
[103]

El nuevo movimiento proclama el sufragio universal, aunque por la ley del 9 de noviembre de 1968 sólo pueden votar los hombres mayores de 25 años. Las mujeres no pueden votar, ya que, al ser más religiosas que el hombre, temen que su voto vaya a parar a los conservadores.
El nuevo Ayuntamiento está integrado por los siguientes:

Antonio Peinado Extremera, alcalde primer
Pedro del Moral Escabias, alcalde 2
Ramón Martínez Lumbreras, Regidor 1
Juan de Dios Martos Espinosa, Regidor 2
Juan Romero Alba, 3
Antonio Cortés Merino, Regidor 4
Cristóbal Serrano Gutiérrez, Regidor 5
Rufino del Pozo,Regidor 6
Blas Martos Peinado, Regidor 7
Lucas Cobo Pérez, Regidor 8
Pedro Castro Extremera, Regidor 9
Francisco de Castro Muñoz, Regidor 10
Rafael Arias Peinado, Regidor 11
Eduardo Torres, secretario.
Alcaldes de Barrio
Antonio Escabias Castro
Francisco Castro Martos
Médicos titulares
Luis Díaz Grilo
Francisco Pérez Calahorro
Profesores de instrucción primaria
José María Garrido
Escolástica Cortés
Alguaciles
Francisco Pérez Extremera
Antonio Padilla Extremera


6. Nueva Constitución y juramento

El día 27 de junio los regidores y los funcionarios juraron la constitución de la Monarquía española que había sido aprobada el día seis de junio de 1.869.
Cada uno de los presentes juró de acuerdo con esta fórmula, haciendo el signo de la cruz:
¿Juráis guardar y hacer guardar la constitución española promulgada el seis de junio de este año?
¿ Juráis haberos bien y fielmente en los deberes, que como ciudadanos y funcionarios tenéis contraído en todo por el bien de la nación?
Si juro, si así lo hiciereis Dios y la patria os lo premie y si no os lo demande a los demás designios los responsables con arreglo a las leyes.
Muchos Obispos y sacerdotes se negaron a jurar la Constitución, al haberse aprobado la libertad religiosa, ya para ellos iba a triturar la unidad en España.

7. Matrimonio civil

El Ayuntamiento, por su cuenta y riesgo, como se había hecho en otros pueblos, establece en el pueblo el matrimonio civil.
Se crea un registro con este fin.
Asisten al matrimonio el alcalde y el secretario y cuatro testigos.
El matrimonio se hace en la sala capitular.
Los contrayentes deben someterse a las leyes orgánicas y una vez casados civilmente, son libres para contraer matrimonio canónico, estableciendo a su antojo los impedimentos dirimentes e impedientes.
[104]
El 21 de marzo de 1870 se declara nula el acta de fecha 26 de octubre pasado por la que el anterior municipio instituía al matrimonio civil, ya que este ayuntamiento no está de acuerdo con él y sólo pertenece a la potestad legislativa de las Cortes constitucionales.

8. Rebelión en Cataluña.

Se comunica a la corporación que ha sido sofocada la revuelta de Cataluña y acuerdan escribir al regente del reino, dándole gracias por este triunfo.
El Alcalde hace un bando llamando a la responsabilidad para que continúe el movimiento nacional que tan gloriosamente empezó en Cádiz el 19 de septiembre último.

9. Presupuesto

El presupuesto corresponde al año 1870
[105].
Es interesante para ver el progreso y necesidades, que se estaban creando nuevamente en el pueblo, si lo comparamos con los anteriores.

1.746 escudos para sueldos de los funcionarios.
150 escudos para material de oficinas, y facultativos.
50 escudos para el Boletín Oficial, y Gaceta del Gobierno.
45 escudos para la reparación de la casa consistorial y otros edificios públicos
35 escudos para mobiliario
60 escudos para los gastos que ocasionan los quintos.
6 escudos para las elecciones.
60 escudos para gastos menores
20 escudos para gastos extraordinarios.
1.330 escudos para los guardas rurales.
40 escudos para iluminación de la casa consistorial.
15 escudos para limpieza de la plaza y lugares públicos.
60 escudos para el matadero.
50 escudos para el sepulturero.
200 escudos para deslindes y gastos de amojonamiento.
1.280 para las escuelas.
3 escudos para material.
170 escudos para alquiler de edificios.
103 escudos para premios en las escuelas.
140 escudos para los cobros domiciliarios.
10 escudos para los pobres transeúntes.
10 escudos para los emigrados pobres,
150 para cañerías y fuentes.
250 para empedrados.
648 para la cárcel de Martos.
100 Gastos imprevistos.

10. Principales contribuyentes
[106]

Manuel Castro Ruiz
Miguel Extremera Serrano.
Antonio Escabias Castro
Juan Antonio Pozo
Juan Pozo Aceituno
Antonio Peinado Espinosa
Bernardino Castro Gallego
Juan Martos Serrano
José Pío Castro Galán
Pedro Alba Valdivia
Juan Gutiérrez Arias
José del Moral Marchal
Juan Extremera Ortega
Alejo Nieto Salazar
Cristóbal Martínez Madera
Braulio Castro Extremera
Antonio Lafuente cobo
Rosendo del Moral Muñoz
Antonio Ruiz Gutiérrez
Juan Galán Rodríguez
Santiago Cortés
Juan María Martos Castro
Amador Camacho
Cándido Campos

11. Petición de atrasos a D. José María de Luna y Medina

El alcalde expone que en el ayuntamiento había cuatro oficios, uno de escribano, uno de comisiones y requisitorias, otro de número, otro de civil y criminal y otro de millones y rentas reales. Cuando el municipio nombró en 1818 a D. José María Luna y Medina se refundieron todos los oficios en uno. El poseedor debía pagar trescientos treinta reales anuales, como renta del tanto por ciento de lo cobrabo. Los cuales no los había pagado desde 1818. Se discute ampliamente el tema, sin que los regidores se pongan de acuerdo, ya que la mayoría tienen un gran aprecio a D. José María.
[107]

Al poco tiempo vuelve a tratarse el tema y después de una larga discusión, en la que algunos regidores afirman, que se trata de un tema prescrito y que debió exigirse ese pago a su tiempo. Les parece cruel someter a un pago de este tipo a una persona de 80 años. Sometido el tema a votación, se acuerda pedir por vía de apremio a D. José María de Luna y Medina la cantidad de 16. 500 reales que adeudaba de la renta de propios.
[108]
En el fondo era una venganza política, al no estar D. José María de acuerdo con las nuevas ideas.

12. Reclamación de tierras realengas
[109]

El alcalde manifiesta que muchas de las tierras de propios y realengas fueron ocupadas indebidamente y deben ser recuperadas por el ayuntamiento.
Cita estos sitios: Llanos del Ángel, Chircales, cuya dehesa ha desaparecido, Vinateros, Umbría de Cueva Terriza, Majada de la Ciega, Solana de los Miradores, Descansaderos, los Barrancos hasta los rodeos, Cañada ancha y Cañada larga, y los Yesares en Ranera. Es público y notorio que la dehesa de la Montesina fue vendida por mil doscientas sesenta fanegas, habiendo ensanchado sus límites el actual poseedor con los terrenos de aprovechamiento común y de propios, que le lindan y por último, que la dehesa de la Morenilla, Jarica y Pandera fueron vendidas por determinada cantidad de fanegas de tierra, estando disfrutando su dueño de mucho mayor número.
[110]
Se autoriza al alcalde para que proceda al deslinde.

13. Nuevo Ayuntamiento elegido por sufragio universal
[111]

El Gobernador, hasta que se eligiera nuevo ayuntamiento, nombró a dedo a sus miembros.
Es curioso, que hay una coincidencia casi total en los nombres propuestos por el gobernador y elegidos por sufragio universal.
Al poco tiempo, el 24 de abril de 1.871, se eligió un nuevo ayuntamiento por sufragio universal idéntico al anterior.
En los pueblos, sin lugar a duda, funciona el acatamiento al superior.
Los nombres de los elegidos son los mismos de los periodos anteriores, ya que no funcionan las ideologías, sino el que manda.
El Ayuntamiento elegido es éste:

Alcaldes:
Juan Peinado Gutiérrez
Toribio Villén Castro
Regidores:
Santiago Cortés Carrillo
Juan Cabrera Cruz
Francisco Martínez
Pedro González Extremera
Joaquín Aparicio
José Pérez
Inocencio Gallargo
Juan Valdivia Barranaco
Luis del Pozo Aceituno
Francisco Peinado Espinosa
Antonio Molina Santiago
Juan Manuel Lendínez Líébana


14. Venta de los bienes de propios
[112]

Ante la crisis por la que pasaba la hacienda pública se decidió vender los bienes que quedaban de propios.
[113] El Ayuntamiento quedó reducido a la miseria, ya que con los bienes de propios hasta este momento pagaba los presupuestos sin necesidad de grabar al pueblo. El Estado les entregó en compensación las siguientes inscripciones emitidas por el Estado:

91.307 reales. Fecha de Venta 3 de julio de 1861.
10. 485 reales. 29 de julio 1861.
46. 018. 15 diciembre 1862.
42. 548 reales. 18 de febrero de 1863.
3.011 reales. 7 de abril de 1864.
1.323 reales. 20 de abril de 1865.
3. 240 reales. 19 de octubre de 1865.
4.369 reales. 17 de abril de 1866.
22. 207 reales.12 mayo 1866.
7.573 reales. 15 de junio de 1866.
249 reales. 20 septiembre 1866
7.568 reales. 9 de octubre 1866.
2.012 reales.22 de octubre 1866.
1.462 reales. 23 octubre de 1866.
15.720 reales.16 de septiembre de 1868.
12.600 Reales. 16 septiembre de 1868.
1.868 reales. 24 de abril 1868.
1,848 reales. 10 septiembre de 1869.

15. Nombramiento de Amadeo como rey
[114]

La coalición de partidos decide buscar un nuevo rey, que no sea de la familia de los Borbones. El Alcalde da cuenta, que ha obtenido mayoría absoluta la propuesta de Duque de Acosta para el nuevo Rey en la figura de Amadeo de Saboya.
[115]
El Municipio había encargado a un pintor de Jaén dos retratos suyos para colocarlos en la sala capitular. En febrero de 1.873 se recibe una comunicación, en la que consta la renuncia de Amadeo de Saboya y la proclamación de la república.
La república se recibió por el pueblo de Valdepeñas con gran fervor, y con repique de campanas.
Cuando el pintor se presentó con los dos cuadros debajo el brazo, el rey había dejado de ser rey, y los cuadros, ya no los necesitaban para colocarlos en la sala capitular. Le pagaron sólo uno y lo enviaron a Jaén con el otro cuadro a cuestas.
El Rey debió presentar la dimisión, ya que no había encajado en el engranaje político. A esto se unió el asesinato del General Prim en diciembre de 1870, unos días antes de la llegada del nuevo Rey. Con la muerte de Prim que era el alma de la coalición, empezó a desintegrarse y fragmentarse la joven república.
La naciente república anuló de una forma unilateral las Ordenes militares medievales y confiscó todos sus bienes. Este hecho produjo serias fricciones en los medios clericales.

16. Grave situación en todos los planos
[116]

Juan Jaenes Fuentes, al que se le había concedido el arbitrio de pesos y medidas, comunica al ayuntamiento, que ha dejado de cobrar los impuestos y renuncia a esta función, ya que nadie le paga y se ve acosado por todos los contribuyentes, ya que todo el mundo le dice ¡ abajo lo existente!.
Ante la situación tan desastrosa el ayuntamiento decide suprimir los guardas.
[117]
En la sesión del 3 septiembre de 1871 el ayuntamiento constata que se dan muchos atracos en los pagos y caminos, que es imposible cobrar los impuestos personales y provinciales y que el ayuntamiento, al no tener ingresos por estos motivos, está en quiebra.
Ante el peligro de transitar por la noche se restauran los serenos, a los que pagan 183 reales al mes
[118]
Con el fin de hacer frente a esta situación se crea una comisión, integrada por el alcalde Antonio Peinado Gutiérrez, Juan Cabrera y José Pérez, para que estudien la posibilidad de vender las láminas de inscripciones intransferibles, transformándolas en títulos al portador, para hacer frente al déficit arrastrado de Ayuntamiento. El déficit del ayuntamiento en 1868 fue de 5.500 pts; en 1869 10.000 pesetas, más 3.500 de fallidos.
Proponen vender hasta 50.000 pesetas con el fin de realizar con el sobrante algunas obras públicas.
Para hacer frente a un pago urgente cada regidor pone de su bolsillo 100 pesetas, que con los entregados por el obrador Rafael Torres suman la cantidad de 6.000 reales.

Se acuerda con unanimidad vender las láminas intransferibles, convirtiéndolas en títulos al portador del tres por ciento.
El Gobernador, en año 1.872, manda que se repartan entre los pobres las existencias de ambos pósitos, dadas las necesidades de los campesinos y el hambre que circulaba por el pueblo.
[119]
Se elige nuevo ayuntamiento

17. Nuevo ayuntamiento ( 1 de febrero de 1.872)
[120]

Está integrado por los siguientes señores: Pedro de Quesada y Salazar, Juan Torres, Francisco Gallado, José Aceituno Villén, Andrés Castro Merino, Leandro Romero, José Ruiz Castro, José Martínez, y José Marchal.

18. Fin de la revolución

En el verano de 1873 se produce un estallido o revuelta, cuya finalidad era establecer ciudades-estado republicanas, como cantones independientes y federados y una lucha casi generalizada con los carlistas en grandes zonas de España.
El ambiente está tenso. Hay aires de guerra. Se requisan los caballos existentes en el pueblo y se piden vendas para los hospitales.
El incumplimiento de muchas promesas, la nueva guerra carlista del norte en 1872, la fuerte reacción del pueblo ante la anarquía y el desorden, produjo un descontento grande en el pueblo del que se aprovecharon los generales. Castelar intentó poner un poco de orden, pero le obligaron a dimitir el 3 de enero de 1974.
Tampoco Canovas del Castillo pudo sostener a la república, aunque tuvo una gestión muy decisiva en la restauración monárquica.
El General Martínez Campos puso fin a la república el 29 de diciembre de 1874, restaurando la monarquía en la persona de Alfonso XII, con lo que empieza una nueva etapa en la historia de España.
El 31 de diciembre de 1874 el Gobernador comunica el cambio del nuevo régimen.
Se construye la Fuente del Patín, por suscripción de los vecinos, que vivían en esa zona. El Ayuntamiento colaboró con 250 reales. Los alcantarillados y la traída del agua debieron hacerse hacia el año 1965.


19. La cárcel de Valdepeñas

En la cárcel de Valdepeñas se encerraban los presos, que habían cometido un delito antes de llevarlos a Martos, que era la cárcel común del partido, cuyos gastos debían ser pagados por los pueblos, que formaban la mancomunidad.
Es curiosa la destitución del carcelero y alguacil D. Cipriano Estepa, ya que no cumplía las órdenes de Señor Alcalde, que había prohibido que los cinco presos, que en este momento había en la cárcel, bebieran vino y no usasen juegos de azar. A pesar de estas advertencias, el alcalde los encontró borrachos en varias ocasiones, por la negligencia de este empleado público. En consecuencia decide destituirlo y darle interinamente el oficio a Ignacio Milla.
[1] Bibliografía
Francisco de Liébana, un guerrillero de Valdepeñas de Jaén, en Lugia n. 29, p. 30; Martínez Romero José, Pedro de Alcalde, Capitán de Guerrillas, en Senda 17, p. 61; Herrera y Esteban León, Don Vicente María Molino, Diputado liberal y progresista por Jaén en la primera mitad del siglo XIX, en Senda n. 20, pp. 41-55; López Cordero Juan Antonio, El gobierno militar en Jaén durante el reinado de Isabel II, en Senda n. 20, pp. 63-73.

[2] AMV. , actas capitulares, del 13 de mayo de 1819.

[3] AMV. , actas capitulares, del 26 de febrero de 1.819.
[4] AMV. , actas capitulares, de 11 de agoto de 1.814
[5] AMV. , actas capitulares, año 1925, p.187-188.
[6] Revista Don Lope, Año 1918, p. 252.
[7] La sociedad de Jaén ante la Invasión Napoleónica (1808), Diputación Provincial, Estudios Gienneses, 2000.
[8] Manuel López Pérez, Entre la Guerra y la Paz, Jaén, Universidad de Jaén y Ayuntamiento, 1993, p. 78.
[9] Idem, p. 79.
[10] AHPJ, Legajo 10.574, folio 58
[11] AHPJ., Legajo 10.574, p. 83.
[12] AHPJ. , legajo. 10.574, f. 58, 20 de diciembre de 1808.

[13]AHPJ. , legajo 10.576, fol. 101. Hacen este poder: Pedro de Zafra, Juan de Alberjón, Juan Gallego y Cristóbal Castro
[14] AHPJ, , Fecha 3-7-1811, Legajo 10.576, folio 198 . Intervienen los iguientes: Cristóbal de Castro Gutiérrez, Alfonso del Moral, Cristóbal Carrillo, Juan Gallego y José Gallego.


[15] AHPJ, Legajo 10.574, folio 892-896. 16-2-1818.
[16] He intentado averiguarlo en la Chancillería de Granada y no he podido hacerlo, al comunicarme que los archivos están cerrados por obras.
[17] José Martínez Romero, Francisco de Liébana, un guerrillero de Valdepeñas de Jaén, en Lugia, n. 29, p. 30.
[18] AMV. , actas capitulares, del 17 de mayo de 1814
[19] AMV. , actas capitulares, del 20 de agosto de 1.814
[20] AHDJ. , actas capitulares, del 3 de septiembre de 1818
[21] AMV. , actas capitulares, del 18 de enero de 1819
[22] AMV. , actas capitulares, del 6 de septiembre de 1835
[23]El Ayuntamiento está integrado por los siguientes señores: Manuel Villén Extremera, Juan Extremera Lemus, Blas de Quesada y Aguilera, Antonio Peinado Espinosa, Matías González, Diego Castro Zafra, Maximiliano Sánchez, y Juan Martínez Jiménez.
Estos son lo subalternos del municipio: José Torres Torres, cobrador de las contribuciones del comercio. Francisco González Cabrera, depositario de propios. Juan Raimundo Santiago, responsable del Pósito Real Antonio Extremera y del Pío Tomás Huertas Cortés, casado con Mónica Cortés, Receptor de Bulas, y estanquero. Antonio de Martos Cobo, Padre General de Menores: Blas Ruiz Arias y Pedro Peinado Martínez, fieles de campo para apreciar los bienes y medidores. Francisco Escabias Galán, Guarda de redondero para las fincas rústicas.

[24] AMV. , actas capitulares, del 8 de febrero de 1.836
[25] AMV. , actas capitulares, del 12 de abril de 1.840
[26] AMV. , actas capitulares, del 15 e octubre de 1.840
[27] AMV. , actas capitulares, del 31 de enero de 1.837
[28] AMV. , actas capitulares, del 28 de mayo de 1.837
[29] AMV. , actas capitulares, del 22 de junio de 1837.
[30] AMV. , actas capitulares, del 20 de junio de 1.837
[31] AMV. , actas capitulares, del 24 de octubre de 1.837
[32] AMV. , actas capitulares del 4 y 8 de febrero de 1838
[33] AMV. , actas capitulares, del 31 de enero de 1.837
[34] AMV. , actas capitulares, del 8 de agosto de 1.837
[35] AMV. , actas capitulares, del 17 de septiembre de 1.837
[36] AMV. , actas capitulares, del 17 de marzo de 1.837
[37] AMV. , actas capitulares, del 10 de abril de 1.837
[38] AMV. , actas capitulares, del 18 noviembre de 1.838
[39] AMV. , actas capitulares, del 20 de junio de 1837
[40] AMV. , actas capitulares, del 5 de julio de 1837
[41] AMV. , actas capitulares, del 4 de febrero de 1.838
[42] AMV. , actas capitulares, del 8 de abril de 1.838
[43] AMV. , actas capitulares, del 5 de junio de 1837
[44] AMV. , actas capitulares, del 20 de junio de 1.837
[45] AMV. , actas capitulares, del 6 de agosto de 1.837
[46] AMV. , actas capitulares, del 29 de agosto de 1.837
[47] AMV. , actas capitulares, del 16 de octubre de 1837
[48] AMV. , actas capitulares, del 3 de septiembre de 1.837
[49] AMV. , actas capitulares, del 6 de octubre y 26 de marzo de 1.837
[50] AMV. , actas capitulares, del 2 de enero de 1.838
[51] AMV. , actas capitulares, del 16 de febrero y 12 de marzo de 1.838.
[52] AMV. , actas capitulares, del 16 de febrero de 1.838
[53] AMV. , actas capitulares, del 18 de marzo de 1.837
[54] AMV. , actas capitulares, del 19 de marzo de 1.838.
[55] AMV. , actas capitulares, del 9 de mayo de 1.838
[56] AMV. , actas capitulares, del 20 de septiembre de 1.838.
[57] AMV. , actas capitulares, del 22 septiembre de 1.838
[58] El nuevo ayuntamiento esta integrado por: Blas de Quesada y Dusmet, Antonio Peinado Espinosa, Mariano Moutón, José de Castro Arias, Bernardo de Martos Extremera, Pedro Aceituno Zafra, Cayetano Torres, y Francisco Castillejo.

[59] AMV. , actas capitulares, del 1 de enero de 1.839
[60] AMV. , actas capitulares, del 10 de mayo de 1.839
[61] Blas de Quesada y Aguilera, Antonio de Castro Martos, José de Torres, Francisco de Paula Peinado, Miguel Romero, Juan Extremera Lemus, Pedro González, Francisco Gallardo, Antonio Peinado Espinosa. Forasteros: José Fernando Gamboa y Juan María Vilchez

[62]AMV. , actas capitulares, del 10 de septiembre de 1.839
[63] AMV. , actas capitulares, del 1 de enero de 1.840
[64] AMV. , actas capitulares, del 12 de abril de 1840
[65] APV. , Libro de cuentas, última página.
[66] APV., Libro de bautismos 21, p. 102.
[67] AMV. , actas capitulares, del 16 de septiembre de 1.840
[68] AMV. , actas capitulares, del 16 de octubre de 1.840
[69]AMV. , actas capitulares, del 4 d octubre de 1.840
[70] AMV. , actas capitulares, del 14 de octubre de 1.840
[71] AMV. , actas capitulares, del 8 de noviembre de 1.840
[72] AMV. , actas capitulares, del 31 de diciembre de 1.841
[73] AMV. , actas capitulares, del 20 de enero de 1.842
[74] AMV. , actas capitulares, del 8 de agosto de 1.841
[75] AMV. , actas capitulares, del 8 de septiembre de 1.841
[76] AMV. , actas capitulares, del 1 de septiembre de 1.841
[77] AMV. , actas capitulares, del 30 de septiembre de 1.841
[78] AMV. , actas capitulares, del 19 de diciembre de 1.841
[79] AMV. , actas capitulares, del 14 de Agosto de 1.841
[80] AMV. , actas capitulares, del 20 de octubre de 1.841
[81] AMV. , actas capitulares, del 28 de octubre de 1.841
[82] AMV, , actas capitulares, del 19 de diciembre de 1.841
[83] D. Pedro Medel, natural de Martos, casado con Dña María de Gámiz muere a los 44 años de edad, el día 18 de agosto de 1855.
[84] AMV. , actas capitulares, del 16 de octubre de 1.842
[85] AMV. , actas capitulares, del 18 de febrero de 1.853
[86] AMV. , actas capitulares, del 18 de febrero de 1853
[87] AMV. , actas capitulares, del 24 de enero de 1853
[88] AMV. , actas capitulares, de l 1 de abril de 1853
[89] AMV. , actas capitulares, del 22 de abril de 1.853
[90] AMV. , actas capitulares, del 13 de mayo de 1.853
[91] Mayores contribuyentes: Blas de Quesada Dusmet, Antonio de Martos Cobo, Francisco de Paula Peinado, Cristóbal Peinado, Antonio Extremera, Juan Antonio Extremera Serrano, José Torres, Ramón Rojas y José del Moral

[92] AMV. , actas capitulares, del 16 de junio de 1.854
[93] AMV. , actas capitulares, del , año 1.864, p. 1.
[94] Circular sobre el socorro de los pobres, de fecha 1 de noviembre, 1867.
[95] Lugia n. 13, p. 11, Revolución de 1868.
[96] AMV. , actas capitulares, del 9 de octubre de 1.868
[97] AMV. , actas capitulares, del 12 d octubre de 1.868
[98] AMV. , actas capitulares, del año 1.969, p.33
[99] AMV. , actas capitulares, del 18 de octubre de 1.869
[100] AMV. , actas capitulares, del 23 de octubre de 1.869
[101] AMV. , actas capitulares, del 18 de octubre de 1.869
[102] AMV. ,actas capitulares, del año 1780, folio 70.
[103] AMV. , actas capitulares, del 27 de junio de 1869
[104] AMV. , actas capitulares, del 21 de marzo de 1.869
[105] AMV. , actas capitulares, del 17 de abril de 1870
[106] AMV. , actas capitulares, del 16 e abril de 1.870
[107] AMV. , actas capitulres, del 21 de junio de 1.870
[108] AMV. , actas capitulares, año 1.870, p. 81
[109] AMV. , actas capitulares, del 15 de agosto de 1.870
[110] AMV. , actas capitulares, del 15 de agosto de 1.870
[111] AMV. , actas capitulares, del 15 octubre de 1.870
[112] AMV. , actas capitulares, del 10 de abril de 1.871, folio 26 vuelto
[113] En el catastro de Marqués de la Ensenada aparecen estos bienes: Casas de los Pósitos; Una pieza de tierras de seis celemines; otra en el bosque de dos fanegas; otra de dos fanegas en la junta de los ríos; varias fanega de tierras en otros sitios; 300 fanegas de tierra en la Cedrera; otra dehesa en la Pandera de 250 fanegas; otra dehesa de 250 fanegas en la Montesina.; otra dehesa en la Jarica de 260 fanegas; otra en Chircales de 250 fanegas; otra en la Morenilla de 400 fanegas; una dehesa en el bojal de 300 fanegas; 900 fanegas de monte en la Cerecera; 300 fanegas en la Cañada de Padilla; 2.000 fanegas de tierra en Piñabillanos y Cabañeros.
[114] AMV. , Actas capitulares, del 10 de abril de 1.871 folio 101.

[115]AMV. , actas cpitulares, del año 1.871, p. 101

[116] AMV. , actas capitulares, del 18 de septiembre de 1.871, folio 77.
[117] AMV. , actas capitulares, del año 1.871, p 44.
[118] AMV. , actas capitulares, del año 1871, folio 80.
[119] AMV. , actas de capitulares, del año 1871, folio 33.
[120]AMV. , actas capitulares, de1 1 de febrero de 1872.